(Minghui.org) Shifu protege y vela por cada practicante en su camino de cultivación. Me gustaría compartir algunas experiencias en la cultivación de mi hijo y cómo hemos sido testigos de la magnificencia del Maestro y de Dafa.
Mi hijo, Huhu (seudónimo), no estaría vivo hoy de no ser por Dafa. La ciencia moderna y la medicina no pudieron curar ni explicar la causa de sus enfermedades. Después de que comenzó a practicar Falun Dafa, sus dolencias desaparecieron. Espero que los seres conscientes puedan conocer la verdad sobre Falun Dafa y ser bendecidos.
Un cuerpo joven y enfermo
Huhu tuvo muchas tribulaciones desde que nació. Los médicos le diagnosticaron ictericia y estaban a punto de quitármelo porque necesitaba ser hospitalizado. Les pregunté: "Ahora estoy amamantando a Huhu. ¿Qué le pasará cuando me lo quiten?". Un médico dijo que le darían leche artificial. Cuando pregunté qué debía hacer con mi leche materna, el médico dijo con impaciencia: "Puede sacársela o tirarla. Nos da igual". Me quedé impactada y me negué a que se llevaran a Huhu.
Querían que firmara una renuncia en la que se declaraba que ellos no se harían responsables si le ocurría algo a Huhu. Lo firmé sin pensarlo dos veces. Al cabo de un par de días a Huhu le aparecieron unos bultos rojos por todo el cuerpo y le comenzaron a salir costras en los ojos. Me mantuve impasible y seguí limpiándolo con un paño húmedo todos los días. Las protuberancias desaparecieron en pocos días.
Cuando llegamos a casa desde el hospital, escuchamos "Pudu", "Jishi" y las conferencias de audio de Shifu. También recité muchas veces "Falun Dafa es bueno, y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". La ictericia de Huhu desapareció en una semana.
Cuando Huhu tenía unos 37 días, no paraba de llorar. Era tan intenso que los vecinos se quejaban. Mi padre sugirió que le hicieran un reconocimiento. No tuve más remedio que llevarlo al médico. Me sorprendió la cantidad de pruebas que le hicieron. No solo eran costosas, sino que además eran muy desagradables para Huhu, y lloraba histéricamente.
Al final, los médicos no pudieron averiguar por qué lloraba constantemente y me aconsejaron que lo llevara a otro médico.
La nueva doctora era más simpática y parecía más amable que las anteriores. Me preguntó: "¿Es tu primer bebé?". Asentí con la cabeza. Continuó: "Tienes que estar mentalmente preparada. Tu hijo podría tener una discapacidad mental...".
La interrumpí, le di las gracias y salí de la consulta con mi hijo en brazos. Una vez fuera, rompí a llorar y le conté a mi marido lo que había dicho la doctora. Le dije: "Vamos a casa. No importa lo que me haya dicho la doctora porque no le creo. Solo el Maestro tiene la última palabra".
Al llegar a casa cuidé mucho de Huhu y escuché las enseñanzas de Shifu. En mi tiempo libre, le cantaba, jugaba y le hacía feliz cuando lloraba. Cuando volví al hospital tres meses después, el médico me dijo que Huhu se estaba desarrollando bien y que su único problema era que estaba bajo de peso. El médico me sugirió que le hiciera una prueba de alergia para ver si era alérgico a algo. Descubrimos que era alérgico a la proteína de la leche. Le compramos una fórmula láctea muy cara hasta que pudo comer alimentos sólidos. Fue mejorando día a día y pronto cumplió un año.
Justo después de su primer cumpleaños, Huhu tuvo roséola. Estaba más tranquila y despejada porque mis colegas me dijeron que era una infección común en los niños. No fuimos al hospital, y la fiebre se le pasó en tres días. Cuando Huhu tenía unos 18 meses, mi padre, que estaba cuidando del bebé en ese momento, me llamó y me dijo que volviera a casa inmediatamente. Cuando llegué, mi padre me dijo: "Tiene fiebre y empezó a tener espasmos. Perdió el conocimiento durante un minuto y tanto tu madre como yo entramos en pánico". Mi padre me dijo que lo llevara al hospital. No tuve más remedio que llevarlo al hospital una vez más. El médico diagnosticó los espasmos como convulsiones febriles y me dijo que necesitaba tratamiento. No hice caso al médico y me llevé a Huhu a casa.
Escuchamos las conferencias de Shifu y le enseñé a recitar "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Huhu se recuperó en poco tiempo.
Durante los dos años siguientes, Huhu tuvo a menudo síntomas de convulsiones febriles. Cada vez que tenía fiebre entraba en pánico y me ponía nerviosa. Una vez, el cuerpo se le puso rígido y le salió espuma blanca de la boca. Yo estaba aterrorizada y recitaba continuamente "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Le pedí ayuda a Shifu porque sabía que solo Shifu podía salvarlo. Estoy agradecida a Shifu desde el fondo de mi corazón. Shifu ha salvado a mi hijo cada vez que ha estado al borde de la muerte y no hay palabras que puedan expresar mi gratitud.
Guiando a mi hijo por el camino de la cultivación
Después de esta serie de acontecimientos, pensé para mis adentros: Aunque Huhu ha estado en el hospital en numerosas ocasiones a lo largo de los años, no ha tomado ningún medicamento. La vida es imprevisible y es difícil saber lo que va a suceder.
Shifu dijo:
“Aún hay un método que puede cambiar la vida entera del hombre, y este es el único método; es que esta persona, de ahora en adelante, transite un camino de xiulian” (Segunda Lección, Zhuan Falun).
Así que decidí guiar a Huhu, que entonces tenía tres años, por el camino de la cultivación.
