(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Vivo en el campo y he practicado Falun Dafa durante 22 años. Soy contratista de reparaciones de viviendas, tengo más de 50 años, y siempre trato de ser una buena persona siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Por ejemplo, siempre trato de ayudar a mis clientes a obtener los mejores resultados por el menor costo.

Al haberme beneficiado física y espiritualmente de Dafa, he aprovechado muchas oportunidades para compartir la bondad de la práctica con la gente. Debido a la continua persecución del Partido Comunista Chino (PCCh), también desmentí la propaganda difamatoria del régimen sobre Dafa para que la gente renuncie al PCCh y tenga un futuro mejor. Siempre que tengo tiempo, distribuyo materiales de aclaración de la verdad, coloco carteles y folletos y cuelgo pancartas.

El frío no puede detenerme

Shifu dijo:

“Siendo un Dafa dizi del período de la rectificación del Fa, la liberación personal no es la meta de la cultivación; vuestro gran voto cuando vinieron fue en realidad la salvación de los seres conscientes y ésta es la responsabilidad y la misión que la historia les ha otorgado durante esta rectificación del Fa. Por lo tanto, una gran cantidad de seres conscientes es objeto de vuestra salvación” (Dejen ir los corazones humanos, salven a la gente del mundo, Escrituras esenciales para mayor avance (III)).

Lo entendí mejor después que comenzó la pandemia. Cuando otros practicantes hacían materiales de Dafa, yo me llevaba algunos (a menudo entre 100 y 300) a casa. Después de graparlos, encuadernarlos y empacarlos, salía con mi esposa y los distribuíamos.

Los días de invierno en el noreste de China son muy fríos. Con el frío en los huesos, la boca y la nariz congeladas y el dolor en las yemas de los dedos como si me hubieran mordido, de vez en cuando me preguntaba si debía continuar o dejar de distribuir los materiales. Pero recordando lo mucho que me había beneficiado de Falun Dafa, cómo me había ayudado el Maestro, y cuántas personas podrían ser bendecidas como yo, solía continuar como siempre.

Un vecino finalmente escuchó

Después del Año Nuevo Chino, mi hijo, mi nuera y mi esposa regresaron a la ciudad para trabajar mientras que yo me quedé en nuestro pueblo. Todas las mañanas, hacía los ejercicios y enviaba pensamientos rectos antes de estudiar una lección de Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa. Como aquí había poco trabajo de contratos para mejoras en el hogar en el invierno, iba al mercado local a distribuir materiales.

Sucedieron muchas cosas interesantes mientras distribuía materiales. Después de colocar algunos materiales en la cesta de una bicicleta en un mercado y seguir caminando, miré hacia atrás y vi a un hombre llamado Yong de mi pueblo que se dirigía hacia la bicicleta. Tomó lo que había en la cesta, lo miró y lo devolvió. Más tarde se lo conté a mi esposa.

Unos días después, mi esposa fue a visitar a la familia de Yong. Vio uno de los folletos y le preguntó a la esposa de Yong, Yan, al respecto.

"Yong lo compró en el mercado y creo que es muy bueno", dijo Yan. "Antes, mi esposo siempre tenía un aspecto aburrido. Desde que lee estas cosas, se ha vuelto más feliz y me trata bien".

Mi esposa y yo nos alegramos por la pareja.

Un milagro sobre el dinero

El pasado mes de enero, fui al mercado con casi 40 folletos y algunas tarjetas con un código QR que dirigía a información sobre Falun Dafa y la persecución. Como no había mucha gente en el mercado, decidí enfocarme en hablar con la gente y entregarles los folletos.

Después de repartir todos los folletos, decidí comprar algo de comida antes de regresar a casa. Pero no tenía dinero en el bolsillo de mi abrigo de invierno, donde había guardado las tarjetas con el código QR. Estaba seguro de que tenía 400 yuanes en efectivo en ese bolsillo. ¿Se habría escapado el dinero al repartir las tarjetas a la gente? Sabiendo que la razón principal por la que estaba allí era aclarar la verdad, decidí no preocuparme por el dinero.

En ese momento, también recordé las palabras de Shifu:

“El pensamiento recto de los cultivadores no se debe mover ni aunque se caiga el cielo. Solo entonces es cultivación. Así sería extraordinario. Los cultivadores no deben apegarse a nada de este mundo” (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico, Colección de Enseñanzas del Fa, Vol. VI).

Seguí repartiendo las tarjetas con códigos QR cuando de repente vi los 400 yuanes entre dos de las tarjetas con códigos. Estaba seguro que el dinero no estaba allí antes porque había revisado mi bolsillo y busqué entre las tarjetas varias veces. Fue un milagro. Le agradecí mucho a Shifu por su ayuda. Después de todo, 400 yuanes no es una suma pequeña para un aldeano del campo.

