(Minghui.org) Durante un foro el 24 de febrero, Sir Geoffrey Nice QC del Tribunal de China revisó el historial y el funcionamiento del Tribunal, así como su veredicto sobre la sustracción forzada de órganos que está llevando a cabo en China el partido comunista chino (PCCh). Dijo que el crimen de sustracción de órganos amenaza a la humanidad y que tenemos la responsabilidad de corregirlo.

Sir Geoffrey Nice QC, presidente del Tribunal de China, habla sobre la sustracción forzada de órganos en China en un foro el 24 de febrero de 2021.

El foro fue parte de una conferencia sobre la sustracción forzada de órganos del PCCh, organizada por la Coalición Internacional para Poner Fin al Abuso de Trasplantes en China (ETAC).

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1966, declaró: “Todo ser humano tiene el derecho inherente a la vida. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie será privado arbitrariamente de su vida”, explicó ETAC en su sitio web sobre la motivación de la conferencia.

Sin embargo, el PCCh ha estado ejecutando sistemáticamente a personas "a pedido" durante las últimas dos décadas para proporcionar órganos para trasplantes. “Para las víctimas, que incluyen presos políticos, practicantes de Falun Dafa y uigures, no se trata solo de la sustracción de sus órganos, también es una sustracción de su vida. Para el resto de nosotros, nos roba nuestra humanidad y envenena para siempre nuestra capacidad de ser humanos”, continuó ETAC.

Aceptación amplia

Sir Nice ha sido abogado desde 1971. Entre 1998 y 2006, dirigió el enjuiciamiento del expresidente de Serbia Slobodan Milošević, en el Tribunal Penal Internacional de la ONU para la ex Yugoslavia (TPIY). Desde 2007, ha asesorado y representado a Estados y víctimas en varios conflictos armados nacionales e internacionales.

En diciembre de 2018, el Tribunal de China emitió una sentencia provisional, “Los miembros del Tribunal están seguros, por unanimidad y más allá de toda duda razonable, de que en China la sustracción forzada de órganos a presos de conciencia se ha practicado durante un período sustancial de tiempo que involucra un gran número de víctimas”.

El 18 de junio de 2019, el Tribunal anunció su conclusión final. “La sustracción forzada de órganos se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y los practicantes de Falun Dafa han sido una, y probablemente la principal, fuente de suministro de órganos. La persecución y las pruebas médicas de los uigures son más recientes, por lo que es posible que a su debido tiempo surjan pruebas de la extracción forzada de órganos de este grupo", continuó el comunicado. “El Tribunal no ha tenido pruebas de que la importante infraestructura asociada con la industria de trasplantes de China haya sido desmantelada y, en ausencia de una explicación satisfactoria sobre la fuente de los órganos disponibles, concluye que la sustracción forzada de órganos continúa hasta hoy”.

Estas sentencias se basaron en dos sesiones de audiencias, una entre el 8 y 10 de diciembre de 2018 y otra entre el 6 y 7 de abril de 2019. Más de 50 testigos, peritos, investigadores y analistas declararon durante las audiencias.

Sir Nice dijo que las conclusiones se extrajeron luego sobre la base de estas presentaciones. Las sentencias han sido ampliamente aceptadas en numerosos países. Varias naciones también las utilizaron para implementar leyes para frenar la sustracción de órganos. Estos países incluyen EE. UU., Canadá, Reino Unido y otros.

Estos tribunales populares independientes comenzaron después de la Segunda Guerra Mundial. Son relativamente escasos en Europa, pero a menudo se ven en América del Sur, explicó Sir Nice. Dijo que dicho tribunal no puede resolver todos los problemas, pero puede ser útil cuando algunos gobiernos u organizaciones internacionales no abordan ciertos temas y, por lo tanto, un tribunal popular puede llenar el vacío.

Al recordar su carrera, Sir Nice dijo que al principio no sabía mucho sobre los tribunales populares. No obstante, la violación de los derechos humanos en Irán durante la década de 1980 llamó su atención. Por eso, participó en el Tribunal de Irán después de su formación en 2007. De manera similar, cuando trabajó con el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, fue el fiscal principal en el juicio de Slobodan Milošević en La Haya.

