(Minghui.org) Un día, me encontré con Jing, una compañera practicante de Falun Dafa a la que había estado evitando en el grupo de estudio del Fa durante bastante tiempo. Hace unos años, Jing me había pedido que estudiara el Fa y enviara pensamientos rectos con su madre, antes de que falleciera. Debido a que no era diligente en mi cultivación, y que había aflojado en el estudio del Fa y en la realización de los ejercicios, sentí que yo también necesitaba la ayuda de compañeros practicantes, y que mucho menos podía ofrecer ayuda a los demás. Por lo tanto, rechacé el pedido de Jing con una actitud indiferente. Estaba un poco ansiosa, me faltaba compasión y no quería volver a verla.

En aquel momento, acababa de haber tenido la experiencia de estudiar el Fa con compañeros practicantes que sufrían de tribulaciones de yeli de enfermedad. Ellos no eran muy diligentes y por lo tanto, se quedaron atrás en su cultivación. El largo intercambio con ellos parecía interminable y me dejaba sintiéndome agotada e impotente.

Sentía que ya no podía asumir nada más y me preguntaba por qué ella seguía acudiendo a mí en busca de ayuda. Eso me tenía tan preocupaba que parte de mi pelo incluso se volvió gris. Tras la muerte de su madre, siguió quejándose de mí durante un tiempo. Luego, con el paso del tiempo, lo dejé pasar poco a poco.

Después de un tiempo, empezamos a encontrarnos de nuevo en el estudio grupal. Sentía menos evasión hacia Jing, pero seguía sin querer trabajar con ella. Sentí que ella carecía de pensamientos rectos y no practicaba verdaderamente la cultivación del período de rectificación Fa. Por ejemplo, ella siempre prestaba mucha atención a las preocupaciones de la gente común. Jing no tomaba en serio mi tiempo y mis esfuerzos, a veces se olvidaba de reunirse conmigo aunque ella era la que fijaba la hora. Siempre me encargaba hacer cosas que ella debía hacer y me criticaba cada vez que nos veíamos.

Tampoco miraba hacia dentro para cultivarme. No tomé los defectos de Jing como un espejo para revisarme y encontrar mis propios apegos para tener una mejor comprensión de la situación.

Me incliné por buscar las respuestas afuera. Nunca me molesté en examinar cuidadosamente mis apegos profundamente ocultos. Me gustaba trabajar con practicantes que percibía como diligentes, así como con aquellos que tenían más influencia sobre los demás, ya que me sentía más motivada de ese modo.

Trabajar con aquellos practicantes que eran capaces, o que tenían una buena posición social entre la gente, o que tenían una buena posición económica, satisfacía mi apego a la vanidad. Ahora, pensando en ello, hice el trabajo de Dafa mientras albergaba tantos apegos, ¡no es de extrañar que a menudo recibiera quejas de otros practicantes!

Gasté mucho tiempo, energía y recursos financieros para Dafa, pero los resultados no fueron óptimos. Se trataba de que esos apegos me impedían mejorar en la cultivación. Además, me impedían mirar hacia dentro y cultivarme de verdad. Acabé caminando por el camino dispuesto por las viejas fuerzas sin darme cuenta. Como resultado, mi camino se hizo cada vez más estrecho.

Solo cuando no pude avanzar más, comencé a mirar hacia adentro, pero tan solo superficialmente. Cuando eso no funcionó, empecé a mirar de nuevo hacia fuera. Empecé a compartir con practicantes diligentes con el fin de recuperar un poco de confianza en mi cultivación, para poder seguir adelante. Todos estos años he pasado por estos círculos viciosos, que me hacían sentir que la cultivación era dura y agotadora.

Conocí a una compañera practicante que no solo era líder en su profesión, sino que también tenía un gran ánimo todos los días. Ambas somos practicantes de Falun Dafa; ¿cómo es que ella estaba tan animada, mientras que yo siempre me sentía deprimida? Otros envidiaban mis condiciones de vida decente y el apoyo de mi familia, sin embargo, yo no atesoraba este buen ambiente de cultivación dado por el Maestro Li.

Un día, Jing y yo tuvimos un enfrentamiento durante un estudio del Fa grupal. Cada vez que Jing se cruzaba conmigo, se quejaba a los demás y me culpaba de las cosas que pudieran haber ocurrido. Aunque lo soportaba en la superficie, en el fondo no me sentía en armonía. Por otra parte, mis celos siempre me hacían despreciar a Jing. Incluso odiaba ver su cara, pero en la superficie, seguía mostrando cortesía hacia ella.

Durante esos días, también estaba muy decepcionada por el resultado de las elecciones generales de Estados Unidos. Además, mis familiares no dejaban de criticarme por mis defectos. Un estado de depresión me invadió. No podía concentrarme en el estudio del Fa, ni recitar el Fa, ni mantener el Fa en mi corazón. Tampoco podía recordar el Fa que había memorizado antes. Además, me dolía todo el cuerpo.

Cuando decidí leer el Fa en voz alta, Jing llegó a quejarse de ello, diciendo que perturbaba su estudio del Fa. Cuando no pude contener mi temperamento, la desafié preguntándole por qué estaba siempre en desacuerdo conmigo. Entonces Jing lloró. Dijo que estaba resentida conmigo, porque no le ofrecí ayuda a su madre en los momentos más difíciles antes de que falleciera. Entonces tuve que explicarle mi estado de cultivación en ese momento.

En esa ocasión, aún fui bastante moderada. No descargué mi ira, sino que traté de evitar el conflicto con la esperanza de que nuestra relación no afectara nuestro entorno de cultivación. También me di cuenta de que eran las viejas fuerzas las que creaban brechas entre nosotras. Ese conflicto repentino, hizo que todos tuviéramos que enfrentarnos a la interferencia del mal en nuestro grupo de estudio del Fa.

Cada uno de nosotros comenzó a mirar hacia adentro. Bajo un campo de rectitud tan poderoso, el mal se desvaneció. Después de continuar con el estudio del Fa, comenzamos a enviar fuertes pensamientos rectos para desintegrar el complot del mal para crear brechas entre los miembros de nuestro grupo. Entonces, con ese enfoque, la persecución del mal hacia nosotros se acabó. En ese instante, cualquier brecha en mi comprensión de Dafa y las dificultades con los compañeros practicantes se derrumbaron instantáneamente. Habíamos eliminado las influencias malignas que afectaban a nuestro grupo. Pude concentrarme de nuevo en el estudio del Fa y entender el significado del Fa. También podía recordar el Fa que había memorizado anteriormente.

En ese instante, fue como si hubiera ganado una nueva vida. Superé mis errores del pasado y di un gran salto en mi cultivación. Me sentí extremadamente feliz y tranquila. Era como si hubiera pasado por una transformación completa. Sentí que era un ser del nuevo cosmos, en lugar de estar manipulada por el falso yo. Ahora sentía que podía volver verdaderamente a casa con el Maestro.

Desde ese día, aprendí a cultivar cada uno de mis pensamientos. Cuando hay pensamientos que no se alinean con las normas de Dafa, siempre que puedo reconocerlos, los elimino de inmediato. Es como la forma en que logré deshacerme de mi apego a la lujuria: simplemente no dejar espacio para este mal pensamiento.

Solo después de haber cultivado durante tantos años me di cuenta, mirando hacia dentro, de que podía mejorar mi xinxing. Solo cultivándome en cada oportunidad, pude sentir la belleza y la maravilla de la cultivación de Dafa. Gracias, Shifu. ¡Gracias, compañeros practicantes! 

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