(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!
Han pasado más de veinte años desde que comencé a practicar Falun Dafa en 1997. Durante este proceso, he experimentado la gloria de Falun Dafa esparciéndose por toda China y atrayendo a cientos de millones de practicantes antes de 1999. También he experimentado la crueldad de la persecución del Partido Comunista Chino desde 1999, así como la firme creencia de los Dafa Dizi en Shifu y en Dafa. A lo largo del camino, he experimentado profundamente la compasión de Shifu y la grandeza de Falun Dafa.
Desde que era joven sufría de una enfermedad cardíaca, artritis reumatoide severa, nefritis y síndrome de Meniere. Cuando fui hospitalizada por una enfermedad del corazón en 1997, un colega me visitó y me dio Zhuan Falun, el texto principal de Falun Dafa. Entonces empecé a practicar Falun Dafa y todas mis enfermedades desaparecieron poco después. No he tomado ninguna medicina ni he hecho visitas al hospital en todos estos años. Mi familia, mis amigos, mis colegas y mis vecinos estaban asombrados.
Después de que el Partido Comunista Chino comenzara la persecución contra Falun Dafa en todo el país el 20 de julio de 1999, he perseverado en la práctica de Falun Dafa y en la concienciación de la persecución a la gente cara a cara. Con la protección de Shifu, he caminado sin problemas. Puedo decir que aclarar la verdad sobre Falun Dafa se ha convertido en una parte natural y necesaria de mi vida diaria, como respirar.
Con la protección de Shifu, salí del centro de detención en seis días
Un día de 2015, estaba distribuyendo DVD sobre Dafa a la gente en la calle cuando me denunciaron. Me arrestaron y me llevaron a la Estación de Policía local. Mantuve la calma y seguí recitando el Fa de Shifu en mi mente mientras estaba en la comisaría.
A la noche me llevaron a una habitación que tenía una silla de metal en el centro. Había más de 20 personas allí, incluyendo agentes del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos y de la Oficina 610, así como más de 10 policías. Mi mente se llenó de pensamientos rectos al recitar el Fa. En ese momento, no pensé que me estaban interrogando. Solo quería aprovechar la oportunidad para aclarar la verdad a estas personas. Así que me puse de pie y les conté mi propia experiencia de beneficiarme de Falun Dafa y cómo había mejorado mi carácter y cómo mi familia había sido bendecida.
Cuando empecé a hablar, uno de los hombres, que parecía un poco despiadado, me gritó diciendo que el Partido Comunista había prohibido la práctica y que cómo me atrevía a seguir practicando. Envié pensamientos rectos para despejar los elementos malignos que había detrás de él mientras seguía hablando: «¿Sabes lo que es el Partido Comunista? Es el diablo». Las dos docenas de personas presentes se quedaron algo sorprendidas, como si estuvieran subyugadas. Nadie dijo nada más.
Continué hablándoles de las tres renuncias (es decir, la renuncia al Partido Comunista Chino, a la Liga de la Juventud y a los Jóvenes Pioneros), de la roca en la provincia de Guizhou que tiene grabadas las palabras «El Partido Comunista Chino está condenado», y de las profecías del pasado y del presente. Ese día, con el fortalecimiento de Shifu, tuve un flujo constante de sabiduría. Hablé durante más de media hora, y estas personas me escucharon atentamente.
Cuando se fueron a cenar, un oficial de mediana edad me dijo: «Al principio pensábamos liberarte, pero hoy has tenido mala suerte. El Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos del Distrito, el Departamento de Policía y los funcionarios de la Oficina 610 están aquí para una reunión. Les hemos pedido varias veces que te liberen, pero no han accedido». Pude ver que le daba pena. También sentí que cuando la policía comprendió la verdad, también se mostró reacia a cumplir la orden de arriba.
Aquella noche allanaron mi casa, cuando mi marido estaba solo. El sacó una obra de arte para enseñársela y les contó una historia: «Cuando fuimos a un centro comercial, mi mujer dañó accidentalmente esta pieza, pero nadie lo vio. En lugar de fingir que no había pasado nada, se lo explicó al dueño de la tienda y se llevó la pieza a casa. El dueño se conmovió profundamente y no se lo permitió, diciendo que hacía mucho tiempo que no se encontraba con una persona tan amable. Pero mi mujer insistió en comprarla. Acabó cobrándole solo el precio de venta al por mayor. Si ella no hubiera practicado Falun Dafa, no habría podido hacerlo».
La policía me llevó esa noche a un centro de detención, pero me negaron la entrada debido a mi salud. Me llevaron de nuevo a la comisaría y me retuvieron en una escalera. Hacía frío. Dos agentes se ofrecieron a dejarme calentar cerca de la chimenea. Lo hice, pero me sentí incómoda. Así que volví al hueco de la escalera y empecé a enviar pensamientos rectos. Les oí decirse entre ellos: «¡El Partido Comunista es demasiado malvado! Es solo una mujer mayor y no ha hecho nada malo. Por qué arrestarla y retenerla aquí». Al oír eso, me acerqué y les aclaré más los hechos sobre Falun Dafa.