Hace unos cinco años, el defensor de los derechos humanos Ben Rogers habló con Sir Nice, con la esperanza de que brindara una declaración sobre el tema de la sustracción de órganos en China. Como algunos países dijeron que las pruebas podrían no ser suficientes y no estaban dispuestos a participar, Sir Nice pensó en establecer un tribunal popular. Trabajando con Wendy Rogers de la Universidad Macquarie y David Matas, renombrado abogado de derechos humanos, se estableció el Tribunal de China.

Un tribunal pertenece al pueblo y solo se ocupa de los hechos

Basado en su experiencia previa con otros tribunales, Sir Nice construyó el Tribunal de China de una manera similar. Dijo que cuando los gobiernos y las organizaciones internacionales descuidan la represión de las personas y se niegan a tomar medidas, se necesitan tribunales populares.

A diferencia de un tribunal ordinario o un comité parlamentario, un tribunal popular debe pertenecer al pueblo. Es decir, debería estar formado por personas corrientes de una amplia formación, en lugar de abogados o expertos de ONGs.

En otras palabras, Sir Nice esperaba que el Tribunal funcionara como un juicio con jurado. Por ejemplo, los jurados de los tribunales penales o civiles llegan a una conclusión basada en la evidencia. En el caso de la sustracción de órganos, a los miembros del Tribunal también se les dijo que no hicieran suposiciones. Como si partieran de una hoja de papel en blanco, completarían hechos y formularían opiniones.

Como resultado, aunque las investigaciones independientes de David Matas, David Kilgour, Ethan Gutmann y otros han proporcionado pruebas sólidas de la sustracción de órganos en China, el Tribunal solo tomó las pruebas y llegó a su propia conclusión.

Una conclusión clara

Sir Nice dijo que la conclusión era que la extracción forzada de órganos -un crimen contra la humanidad- y el genocidio existen en China, tal y como se recoge en la sentencia.

Dijo que antes de este trabajo, ninguno de los miembros del Tribunal tenía conocimiento de la sustracción forzada de órganos. Son ciudadanos comunes que hacen su propio juicio racional basado en hechos. Aunque participaron profesionales del derecho, el Tribunal funcionó como un jurado para llegar a su propia conclusión. Además, no son responsables de brindar recomendaciones o decirles a las personas que tomen ciertas acciones, lo cual está fuera del alcance del Tribunal.

No obstante, la conclusión del Tribunal sería una referencia valiosa para cualquiera que trate con China. Esto incluye organizaciones educativas, empresas, agencias de viajes y otras entidades.

Sir Nice enfatizó que los miembros del Tribunal no tienen una agenda política y solo emiten juicios basados en hechos. Es por eso que podría ser difícil para cualquiera desafiar su conclusión. De hecho, desde que se anunciaron las sentencias del Tribunal en 2018 y 2019, nadie las ha refutado sobre una base fáctica.

Una amenaza para la humanidad

Debido a que las conclusiones sobre la sustracción forzada de órganos en China provienen de ciudadanos comunes, tales conclusiones pueden usarse para ayudar en la toma de decisiones siempre que sea necesario determinar si el PCCh ha cometido crímenes contra la humanidad. La sustracción forzada de órganos no afecta solo a unos pocos casos, sino que es un crimen a gran escala sancionado por el estado cometido por el PCCh contra personas inocentes. Si se deja desatendido, este crimen podría extenderse dada la globalización actual y poner en peligro a toda la humanidad.

Cuando la Declaración Universal de Derechos Humanos fue adoptada por las Naciones Unidas en 1948, resultó ser un marco universal para los derechos básicos y las libertades fundamentales. Sir Nice dijo que, porque se llama "derechos universales", también significa "responsabilidades universales". Es decir, es una obligación para todos los gobiernos y todas las personas.

Por tanto, cuando se vulneran los derechos de un grupo de personas, se relaciona con todos nosotros, todos tenemos la responsabilidad de corregir eso.

Esto hace que la sustracción forzada de órganos en China sea muy importante para todos. De hecho, el crimen aún continúa en China y es más extenso de lo que se cubrió en la sentencia el año pasado.

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