(Minghui.org) Las autoridades chinas anunciaron a principios de febrero de 2021 la detención de más de 80 personas por la fabricación y venta de vacunas COVID-19 falsas. La policía confiscó más de 3.000 vacunas falsas fabricadas con agua salina. La red ilegal llevaba operando desde el pasado mes de septiembre, acumulando enormes beneficios.

La eficacia y seguridad de las vacunas fabricadas en China suelen ser cuestionables. Diecisiete bebés murieron después de recibir vacunas contra la hepatitis B en 2013. Decenas de niños en edad escolar sufrieron vómitos y dolores de cabeza tras recibir la misma vacuna. Otras controversias en torno a las vacunas y los fabricantes también suscitan preocupación. Por ello, la comunidad internacional no está a favor de la vacuna desarrollada por China para el COVID-19. No obstante, el gobierno chino ha puesto en marcha la vacunación contra el COVID en algunas ciudades de China.

Al mismo tiempo, el partido comunista chino (PCCh) también está llevando a cabo una "diplomacia de las vacunas" distribuyendo vacunas fabricadas por China a los países del sudeste asiático. Pero no todos los países acogen el gesto de China. El primer ministro camboyano, Hun Sen, dijo abiertamente: "Camboya no es un cubo de basura, ni un laboratorio de vacunas". El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, había rechazado la vacuna china ante lo que calificó de falta de transparencia e información en las normas de vacunación chinas. En noviembre de 2020, Bolsonaro suspendió un ensayo brasileño de una vacuna china COVID después de un "incidente adverso grave".

Productos chinos falsos y adulterados

La vacuna COVID falsa no es una sorpresa en un país en el que los productos falsos y adulterados son habituales, desde los alimentos preparados para bebés hasta los medicamentos, pasando por los bolsos y las vacunas. A principios del año pasado, se descubrió que las mascarillas respiratorias "N95" fabricadas en China y vendidas en India, Pakistán y otros países eran falsas. Las mascarillas se anunciaban con el certificado "N95" del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo de Estados Unidos, cuando en realidad eran falsas.

Durante años, el gobierno comunista ha estado apoyando a su industria de vacunas e intentando entrar en el mercado internacional. Pero aún no ha encontrado su camino, debido a los escándalos de sobornos y batallas legales que han estado asolando a esta industria.

Kangtai Biological Products es uno de los mayores fabricantes de vacunas de China. Ha desarrollado su propia vacuna COVID-19 y AstraZeneca, una multinacional farmacéutica británico-sueca, la ha seleccionado también como único socio para la producción de la vacuna COVID-19 en China.

Pero muchos han cuestionado la seguridad de las vacunas producidas por Kangtai, ya que sus vacunas contra la hepatitis B, que causaron la muerte de 17 bebés en 2013, siguen utilizándose en la actualidad. Las autoridades chinas no solo exculparon a Kangtai de cualquier irregularidad, sino que también censuraron toda la información negativa sobre ella. Aquellos que pidieron una mayor investigación también se vieron acosados o detenidos.

Changsheng Bio-Technology es otra empresa de biotecnología especializada en vacunas. En 2017, se descubrió que sus vacunas DPT que se habían administrado a más de 200 mil niños eran ineficaces. Un año después, la empresa fue multada por falsificar los datos de una vacuna contra la rabia y producir una vacuna ineficaz para bebés. Se dijo que los altos ejecutivos de las empresas tenían estrechos vínculos con altos funcionarios del partido comunista chino.

No solo se falsifican los datos, sino que también se pueden falsificar las noticias en China. El 23 de septiembre de 2020, la cadena estatal CCTV publicó un vídeo en su página de Facebook en el que declaraba que la Dra. Somya Swaminasen, científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), había dicho que "la vacuna COVID-19 de China es eficaz". La noticia volvió a ser difundida posteriormente por su Red Mundial de Televisión (CGTN) y otros medios de comunicación. Una semana después, el Laboratorio de Verificación de Noticias Cibernéticas de la Universidad de Hong Kong informó de que la Dra. Swaminasen nunca había dicho que la vacuna de China fuese eficaz. El laboratorio comprobó que el vídeo de la CCTV estaba obviamente manipulado.

El PCCh es la principal causa

El partido comunista chino lleva mucho tiempo utilizando mentiras inventadas para engañar al público. Ya en 1958, durante la campaña del Gran Salto Adelante del PCCh, los funcionarios afirmaron que la producción de grano había alcanzado miles de kilos por acre, aunque sabían que no era posible. Bajo el régimen totalitario del PCCh, los funcionarios siguieron las mentiras en contra de su conciencia y sentido común. Como resultado, cuarenta millones de personas murieron de hambre en la Gran Hambruna que se produjo ese mismo año.

La fabricación y la falsificación de datos es reconocido incluso por los funcionarios chinos. En 2016, el director de la oficina nacional de estadística, Ning Jizhe, escribió en el diario People's Daily que la falsificación se producía en algunos lugares de vez en cuando en contra de la normativa, lo que confirma que los datos oficiales no siempre reflejan la realidad. Otro artículo publicado en 2012 con el título "La falsificación de datos económicos se convierte en la mayor corrupción en el ámbito de las estadísticas" lo que daba a entender que los datos económicos de China eran falsificados.

El COVID-19 ha hecho estragos en el mundo, con más de 100 millones de personas infectadas y más de 2,2 millones de fallecidos. Incluso con la vacunación desplegada en muchos países, como el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y otros países de la Unión Europea, están apareciendo informes de variantes del virus más contagiosas. En un momento como éste, las vacunas y mascarillas falsas procedentes de China no hacen más que empeorar la situación.

Mucha gente cree que el PCCh es la causa principal de todos los problemas de la sociedad actual. Las lecciones de la historia nos dicen que no se puede confiar en el PCCh ni en su propaganda. El mundo debe tener la cabeza despejada y no hacerse ilusiones al respecto.