Comenzamos a recitar los poemas de Hong Yin y le dije: "Vamos a ver si puedes memorizar el poema después de recitarlo tres veces". Parecía interesado y quería intentarlo. Consiguió memorizar el primer poema después de leerlo tres veces. Me emocioné y lo felicité por su esfuerzo.
Memorizaba de tres a cinco poemas cada día y finalmente comenzamos a memorizar poemas de Hong Yin III. Más tarde me di cuenta de que Huhu no había tenido fiebre en seis meses. Como dice el refrán: "la apariencia proviene de la mente". Quizás me preocupé demasiado por su fiebre: varios días después, volvió a tener fiebre.
Esta vez no tuvo convulsiones y solo perdió el apetito. También vomitó mucho moco blanco y comprendí que el Maestro estaba limpiando su cuerpo. Sabía que la vida de Huhu había cambiado porque se había convertido en un joven discípulo de Dafa. Le dije: "Huhu, no tengas miedo. El Maestro está limpiando tu cuerpo. Estarás bien. Aunque puede ser incómodo durante el proceso, tienes que ser fuerte". Huhu pareció entender lo que dije y asintió.
El Maestro purificó el cuerpo de Huhu dos veces, y noté el cambio en su cuerpo. Se volvió más saludable y menos quisquilloso a la hora de comer. Antes parecía muy delgado, pero después de preparar varios tipos de platos diferentes que le gustaban, ganó peso. Sus alergias desaparecieron y se convirtió en un niño mucho más sano. El Maestro sabía que Huhu no sería capaz de soportar todos estos sufrimientos, así que el Maestro purificó su cuerpo poco a poco. ¡Shifu ha soportado mucho por Huhu!
Mejorando nuestro xinxing
Huhu no ha tenido fiebre desde entonces y ahora tiene 10 años. La cultivación no consiste en librarse de las enfermedades y mantenerse en forma. En cambio, es un proceso para regresar al verdadero ser original. Las tribulaciones de xinxing comenzaron a aflorar a medida que se volvía más saludable.
Un día recogí a Huhu de la guardería, y cuando llegamos a casa vi marcas de mordiscos en sus brazos. Tenía todo el brazo magullado y le pregunté qué había pasado. Me dijo que la hija de la maestra le había mordido. Se me rompió el corazón y le pregunté si le dolía. Me dijo que al principio le dolió mucho, pero que en cuanto recitó "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" el dolor disminuyó. Me alegré mucho por él. No solo era capaz de considerar a los demás, sino que también podía soportar el dolor. Sabía que Shifu le había ayudado con el dolor.
Una vez llevé a Huhu a una zona de juegos para niños y oí que un niño pequeño le decía a una niña: "Ve a pegar a Huhu". Efectivamente, la niña empezó a darle puñetazos. Huhu se sobresaltó y se quedó helado en el sitio. Llamé a Huhu y le pregunté si le había dolido. Me dijo: "Al principio me dolió, pero después no sentí nada. Solo seguí recitando "Falun Dafa es bueno, Verdad Benevolencia-Tolerancia es bueno". Supe que Shifu lo estaba protegiendo una vez más.
Huhu tropezó y se cayó durante una clase de baile cuando estaba en segundo curso. Se lastimó la espalda y le dijo a su profesora que necesitaba un descanso. La profesora le dijo con severidad que tenía que volver a la clase de baile. Huhu se sintió agraviado, pero aun así consiguió hacer algunos de los movimientos de baile. Cuando llegó a casa, empezó a llorar y me contó lo que había pasado. Decidí explicar la situación de Huhu a la profesora en un mensaje de texto. Para mi incredulidad, la profesora empezó a culparme y a criticar a Huhu por mentir. En los días siguientes, la profesora empezó a meterse con Huhu. No le dejaba beber agua ni ir al baño. Hizo que otros alumnos le acosaran, no le dejaba hacer descansos y lo castigaba poniéndolo de pie contra la pared.
Sus amigos se burlaban constantemente de él, y ninguno de sus compañeros le hablaba. Huhu solo tenía siete años en ese momento. Era muy duro para mí ver todo esto, y más aún llevar a Huhu a la escuela todos los días. Me esforcé por mantener la calma y estudié el Fa con Huhu.
Shifu dijo:
“El aguantar con odio, quejas o lágrimas es el Ren de una persona común que está apegada a sus recelos. Sólo el aguantar completamente sin ningún odio ni queja alguna es el Ren de un cultivador” (Qué es Ren, Escrituras esenciales para mayor avance).
Huhu dijo: "Mamá, ya sé lo que tengo que hacer. No debo tomarme las cosas a pecho".
Le contesté: "Sí, superemos juntos esta tribulación. Solo queda un mes de clase antes de las vacaciones de invierno. Perseveremos un mes más". Huhu asintió.
La profesora criticó a Huhu a final de curso en su boletín de notas. Sin embargo, esta vez, mi corazón permaneció impasible. Como cultivadores, no debemos dejarnos mover por la gente común. Todo lo que nos sucede es una forma para que el cultivador elimine el yeli (karma). Al final del segundo curso pedí que trasladaran a Huhu a otra clase y no volvimos a encontrarnos con una profesora como ella.
Durante este proceso, Huhu y yo hemos elevado nuestro xinxing y hemos madurado mucho en nuestra cultivación. Huhu no solo se ha mantenido sano, sino que también es muy amable y tiene buen apetito. Estamos muy contentos y consideramos que todas las tribulaciones a las que nos enfrentamos son una forma de mejorar en nuestra cultivación. Seguimos los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia todos los días y vivimos nuestra vida plenamente.
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