(Minghui.org) Un refrán chino dice: "Lo difícil es para quien no puede, pero no para quien puede". Significa que un problema parece muy difícil o imposible para alguien sin la capacidad de resolverlo, pero no lo es para los que tiene la capacidad. Desde la antigüedad hasta el presente, ha habido muchas historias sobre cultivadores virtuosos que extienden la mano a los necesitados y resuelven problemas difíciles.

Salvar dos vidas con una sola aguja

Sum Simiao (541-682 d.C.) recibió el nombre de Rey de la Medicina en la historia de China. En la antigua China sus dos libros, Qianjin Yaofang y Qianjin Yifang, fueron considerados grandes enciclopedias médicas.

Un día se encontró con un grupo de personas que llevaban un ataúd y se dirigían a un lugar de sepultura. Al ver que la sangre goteaba del ataúd, Sun lo examinó y supo que se podía salvar a la persona. Así que corrió detrás de ellos y gritó: "¡Deténganse! ¡Puedo salvar a esta persona! Todavía no está muerta".

La gente lo ignoró, pensando que estaba loco. Sun les rogó que se detuvieran y bajaran el ataúd, pero nadie le hizo caso, ya que los lugareños consideraban que detener un ataúd traía mala suerte. Sun no tuvo más remedio que seguirlos y continuar gritando: "Esta persona murió en el parto; el bebé no salió, y la madre siguió sangrando y también murió, ¿cierto? Ahora sigue sangrando, así que significa que esta persona se puede salvar. Por favor, bajen el ataúd ahora; si no, será demasiado tarde".

Sorprendidos por su precisa descripción, como si hubiera visto todo el incidente, la gente se detuvo. Bajaron el ataúd y lo abrieron. Sun sacó una aguja y pinchó el punto de acupuntura adecuado de la mujer. Poco después, ella revivió con una exhalación. Cuando todos estaban sorprendidos y alegres, se oyeron los gritos de un bebé. Tanto la madre como el bebé se habían salvado, y la gente se alegró.

Este milagro de salvar dos vidas con una sola aguja se difundió rápidamente por toda la comunidad.

Tratar las plagas con arrepentimiento

Zhang Daoling, un renombrado taoísta de la dinastía Han oriental (25 a.C.- 220 d.C.), tenía decenas de miles de discípulos. Al igual que otros taoístas, se enfocaba en el mejoramiento del carácter y la iluminación espiritual.

Además de enseñarle a sus discípulos, Zhang también guiaba al público para que se esforzara por alcanzar un mayor nivel moral y una mejor conducta. Un ejemplo de esto fue su singular forma de tratar las plagas. Zhang pedía a los infectados que escribieran todas las fechorías que habían hecho en toda su vida. Luego debían colocar el papel en agua y jurarles a los dioses que no volverían a hacer cosas malas. También debían prometer que, si volvían a cometer maldades, preferirían acabar con su vida.

Muchas personas siguieron este consejo y se recuperaron. Más personas se enteraron de esto, hicieron lo que les indicaron y se curaron. Como resultado, Zhang y sus discípulos salvaron cientos de miles de vidas.

La infección por coronavirus se cura recitando "Falun Dafa es bueno"

Minghui.org publicó una historia en marzo de 2020 sobre una pareja de médicos en Wuhan que se recuperó milagrosamente del coronavirus después de atender el consejo de su sobrino de recitar "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".

El sobrino es un practicante de Falun Dafa vive en Norteamérica. Falun Dafa es una práctica de mente y cuerpo que se basa en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. A continuación comparto un extracto de la historia contada por el sobrino.

Incluso antes del Año Nuevo Chino 2020, ya había leído sobre el brote de coronavirus en Wuhan. Como mi tío vive allá, lo llamé para recordarle que se abasteciera de alimentos. Descartó la noticia de un brote y me dijo que no creyera en rumores. "Wuhan estará bien", me aseguró.

Tuvimos un videochat el 31 de enero de 2020, y parecía débil y decepcionado, como si se estuviera despidiendo de mí. "No sabía nada del brote antes de que cerraran Wuhan", dijo. "Y su tía [su esposa] y yo íbamos a todas partes a fiestas y jugábamos al mahjong con los amigos. Pero después, los dos teníamos fiebre".

Como mis tíos son médicos, empezaron a inyectarse mutuamente para bajar la fiebre. Pero su estado empeoró después de una semana. Sus fiebres persistían y perdieron la esperanza.

Le dije que probara a recitar "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". "¡Tonterías!", respondió impaciente. "Si esto es lo que quieres decirme, mejor lo dejamos aquí".

Empecé a practicar Falun Dafa en la universidad. Me expulsaron de la escuela por mi creencia cuando el partido comunista chino empezó a perseguir a Falun Dafa. Más tarde dejé China y comencé una nueva vida en Norteamérica. Mi tío pensó que yo era muy terco por no abandonar la práctica.

Entonces le sugerí que probara el té de ajo. Al día siguiente, mi tío me llamó de nuevo. "El té de ajo no funcionó", dijo. "Se acabó para nosotros".

Al ver su frustración y desesperación, supe que necesitaba ayuda. "Tío, usted es médico, así que sabe que aún no hay medicamentos para el coronavirus y que mucha gente en Wuhan ya ha muerto por eso. Si lo que busca es dinero o fama, no podría ayudarle con eso. Pero si lo que busca es salud y seguridad, Falun Dafa es lo mejor".

Me preguntó qué pensaba de Falun Dafa. "Me ha dado una buena salud", le dije.

"¿Qué crees que debo hacer?", preguntó.

Le dije: "Debería seguir recitando 'Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Puede decirlo en voz alta. Si algo cambia, por favor, avíseme". Aceptó.

Esa noche, llamé a mi tío y le pregunté: "¿Cómo van las cosas ahora?".

"Esto me ha ayudado", dijo. "Después de la fiebre, estaba estresado todo el tiempo y apenas podía dormir. Después de recitar esas palabras anoche, dormí bien. Creo que ha funcionado".

Contento por su mejoría, le dije: "Para ayudarle completamente a recuperarse, aún espero que intente hacer los ejercicios de Falun Dafa". Le envié videos instructivos de los ejercicios.

Esa noche (ya de mañana en China), mi tío me envió un mensaje de voz: "Ya estoy bien. Es como un milagro". Dijo que la fiebre desapareció por completo esa noche. No solo eso, sus piernas, que antes siempre estaban frías, ahora estaban calientes y cómodas. "Tengo que ir a decírselo a tu tía. La enviaron al hospital", dijo.

Al ver que mi tío se había recuperado, mi tía también empezó a recitar esas frases. Después de empezar a practicar los ejercicios de Falun Dafa, ella también se recuperó.

Desde la antigüedad hasta el presente, ha habido demasiadas cosas que no podemos explicar con la ciencia. A veces, en los momentos más difíciles, tal vez lo que necesitamos es abrir nuestra mente y romper nuestras nociones. Quizás lo que nos puede ayudar está frente a nuestros ojos.

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Pareja de médicos de Wuhan se recupera del coronavirus después de recitar "Falun Dafa es bueno"