(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1996. Cuando empecé, era muy feliz. Me levantaba a las 4:30 todas las mañanas y asistía al lugar de práctica a las 4:50 para participar en los ejercicios grupales, nunca faltaba un día excepto en circunstancias excepcionales. Al cabo de menos de dos meses, desapareció mi colecistitis crónica, la enteritis, la sinusitis, las úlceras de estómago y la distensión lumbar. Mi cuerpo estaba ligero, era más feliz y estaba bañada en la energía benevolente del Fa.

Desde el 20 de julio de 1999, el líder del partido comunista chino (PCCh) de esa época, Jiang Zemin, inició la persecución a Falun Dafa. Cientos de miles de practicantes fueron, y siguen siendo, perseguidos. Me amenazaron, pero nunca cedí. Saquearon mi casa y me enviaron a campos de trabajo varias veces. Como resultado, mi marido y mis hijos sufrieron un gran impacto. Como no renunciaba a mi fe, mi familia, mis parientes y mis amigos me presionaron y, finalmente, la angustia mental llegó a ser demasiado grande.

Aunque seguía las enseñanzas de Falun Dafa y hacía los ejercicios, dejé de aclarar la verdad sobre Dafa a la gente durante casi un año. Aunque estudiaba el Fa, hacía los ejercicios y enviaba pensamientos rectos, hacía estas cosas solo en la forma. Mi mente no estaba en el Fa.

Cuando regresaba a casa del trabajo, encendía la televisión para ver mi serie favorita. No sabía que mi nivel de xinxing había bajado. Como no podía concentrarme en el estudio del Fa, los principios del Fa en diferentes niveles no se manifestaron para mí, y no pude mejorar mi nivel de cultivación.

Un día, una joven practicante vino a mi casa. Mientras hablábamos de nuestras experiencias, ella notó que mi estado mental y físico no estaban bien. Aunque esta practicante no me veía a menudo, nos conocíamos muy bien y me trataba con respeto, como a una persona mayor. Pero ese día me habló con mucha franqueza y pude ver que estaba preocupada por mi estado de cultivación.

Me dijo: "Cuando empecé a practicar, no fui muy diligente. Una vez me dijiste que no tiene sentido vivir en el mundo sin Dafa. Te hice caso, y después de eso, me volví más diligente.

"Pero hoy, veo que tu estado de cultivación no es tan bueno como antes. Para decirlo de manera educada, has caído. El Maestro Li nos pide que miremos hacia adentro cuando encontramos problemas, así que ¿por qué no miras para ver por qué caíste? ¿Hay algún apego del que no puedas desprenderte?".

Al principio, no acepté completamente sus bienintencionadas palabras. Aunque no lo dije, pensaba: "He tenido más experiencia que tú". Pero como sus palabras eran desinteresadas y totalmente en mi beneficio, tuvieron un impacto en mí.

Me di cuenta que tenía miedo de volver a ser detenida. Ese miedo era un obstáculo en mi camino hacia la cultivación. Le hablé de mi miedo. Mientras más miedo tuviera, menos diligente sería mi práctica; mientras más cómoda fuera mi vida, menos pensamientos rectos tendría. Por eso, las viejas fuerzas pudieron tomar el control y explotar mi situación.

Mis miedos eran la causa fundamental de mis problemas de cultivación. Entonces trabajé conscientemente en suprimir, cambiar y superar el miedo desde el fondo de mi corazón.

Shifu dijo:

“El Fa puede revelar todos los apegos, el Fa puede erradicar todas las perversidades, el Fa puede exponer y eliminar todas las mentiras y el Fa puede fortalecer los pensamientos rectos” (Eliminen la interferencia, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).

En ese momento, estaba ocupada en el trabajo. Pero en cuanto llegué a casa, traté de sacar todo el tiempo posible para estudiar el Fa, hacer los ejercicios y enviar pensamientos rectos. El miedo fue desapareciendo poco a poco, y lentamente empecé a salir y a hablar con la gente sobre Falun Dafa y a ayudar a salvarlos.

Mi familia vive en el campo y yo trabajo en la ciudad. Estoy familiarizada con el entorno de la vida rural. Cada semana, salía al pueblo con otros practicantes y distribuía información sobre Falun Dafa de puerta en puerta.

Esto continuó hasta el brote del virus del PCCh (coronavirus). Intenté participar en las bodas y funerales de familiares y amigos. Aproveché esas oportunidades para contarle a la gente la verdad sobre Dafa y persuadirlos a renunciar al PCCh y sus organizaciones para que tuvieran un futuro mejor. Durante muchos años gasté mi propio dinero para imprimir folletos con información sobre la persecución.

Shifu dijo:

“Pero, como acabo de decir, llegando al final, tenemos que hacer aún mejor lo que debemos hacer, porque llegando a lo último es lo más crucial” (Fahui de Nueva York 2019)

Después del brote del virus del PCCh, cerraron las carreteras en muchos lugares del país. Al restringirse los viajes, hablaba sobre Falun Dafa con la gente que me encontraba y repartía folletos siempre que podía. Hablaba con la gente de camino a recoger a mis nietos de la escuela primaria todos los días. En un gran mercado en el campo, no perdí ninguna oportunidad de contarle a la gente la verdad.

En los últimos años, se han colocado cámaras en las calles y callejones para vigilar a la gente. Mientras estemos en un buen estado de cultivación, Shifu nos protege. A menudo, cuando iba a colocar una pancarta de Dafa, me daba cuenta que había cámaras de vigilancia ocultas y elegía otro lugar.

Han pasado más de diez años. Gracias a la ayuda de otros practicantes y al intercambio de sus experiencias, he llegado hasta aquí en la cultivación. He experimentado realmente el poder de la cooperación de "un solo cuerpo" de los practicantes de Dafa.

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