(Minghui.org) Los miembros del Parlamento canadiense (MP) aprobaron una moción no vinculante el 22 de febrero de 2021, reconociendo los abusos en materia de derechos humanos cometidos por el partido comunista chino (PCCh) contra los uigures en Xinjiang como un genocidio.

Esta moción fue presentada por el diputado Michael Chong, vicepresidente de la Comisión Permanente de Asuntos Exteriores y Desarrollo Internacional, el 18 de febrero. Fue aprobada en la Cámara de los Comunes con el voto abrumador de los 266 diputados.

Captura de pantalla del diputado John McKay durante el debate en la Cámara de los Comunes el 18 de febrero de 2021.

Tratar al PCCh como se trataría a los terroristas o a los matones de la mafia

Durante el debate del 18 de febrero, el diputado John McKay dijo que esta moción supone una oportunidad para que el gobierno reflexione sobre el "profundo malestar del pueblo de Canadá hacia el partido comunista chino".

Dijo que la arrogancia y la ignorancia expresadas por los funcionarios del PCCh y sus diplomáticos han encendido los ánimos de los canadienses. Señaló que "el punto de controversia más evidente es el secuestro de los Michaels por parte del gobierno de China. El Gobierno de Canadá se ve necesariamente limitado cuando se enfrenta a la realidad del secuestro".

Los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor fueron detenidos en China después de que Meng Wanzhou, la directora financiera y vicepresidenta del consejo de administración de la empresa china de telecomunicaciones Huawei, fuera arrestada el 1 de diciembre de 2018 en el aeropuerto internacional de Vancouver por agentes de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá.

"El secuestro funciona. Es el sello distintivo de los terroristas, el crimen organizado, las naciones deshonestas y del partido comunista de China". El diputado McKay dijo: "Es contrario a las normas y valores de cualquier nación civilizada, y mucho menos al Estado de Derecho. Necesariamente, el Gobierno de Canadá ha tenido que tratar con el gobierno de China como se haría con terroristas o matones de la mafia; por lo tanto, esto ha tenido consecuencias en las relaciones, al igual que este debate".

Añadió que "ningún acuerdo comercial, convenio, memorando de entendimiento o contrato vale el papel en el que está escrito con este gobierno. Cualquier vulnerabilidad será explotada por el gobierno de China, y no hay base para ninguna confianza, ningún compromiso, ni para ningún entendimiento".

Deshacerse de las convenciones y reglas internacionales

El diputado McKay también dijo que el PCCh "ha decidido que no tiene respeto por ninguna otra nación, grande o pequeña". Su objetivo es "tener a todas las naciones como estados vasallos, incluidos Canadá, Nueva Zelanda, Australia y Gran Bretaña".

Recordó que cuando Nixon visitó China en los años 70: "la familia de naciones tenía la intención de sacar a China de su estado de atraso mediante una serie de acuerdos comerciales favorables, el más significativo de los cuales fue la admisión en la Organización Mundial del Comercio".

Pero la realidad es que "durante años, China ha considerado las leyes, los convenios y las normas de la OMC como sugerencias casuales de las que se puede prescindir cuando le conviene. Parece que hacer trampa es rentable".

"El robo generalizado, la admisibilidad comercial unilateral, el bloqueo extra arancelario y la corrupción descarada han alimentado el espectacular aumento de la riqueza de China, y Occidente ha tardado en responder. Simultáneamente, la agresión militar sin respuesta en el Mar de China Meridional, con la creación de islas artificiales y la intimidación a las armadas de otras naciones, en particular las de Filipinas y Vietnam, ha afianzado aún más la condición de matón a China", añadió.

Productos de mano de obra esclava china en la cadena de suministro de Canadá

El diputado McKay señaló que, además de ignorar las normas internacionales, el PCCh también utiliza sus enormes recursos financieros para comprar o intimidar a otras naciones en desarrollo. Al mismo tiempo, lleva a cabo diariamente el robo generalizado de la propiedad intelectual en los países desarrollados.

Por otro lado, el uso de mano de obra esclava en China también ha devastado numerosas industrias en Canadá. The Globe and Mail, The Toronto Star y la CBC han informado de que "vastas redes de esclavos producen todo tipo de bienes, muchos de los cuales infectan la cadena de suministro de Canadá".

The Globe and Mail también publicó recientemente un artículo sobre cómo el gigante solar Canadian Solar y dos empresas mineras quedaron en "grave peligro de que sus cadenas de abastecimiento se contaminen con trabajo esclavo".

"Los trabajadores y las empresas canadienses no pueden competir con el trabajo esclavo. Esta práctica está tan extendida que se debería considerar un cambio en el balance del saldo, ya que se supone que las mercancías que salen de China tienen elementos de esclavitud, a menos que se demuestre lo contrario", dijo el diputado McKay.

El diputado McKay dijo que el proyecto de ley sobre la esclavitud moderna C-423 que presentó en el último Parlamento ha sido retomado en el Senado y ahora es el proyecto de ley S-216. Sugirió que el Gobierno de Canadá se encargue de ello y se asegure de que "los canadienses no compren a sabiendas productos fabricados por esclavos" y de que "las empresas de cierto tamaño estén obligadas a certificar ante el Ministro de Seguridad Pública que han examinado sus cadenas de suministro y están convencidas de que no existe esclavitud en ellas".

Las violaciones de los derechos humanos no son "asuntos internos"

El diputado McKay enfatizó que "la riqueza construida en base al robo, la intimidación, la duplicidad y la esclavitud es el sello de este gobierno chino. Por lo tanto, no debería sorprendernos que los derechos humanos, y mucho menos la integridad moral, sean conceptos extraños para este gobierno profundamente corrupto".

Dijo que el PCCh considera sus abusos de los derechos humanos en Hong Kong y sus provocaciones militares cada vez más agresivas hacia Taiwán como sus "asuntos internos", pero "es evidente que no son asuntos internos".

Además: "hay otras preocupaciones internacionales: las escaramuzas fronterizas con India, la ocupación del Tíbet, los abusos a sus propios ciudadanos, las acusaciones fundadas de la sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa y la destrucción indiscriminada de iglesias cristianas", dijo.

Con respecto a las numerosas pruebas de "tortura, esclavitud, restricciones a la libertad de movimiento, negación de la libertad de religión y creencia, y negación del derecho a un juicio justo" hacia los uigures, dijo: "todas las pruebas apuntan en una dirección y toda la desinformación del estado apunta en la otra".

"El gobierno de China no respeta los derechos de otras naciones, no respeta los derechos de otros pueblos, no respeta los derechos de sus propios ciudadanos y, desde luego, no respeta los derechos de los grupos minoritarios. Me atrevo a decir que el gobierno de China no tendrá ningún respeto por la aprobación de esta moción". Dijo el diputado McKay.

Sugirió que el gobierno de Canadá adopte una serie de políticas, como las sanciones Magnitsky a funcionarios chinos, las sanciones comerciales, la presión diplomática y la reforma de las instituciones multilaterales con el fin de presionar al PCCh por sus atroces abusos cometidos contra los derechos humanos.