La noche del Festival de la Linterna, dos semanas después del Año Nuevo Chino, monté en mi bicicleta 25 kilómetros (unas 16 millas) de ida y vuelta para colgar las pancartas que decían: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno". Bajo la luna llena, las pancartas en los árboles se veían hermosas. Subiendo y bajando por la carretera de la montaña, mi aliento se convertía en escarcha blanca por el frío. Pero no sentía frío, porque lo que estaba haciendo era muy importante.

Siendo considerado con los demás

Una vez alguien me aconsejó ir donde una clienta que vivía lejos. Era una mujer de unos 40 años llamada Shan, que vivía en la ciudad pero había regresado a su pueblo natal para ayudar a su mamá a renovar la casa familiar. Pensaba reparar algunas partes de la casa por su cuenta con concreto, pero no era lo suficientemente fuerte para hacer el trabajo. Dijo que su hijo tampoco podía ayudar.

Aunque no fui a hacer las reparaciones y no me pagarían por eso, decidí ayudarla porque soy un practicante de Dafa. Se sintió muy conmovida y me agradeció. Como tenía dolores lumbares, le dije que tuviera en cuenta las frases "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno", que la ayudarían a largo plazo. Ella aceptó.

Mientras seguíamos hablando, le expliqué cómo el PCCh había perjudicado a personas inocentes durante sus campañas políticas. Decidió renunciar a la Liga Juvenil Comunista a la que se había afiliado cuando era joven. Su madre y su hijo, que también estaban allí en ese momento, accedieron a hacer lo mismo.

La importancia de perseverar

En un autobús hacia la ciudad, me encontré con Dong, con quien había trabajado hacía unos 20 años. Conversamos un rato y se me ocurrió hablarle de Falun Dafa. Me dijo que se bajaría del autobús en la última parada. Aunque esa no era mi parada, decidí ir con él todo el camino para tener más tiempo para hablar con él.

Después de ponernos al día sobre cómo iban nuestras vidas, le dije que había decidido quedarme en el autobús para conversar con él. Cuando le pregunté si le gustaría renunciar al PCCh, sonrió y dijo: "Te has quedado en el autobús durante mucho tiempo solo por mí. Por supuesto que renunciaré a las organizaciones del Partido".

También hubo gente que se negó a escuchar mi explicación de la verdad. Un ejemplo fue Fu, que vive en mi pueblo. En los últimos años, hablé con él muchas veces sobre Falun Dafa y sobre cómo renunciar al PCCh, y mi esposa también lo hizo. Pero nunca aceptó.

Mi esposa se encontró con él de nuevo el invierno pasado y no logró persuadirlo para renunciar al PCCh. Cuando me contó, me pregunté si se debía a que Fu había sido soldado y estaba seriamente adoctrinado por el PCCh. También le dije que podía ser porque mi esposa y yo no habíamos tenido suficiente compasión para eliminar la toxina del PCCh en su corazón. Mi esposa se preguntaba si Fu pertenecía al grupo de personas que simplemente eran insalvables. Pero yo no quise rendirme.

En enero de este año, salí en moto a comprar semillas de maíz. De regreso, vi a alguien caminando por la carretera con una pesada bolsa. Resultó que era Fu, que también acababa de comprar semillas. Me ofrecí a llevarlo y me dio las gracias.

Solo faltaban unos minutos para llegar a la casa de Fu, así que reduje la velocidad a propósito para tener más tiempo para hablar con él. Volví a animarlo a renunciar al PCCh y le pedí ayuda a Shifu. En ese momento, me sentí inmerso en la compasión.

"Mira cuánta semilla has comprado. Debes esperar una gran cosecha", le dije.

Me dijo que era cierto y añadió que, de todas formas, los aldeanos no tenemos muchas otras opciones para ganarnos la vida.

"Sí", dije: "la vida continúa pase lo que pase. Mira a la gente que nos rodea: algunos no pueden hacer trabajos físicos aunque quieran. Necesitamos buena salud y estar seguros, ¿no?".

Aceptó.

Entonces le dije que los practicantes de Falun Dafa, como mi esposa y yo, solo queremos que la gente goce de buena salud y esté segura, y no buscábamos nada a cambio cuando lo animamos a renunciar al PCCh.

"Te conozco desde hace mucho tiempo. Estoy muy preocupado por ti y por otros aldeanos", le dije.

Se sintió conmovido. "Sí, cada vez que tú y tu esposa me ven, suelen sacar el tema", dijo. "Te he escuchado y hoy voy a renunciar al PCCh".

Me alegré por él. Cuando llegamos cerca de donde yo vivía, me pidió que le dejara ahí. Le dije que lo llevaría hasta su casa. Me dio las gracias una y otra vez. En su casa, se bajó de la moto, se puso erguido como un soldado y no paró de asentir con la cabeza, diciendo: "¡Gracias!". Me dijo que lo haría cuando le recordara que debía tener presente que "Falun Dafa es bueno, Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno".

