(Minghui.org) Estuve involucrado en dos graves accidentes de tráfico y sobreviví milagrosamente a ambos. El 31 de julio de 2007 conducía una motocicleta en una autopista cuando fui atropellado por detrás por un gran autobús que circulaba a unos 125 kilómetros por hora. Esta información fue proporcionada posteriormente por el conductor del autobús.
Salí disparado de tres a cuatro metros en el aire y aterricé en el pavimento. Me quedé paralizado por un momento, pero cuando recobré el sentido grité: "¡Maestro Li! ¡Maestro Li!". Me senté y comprobé mis costillas, piernas y brazos. No estaban rotos, pero tenía moretones por todas partes.
"Eres el primero que sobrevive"
El autobús se detuvo finalmente a un centenar de metros. Mi motocicleta estaba destrozada, mientras que el parachoques del autobús estaba muy abollado y su faro delantero derecho estaba destrozado. Un neumático trasero del autobús reventó tras aplicar el freno de emergencia. El conductor se apresuró a preguntar con voz temblorosa: "¿Estás bien? Deja que te lleve al hospital".
Le consolé diciendo que estaba bien. Se sorprendió mucho: "¿Cómo puedes estar bien en un accidente tan grave?".
Le dije: "No te preocupes. Te prometo que estoy bien".
El conductor seguía preocupado y me dio los datos de su seguro. Le dije: "Soy un practicante de Falun Gong. Aunque pase algo, no le pediré una indemnización. De verdad estoy bien".
El conductor y los espectadores se quedaron sorprendidos. Una persona que vivía cerca comentó: "Este lugar es propenso a los accidentes mortales. Que yo sepa, eres el primero que sobrevive".
Cuando llegué a casa, me tumbé en la cama y me dormí. No me desperté hasta el cuarto día, y eso fue sólo porque tenía hambre. Me di cuenta de que el accidente era realmente mortal, y los moratones que tenía por todo el cuerpo daban miedo. En ese momento crítico pensé en el Maestro, que me salvó.
El 30 de mayo de 2017, un practicante y yo volvimos a casa en moto después de repartir folletos a altas horas de la noche. Cuando pasé por una sección de la carretera en forma de V, de repente sentí que la motocicleta aceleraba por sí sola, y se fue directamente al borde de la carretera. No tuve tiempo de frenar y me fui por un barranco. Salí disparado por el aire y aterricé sobre una roca.
Grité: "¡Maestro! ¡Maestro!" y me levanté. Mi moto estaba a cuatro o cinco metros de mí y las luces seguían encendidas. Saqué la llave de contacto e intenté subir la cuesta. Sin embargo, mi pierna izquierda estaba herida, y todo mi cuerpo estaba mojado y frío. Sentía náuseas, fiebre y no podía abrir el ojo izquierdo. Me limpié la frente con la mano y estaba cubierta de sangre. Sabía que podía estar herido, pero creía firmemente que me pondría bien. Recité: "Falun Dafa es bueno", "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Saqué una linterna y comprobé que la pendiente del barranco era muy pronunciada (nueve metros desde la cima). Empecé a subir pero no pude avanzar más después de llegar a la mitad del camino.
Las consecuencias de mis omisiones
Un pensamiento apareció entonces en mi mente: "Acuéstate y descansa un rato". No pude evitar tumbarme y sentí que estaba a punto de dormirme. De repente, me desperté y me di cuenta de que mi vida podía estar en peligro si me dormía, y el otro practicante no podría encontrarme.
¿Por qué tuve otro accidente, y dónde tuve omisiones en mi cultivación? Inmediatamente recordé que últimamente había visitado con frecuencia a mi hija y me había encontrado varias veces con mi ex mujer, lo que me llevó a todo tipo de apegos humanos, como los celos, el resentimiento y la lujuria. Había pasado medio año y todavía no podía deshacerme de todos mis apegos. Sentí que el accidente debía estar relacionado con eso.
Finalmente conseguí subir a la cima y me acosté a un lado de la carretera. Llamé al otro practicante cuatro veces y finalmente conseguí hablar con él. Me resultaba muy difícil respirar, pero conseguí contarle lo que había pasado.
Volvió 30 minutos después y me ayudó a incorporarme. Me relajé un rato antes de intentar subir a la parte trasera de su moto. Me dijo que me agarrara fuerte, que no me durmiera, y que siguiera recitando: "Falun Dafa es bueno" y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".
Una lucha de vida y muerte
Poco después de ponernos en marcha, oí una voz que me susurró al oído: "Deberían enterrarte delante de la tumba de tu madre". No le hice caso, y la voz repitió: "Enterrado frente a la tumba de tu madre".
Mi madre falleció hace menos de un año. Dije en mi corazón: "No moriré. El Maestro me protegerá".
Cuando pasamos por el primer pueblo, me sentí muy incómodo y no pude seguir adelante. El practicante me llevó a la casa de mi hermana. Tuvieron que levantarme de la moto y ayudarme a entrar en la casa. Mi hermana estaba conmocionada y apenas podía reconocerme. Mi cara estaba cubierta de sangre y mi voz había cambiado. Mi cuñado quiso llamar a una ambulancia, pero me negué. "No necesito ir al hospital. Me recuperaré en unos días. Estoy bien".
