(Minghui.org) En octubre de 2019, fue condenada a dos años por su fe en Falun Gong una mujer de 59 años de la ciudad de Jingzhou, provincia de Hubei. Ingresó en la prisión de mujeres de la provincia de Hubei en enero de 2020.

Cuando fue liberada el 10 de julio de 2020, la Sra. Wang Qiong había perdido alrededor de 16 kg (35 libras) debido a las torturas que sufrió durante sus seis meses de encarcelamiento. También le habían roto dos costillas y había perdido un diente. Tenía la tensión alta y los pies y las piernas hinchados. También tenía dificultades para respirar, así como graves quistes en el hígado y cálculos biliares.

No es la primera vez que la Sra. Wang es perseguida por su fe. Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una antigua disciplina espiritual de ejercicios y meditación perseguida por el régimen comunista chino desde 1999. Debido a que la Sra. Wang se mantuvo firme en su fe, ha sido detenida en varias ocasiones, condenada a dos campos de trabajo y recluida en centros de lavado de cerebro en tres ocasiones, además de su última condena.

Última sentencia

La Sra. Wang fue abordada por tres agentes mientras tomaba un descanso en un paseo lateral con su amiga la Sra. Ma Shijun el 20 de junio de 2017. Los policías registraron sus bolsos y, tras descubrir materiales relacionados con Falun Gong, detuvieron a ambas mujeres y las llevaron al centro de detención del condado de Jiangling.

Dos días después de que las Sras. Wang y Ma fueran interrogadas por los procuradores de la procuraduría del condado de Jiangling, la policía se presentó en el centro de detención el 19 de julio de 2017 y dijo que no habían admitido sus casos. Ambas fueron puestas en libertad bajo fianza a la mañana siguiente sin que se les exigiera el pago de la fianza.

Aunque las dos practicantes pensaron que ese era el final de su caso, la policía, sin embargo, detuvo a la Sra. Wang de nuevo en torno a las 6 de la mañana del 12 de agosto de 2018, cuando salió a hacer la compra. La Sra. Ma también fue detenida el mismo día. Las casas de ambas también fueron saqueadas.

Durante el año y medio de encarcelamiento en el centro de detención del distrito de Jingzhou, la Sra. Wang fue sometida a un constante lavado de cerebro y se le ordenó renunciar a Falun Gong. Ella mantuvo su fe y se negó a obedecer.

Las Sras. Wang y Ma fueron juzgadas por el tribunal del condado de Jiangling el 9 de agosto de 2019. La Sra. Wang se negó a aceptar a los abogados designados por el tribunal, a quienes se les ordenó que se declararan culpables por ella. En su lugar, actuó como su propio abogado y presentó una declaración de no culpabilidad.

El juez condenó a la Sra. Wang a dos años con una multa de 10.000 yuanes y a la Sra. Ma a un año y ocho meses con una multa de 8.000 yuanes en octubre de 2019.

Después de que el tribunal intermedio de la ciudad de Jingzhou rechazara sus apelaciones y confirmara sus sentencias en diciembre de 2019, la Sra. Wang fue llevada a la prisión de mujeres de la provincia de Hubei en enero de 2020. La Sra. Ma permaneció en el centro de detención de Ximen y fue liberada alrededor de abril de 2020.

Tortura en la prisión de mujeres de la provincia de Hubei

Durante los seis meses que la Sra. Wang cumplió su condena en la prisión, estuvo recluida en la unidad de gestión estricta. Como se mantuvo firme en su fe, las autoridades penitenciarias organizaron cuatro equipos de vigilancia para perseguirla.

Nada más ingresar en la prisión, la obligaron a permanecer de pie durante largas horas y a recitar las normas de la prisión. Los guardias también le ordenaron admitir su culpabilidad y escribir declaraciones para renunciar a Falun Gong.

El segundo día, un grupo de reclusas la empujó al rincón en el baño sin cámara de vigilancia. La golpearon y le metieron en la boca un trapo utilizado para limpiar el baño. Para instigar a todas las demás reclusas de su celda a perseguirla, la reclusa principal obligó a las 20 reclusas a ponerse de pie junto a la Sra. Wang, manteniendo su cabeza baja y mirando a sus pies.

A excepción de las reclusas asignadas a vigilar a los practicantes de Falun Gong, no se permitía a nadie hablar con ellas ni siquiera ayudarles, o ellas mismos serían castigadas.

Las reclusas golpeaban a la Sra. Wang a voluntad para obligarla a someterse. Además de meterle constantemente trapos sucios en la boca y obligarla a permanecer de pie durante largas horas, le tiraban del pelo, la golpeaban y la pateaban, y la golpeaban en la cara con un zapato. Una reclusa la amenazó con meterle una compresa usada en la boca o con alimentarla a la fuerza con orina y heces.

La Sra. Wang también pasó hambre y no recibió suficientes artículos de primera necesidad, como cepillo de dientes, perchas, jabón o papel higiénico. Tenía que lavarse con una sola toalla. Sin papel higiénico, tenía que limpiarse con calcetines mojados, lo que le agrietaba la piel.

Por la noche, después de un día de estar de pie, las reclusas no la dejaban dormir bien y la despertaban cada diez minutos. También la maldecían en un lenguaje grosero.

El 18 de marzo de 2020, las reclusas volvieron a intentar obligar a la Sra. Wang a escribir declaraciones para renunciar a Falun Gong. Después de que ella se negara, la arrastraron a una zona sin cámara de vigilancia y la golpearon. Una persona le tiró del pelo y la lanzó contra la esquina de la barandilla metálica de la cama. Esto le provocó la rotura de dos costillas. Cuando las reclusos le metieron a la fuerza un trapo en la boca y la abofetearon, perdió un diente, vomitó sangre, tuvo dificultades para respirar y luego se desmayó.

La Sra. Wang informó a los guardias de la prisión en varias ocasiones de que tenía un dolor punzante en el lado derecho de la espalda y pidió que fuera a un hospital para que la examinaran. Los guardias hicieron caso omiso de su petición y la culparon de fingir estar enferma. Siguieron obligándola a estar de pie todos los días y a agacharse para limpiar el suelo.

Cuando la Sra. Wang se sometió a una revisión tras ser liberada el 10 de julio, se descubrió que tenía graves quistes en el hígado y cálculos biliares.

Las represoras de la persecución de la Sra. Wang fueron las siguientes reclusas:

Xu Hui, una de las principales reclusas, originaria de Jingshan, provincia de Hubei, que cumple condena por tráfico de drogas.

Shen Yongbao es de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Fue asignada para "transformar a los practicantes de Falun Gong". Fue encarcelada por el delito de corrupción.

Chen Zhizhen es del condado de Yinshan, provincia de Hubei. Fue encarcelada por el delito de corrupción.

Chen Hui es de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Era traficante de drogas.

Lui Hui, de 23 años, era una mujer fuerte que a menudo golpeaba a las practicantes. Fue encarcelada por el delito de fraude.

Xiao Fang es de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. También era traficante de drogas.

Zhou Jiaohua es del condado de Hanchuan, provincia de Hubei. Fue encarcelada por fraude.