Tres visitantes

El pasado mes de marzo, las autoridades locales intensificaron la campaña de "Reducción a cero", cuyo objetivo es obligar a todos los practicantes de Falun Dafa incluidos en la lista negra del gobierno a renunciar a su fe. Yo también fui señalado.

Estaba en casa trabajando en el artículo de una practicante de 85 años que quería enviar a Minghui para el Día Mundial de Falun Dafa cuando escuché que alguien llamaba a la ventana.

Me asomé y vi a un funcionario del pueblo y a dos jóvenes que no conocía. Los dejé entrar, ya que conocía bien al funcionario. En aquel momento, no sabía que su visita era parte de la campaña de "Reducción a cero".

El funcionario vio mis libros de Falun Dafa, los bolígrafos y el diccionario sobre el escritorio y me preguntó si estaba estudiando. Dijo que sus superiores les habían ordenado ver si los practicantes continuaban en casa. Entonces comprendí que estaban ahí para la campaña de "reducción a cero".

Al recoger mi borrador de la mesa, el funcionario leyó: "Ahora tengo 85 años...". "¿Qué es esto?", preguntó.

Le dije que era la experiencia que había compartido un practicante de 85 años cuya salud y carácter habían mejorado gracias a la práctica de Falun Dafa. Como los dos jóvenes que acompañaban al funcionario recientemente habían sido asignados a trabajar en mi pueblo, decidí aprovechar esta oportunidad para aclararles la verdad. Así que empecé a leerles el documento.

Después de cinco o seis minutos, el funcionario me detuvo. "Muy bien escrito", dijo. "Solo queríamos visitarlo. Nada más".

"Bueno, ustedes lo saben mejor", dije. Le expliqué que antes tenía muchos problemas de salud y apenas podía trabajar, y que mi familia era muy pobre. Ahora, gracias a la práctica de Falun Dafa, no he visto a un médico ni he tomado ninguna medicina durante más de 20 años.

"Sí, tu casa está limpia y bien organizada", dijo un joven. Le dije que fue Falun Dafa el que me dio buena salud para poder trabajar. "De hecho, estamos siguiendo los principios de Falun Dafa para ser mejores ciudadanos que sean considerados con los demás".

Cuando el hombre me ofreció un cigarrillo, le expliqué que no había fumado desde que me convertí en practicante. "De hecho, Falun Dafa le enseña a uno a mejorar su carácter y a eliminar los malos hábitos, como fumar y beber".

"Ya veo. Parece que yo también necesito aprender Falun Dafa", dijo el joven. "Entonces no tendría que preocuparme por fumar".

"Señor, leí Zhuan Falun. Lo que dijo es cierto", añadió el otro joven.

"Miren, ambos son jóvenes y tienen un gran potencial", dije. "Por favor, piensen a largo plazo y no persigan a Falun Dafa. Los chinos sabemos que 'el bien es recompensado con el bien' y 'el mal provoca el mal'".

"No nos hemos involucrado en la persecución", dijo uno de ellos.

"Es solo nuestro trabajo, ya que el jefe del municipio nos pidió que visitáramos a los practicantes", añadió el otro.

"Sabía que eras inteligente", continué. "Verás, tus padres te educaron y te pagaron la universidad con la esperanza de que tuvieras un gran futuro". Le expliqué que como padre también apoyé a mi hijo para que terminara la universidad y sé muy bien lo que los padres quieren para sus hijos.

Continué: "Todos sabemos que quien espera un futuro seguro y feliz no participará en la persecución. Por favor, tengan en cuenta que 'Falun Dafa es bueno, 'Verdad, Benevolencia y Tolerancia es bueno'".

"¡Sí, señor!", respondieron ambos al mismo tiempo.

"Sabes, planeamos venir aquí para convencerte que abandonaras tu creencia", dijo uno de ellos. "No sabíamos que nos convencerías".

"Solo les conté los hechos", respondí, "porque me preocupo por ustedes como si fueran mis propios hijos".

El funcionario del pueblo dijo entonces que estaban listos para irse. Les pedí que le dijeran al jefe del municipio que los practicantes de Falun Dafa son personas amables e inocentes que merecen respeto en lugar de acoso. Los tres aceptaron.

Más tarde, escuché que el jefe del municipio les preguntó a los tres sobre la visita y sobre mí. "¡Él [refiriéndose a mí] es un gran practicante!", respondió uno de ellos.

Estas son algunas de mis experiencias. Sé que me queda un largo camino por recorrer antes de asimilar plenamente los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Haré todo lo posible y ayudaré a salvar a más personas.

Gracias, Shifu. Gracias, compañeros practicantes.

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