Mi hermana me ayudó a cambiarme de ropa. Estaba en la cama, sin poder sentarme ni acostarme. Estaba sin aliento y muy incómodo. Pronto oí otra voz que me susurraba al oído: "El bazo está roto".
Respondí: "¡Si mi bazo está roto, el Maestro me dará uno nuevo!". Poco después, ya no me dolía el bazo.
Mi cuñado sintió curiosidad y fue al lugar del accidente con algunas personas del pueblo. Vieron el barranco con la larga y empinada pendiente y un arroyo en el fondo, lleno de grandes piedras. A todos les pareció increíble cómo había podido sobrevivir y además subir hasta la carretera.
Me tumbé en la cama de mi casa y no podía moverme. Mi cuello estaba más hinchado que mi cabeza, mi voz se volvió aguda y mi orina tenía sangre. No podía leer el Fa, así que escuchaba las conferencias del Maestro.
Al tercer día intenté levantarme varias veces, pero no pude. Al cuarto día, ya no tenía sangre en la orina. Un practicante me ayudó a levantarme de la cama y utilicé dos palos para estabilizarme con gran esfuerzo. Tenía la pelvis entumecida e hinchada y sólo podía arrastrar la pierna izquierda al moverme.
Seguí caminando hasta el mediodía sin descanso y estaba cansado y sudaba. Me vino a la mente la idea de tumbarme y enseguida me puse en guardia. Me decía a mí mismo que no dejara de caminar. Seguí caminando hasta las 3 de la tarde. Intenté practicar los ejercicios de Falun Dafa el quinto día y pude hacer la mayoría de los movimientos. Muchos practicantes me visitaron para animarme ese día.
Cuando estaba a punto de acostarme, empecé a perder el aliento y se me hinchó el estómago. Me di cuenta de que las viejas fuerzas querían quitarme la vida, así que negué inmediatamente la persecución. Me levanté de la cama y escuché una de las lecciones del Maestro. También hice los ejercicios durante una hora y envié pensamientos rectos antes de volver a la cama.
Me levanté a las 3 de la mañana al día siguiente e hice las cinco series de ejercicios. Comencé a estudiar dos o tres conferencias de Zhuan Falun cada día y leía artículos de intercambio de experiencias de Minghui. También miré hacia dentro para deshacerme de mis apegos y mejorar mi xinxing, sin dejar excusas para que el mal me persiguiera.
Un practicante me invitó a estudiar el Fa, a practicar los ejercicios y a enviar pensamientos rectos juntos en su casa. Mi cuerpo mejoraba cada día. Él me preguntó si podría ayudarle a repartir materiales de aclaración de la verdad una semana después, y acepté.
Reflexionando sobre mí
Me recuperé completamente en 17 días y volví a la ajetreada rutina de ayudar al Maestro a salvar a los seres conscientes.
El compasivo Maestro me protegió y me dio una segunda vida. Cuando ocurrieron los accidentes, pedí sinceramente la ayuda del Maestro. Él siempre nos protege y realmente nos atesora más que nosotros mismos.
Ahora, después de estas experiencias tengo una mejor comprensión de la cultivación en Dafa.
En primer lugar, las cosas pueden dar un giro fundamental sin importar el tipo de tribulaciones o conflictos que tengamos, siempre y cuando creamos completamente en el Maestro y en el Fa. Cuando nos encontramos con tribulaciones, esto puede mostrar realmente nuestro grado de fe. A menudo decimos que creemos en Maestro, pero ¿miramos realmente hacia dentro como Él nos ha dicho que hagamos? Si no podemos encontrar nuestros apegos, no estamos mirando verdaderamente hacia adentro.
Maestro nos dijo:
"'Soy dizi de Li Hongzhi, no deseo otros arreglos ni los reconozco”; entonces ellos no se atreverán a hacer eso. Por lo tanto, todo puede ser resuelto. Cuando realmente pueden hacer eso, no sólo diciéndolo, sino poniéndolo en acción, Shifu definitivamente intercederá por ti'". ("Exponiendo el Fa durante el Festival de las Linternas, 2003")
Mientras se enfrenta a grandes tribulaciones, si un practicante puede pedir sinceramente la ayuda del Maestro, todas estas tribulaciones se desvanecerán.
Maestro también señaló:
"Si él es capaz de abandonar la vida y la muerte, él será un dios, si no es capaz de abandonar la vida y la muerte, será un humano". ("Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia")
Durante la cultivación, debemos desechar el miedo a la muerte, que es como quitarse una prenda de vestir. Si logramos eso, el mal ya no se atreverá a amenazarnos. Nuestro anhelo por la vida eterna es sólo la noción egoísta y el apego a la fama y al interés propio en este mundo. Sólo cuando podamos cultivarnos siguiendo los estándares de Dafa para convertirnos en seres desinteresados y altruistas, podremos llegar a ser verdaderamente seres eternos.
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Categoría: El poder divino de Falun Dafa