(Minghui.org) Mi madre me habló de Falun Dafa cuando solo tenía cinco años. También me enseñó los cinco ejercicios. La semilla de la cultivación echó raíces en mi corazón.

Mis primeros años de vida

Leí el libro Zhuan Falun cuando estaba en la escuela primaria y secundaria, por lo que tenía una vaga idea sobre la cultivación. Sin embargo, en la escuela, era una persona problemática que a menudo se metía en problemas y, por lo tanto, no era popular entre mis compañeros y profesores.

Afortunadamente, Dafa cambió el curso de mi vida después de convertirme en un practicante genuino. Incluso cuando todavía no era un cultivador, el Maestro ya estaba cuidándome. Algunos incidentes increíbles ocurrieron durante mi juventud.

Me gustaba mirar las imágenes de los Budas en los libros ilustrados y quería llevar los colgantes que llevaban. Más aún, deseaba la protección de los Budas.

Un día, me hice un colgante envolviendo un folleto de Falun Dafa doblado con un trozo de papel rojo. Fui a nadar al río sin quitarme mi colgante. Cuando llegué a casa ese día, vi tres caracteres rojos, "Verdad-Benevolencia-Tolerancia" impresos en mi pecho. Nunca olvidaré ese acontecimiento mágico. Cada vez que pensaba en ese día, mi corazón se llenaba de respeto hacia el Maestro Li Hongzhi, fundador de Falun Dafa. Me dio determinación y confianza para mantenerme diligente en mi cultivación.

Me gradué de la escuela vocacional en 2010. Cuando me preparaba para ir a trabajar a otra ciudad, mi madre me dijo: “Este libro, Zhuan Falun, es para ti. Debes leerlo a menudo, cultiva tu corazón, no seas más un alborotador”. Fue entonces cuando me convertí en un genuino practicante de Falun Dafa.

Sufriendo persecución

Mientras trabajaba en una fábrica, no importaba lo ocupado que estuvieran mis días, me mantuve diligente en hacer las tres cosas en la cultivación y fui muy feliz. Un día de 2011, cuando me preparaba para salir a distribuir folletos de Falun Dafa, el guardia de seguridad me denunció. Me arrestaron y me enviaron a un centro de detención. En ese momento solo tenía diecisiete años.

La tortura por la que pasé en el centro de detención fue horrible. Me encadenaron con grilletes, me rociaron la cara con agua caliente con chile y no me dejaron dormir. Con una fe firme en el Maestro, no cedí a las amenazas, me negué a firmar cualquier documento y no canté canciones que alabaran al Partido Comunista Chino (PCCh).

En el Tribunal, el juez me pidió que admitiera mi culpabilidad. Le dije: "No he cometido ningún delito, ¡qué tengo que admitir!". El juez respondió: "Entonces, si todavía crees que Falun Dafa es bueno, ¡tu castigo no será leve!". Le dije: "Haga lo que quiera, no soy culpable". Me condenaron a diez meses de prisión.

Quedé en libertad en 2012, pero el acoso policial ha continuado hasta el día de hoy. Encontrar una forma de ganarse la vida fue difícil. Intenté trabajar como taxista y repartidor, pero me cerraron todas mis cuentas financieras.

La vida es muy dura viviendo bajo el régimen del PCCh. Afortunadamente, hay planes hechos para mí por un poder superior.

Dafa trae prosperidad

Con la ayuda de otro practicante, me trasladé a otra ciudad y trabajé como vendedor en una empresa de aparatos electrónicos a principios de 2020. De alguna manera, la policía local descubrió dónde trabajaba y presionó a mi empleador para que me despidiera. No solo eso, la policía me obligó a abandonar la ciudad.

Bajo la presión y el miedo, volví a mi ciudad natal. Hice cualquier trabajo que pude encontrar. A menudo pasaba hambre. En tales circunstancias, seguía recordando a Dafa. Estudié el Fa siempre que pude y aproveché cada oportunidad para mejorar mi xinxing. Recitaba el Fa en mi mente cuando estaba repartiendo comida y me decía: "Camino por la senda de la cultivación y me cultivo incluso cuando estoy caminando".

Mis circunstancias dieron un giro en septiembre de 2020. Un excliente me buscó y le ayudé a importar un gran cargamento de electrodomésticos. Nunca había imaginado tener casi cuatrocientos mil yuanes (unos cincuenta y siete mil dólares estadounidenses) de ganancias en solo unos meses. También conocí a mi esposa por esta época, y ella comenzó a practicar Falun Dafa conmigo.

Cultivar Dafa trajo bendiciones. Cuando me despidieron de mi trabajo a principios de 2020, sentía odio hacia los implicados. Después de estudiar el Fa por un tiempo, dejé ir el odio.

El Maestro ha dicho: "...así que no tuve otra alternativa que seguir sus estratagemas y voltearlas en contra de ellos. Esa es la situación” (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003).

Las malvadas viejas fuerzas persiguen a los practicantes de Falun Dafa, sin embargo, el Maestro ha hecho arreglos para nuestra cultivación. Si no me hubieran perseguido a mi ciudad natal, no habría empezado a hacer negocios de importación y exportación, y no habría conocido a mi esposa. ¡Los planes del Maestro son extraordinarios!

Mi esposa practica Falun Dafa

También fue interesante cómo conocí a mi esposa. Nos conocimos en 2017. En ese momento, ella tenía una enfermedad renal. La medicina moderna no podía ofrecer una cura, así que le presenté Falun Dafa. En una semana, sus resultados de laboratorio volvieron a la normalidad. Estaba impresionada por el superpoder de Dafa y agradecida por la salvación del Maestro.

Por varias razones, rompimos. Ella dejó de cultivarse. Sus problemas de salud del pasado comenzaron de nuevo. Me envió un mensaje de texto en 2020: "No importa si me recupero, o si el Maestro me sigue cuidando, me cultivaré hasta el final. Al menos mi xinxing mejorará, eso es lo más importante".

Me pidió ayuda y nuestros caminos se volvieron a encontrar. A través de la cultivación, su xinxing mejoró y recuperó la salud. Caminar largas distancias y caminatas cortas ya no la fatiga. Solía ser intolerante al frío; ya no lo es.

Conclusión:

Me he hecho esta misma pregunta muchas veces: ¿Me arrepiento de haber practicado Falun Dafa porque la persecución me hizo imposible una vida pacífica y normal? Mi respuesta siempre ha sido: ¡No me arrepiento!

No importa qué tipo de dificultades me esperen en el futuro, no renunciaré a Dafa. Muchas mejoras y apegos todavía necesitan mi atención. Me mantendré alerta, estaré a la altura de las expectativas de un practicante genuino de Dafa, y siempre me esforzaré por ser digno de la compasión del Maestro.

¡Estoy agradecido a Shifu y Dafa!

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