Al día siguiente me llevaron de nuevo al centro de detención. Esta vez me aceptaron y me retuvieron allí durante seis días. Una de las detenidas me dijo que antes no le gustaba Falun Dafa debido a la propaganda. Pero después de que los practicantes de Dafa le aclararan la verdad en el centro de detención y de que ella misma fuera testigo de su comportamiento y de sus buenas acciones, ahora sabía que los practicantes de Falun Dafa son todos buenas personas y por eso cuidó bien de mí.
Durante los primeros días que estuve en el centro de detención, mis compañeros practicantes locales siguieron enviando pensamientos rectos para mí. También contrataron un abogado para mí, y el abogado me visitó en el centro de detención. Pedí la ayuda de Shifu y seguí enviando pensamientos rectos y buscando en mi interior. Al sexto día, me liberaron. Justo cuando estaba a punto de salir, un oficial me dijo: «¡Falun Dafa será reivindicada algún día!».
Sin embargo, la policía me llevó directamente al centro local de lavado de cerebro para cumplir otros nueve días de detención. Los dos oficiales que me llevaron allí eran muy amables y sabían que estaba siendo injustamente perseguida. Me dijeron:«¡No te preocupes, les diremos que no te lleven!». Cuando llegamos al centro de lavado de cerebro, los dos entraron solos y yo me quedé en el auto. No mucho después, volvieron y dijeron: «¡Ya puedes irte a casa!».
Con la protección de Shifu y la ayuda de los compañeros, volví a casa. Experimenté realmente el poder ilimitado de Dafa, el poder de los pensamientos rectos de los compañeros practicantes y la ayuda de los amables policías.
El aislamiento no pudo impedirme salvar a la gente
Tras el estallido de la pandemia de coronavirus en mi zona, me di cuenta de que tenía que apresurarme aún más para salvar a la gente. En lugar de quedarme en casa durante el aislamiento, salí todos los días como siempre. Creo que todos los que conocí fueron arreglados por Shifu para escuchar la verdad.
Aunque casi no había peatones en la calle, todavía me encontraba con algunos a diario. Si no veía a nadie, pasaba por las tiendas que estaban abiertas. Les aclaraba la verdad y les contaba historias de personas que recibían bendiciones recitando las frases «Falun Dafa es bueno,Verdad, Benevolencia,Tolerancia es bueno».
Un día, fui a un pequeño restaurante y vi allí a dos jóvenes. Los saludé y comencé a hablarles de Dafa. Al principio, parecían un poco desanimados.
No me afectó y continué hablándoles de los principios de Falun Dafa que enseñan a sus practicantes a ser buenas personas. «Hoy en día, la gente lucha por la fama y la fortuna, engañándose unos a otros. Pero Falun Dafa enseña a la gente a no mentir, a no engañar, a no matar y a no hacer daño a los demás».
Uno de ellos dijo: «Cuando veía la televisión antes, solo veía que se hablaba de la autoinmolación y de los asesinatos de los practicantes de Falun Dafa. Pero lo que usted ha dicho me hace sentir que Falun Dafa es realmente muy bueno».
Le respondí: «Lo que viste en la televisión era propaganda. En realidad, toda la sociedad se beneficiaría mucho si la gente viviera según los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia».
Continué diciendo: «Puede que no hayas leído el "Manifiesto Comunista". Pero en el comienzo del mismo, se dice que el Partido Comunista es un espectro de Occidente, y en términos chinos, es un demonio. Ya ves, desde que el Partido Comunista llegó a China, cuántas cosas malas ha hecho, cuántas campañas políticas ha lanzado y cuántas personas han sido perjudicadas. Los que se han unido a sus organizaciones han jurado dedicar su vida al diablo. Solo cuando la gente se retire del Partido Comunista y de sus organizaciones afines, estará protegida cuando algún día se haga justicia».
Uno de los jóvenes aceptó renunciar la Liga de la Juventud y los Jóvenes Pioneros y el otro me dijo que nunca se había afiliado a nada. Cuando me fui, los dos se levantaron, apretaron las palmas de las manos y me dieron las gracias.
Aclarando la verdad a mis parientes
Hay algunos parientes lejanos que viven en la misma ciudad que yo, pero rara vez nos ponemos en contacto. Conseguí sus números de teléfono y direcciones, y planeé visitarlos en persona.
Uno de los parientes tenía más de 40 años y era el secretario del Partido de una empresa. Me costó un largo viaje en autobús para llegar a su casa. Después de intercambiar saludos, fui al grano y le hablé de Falun Dafa y le pedí que renunciara el Partido.
Se negó y me dijo: «¡Eh, tía! Soy el secretario del Partido de nuestra empresa. Acabamos de tener una reunión esta tarde. Nuestro supervisor mencionó específicamente que tenemos que informar siempre que nos den materiales de Falun Dafa o se nos acerque algún practicante de Falun Dafa».
Le dije: «Precisamente porque eres secretario del Partido, ¡con más razón debes saber lo que ocurre exactamente!».
Compartí con él un poema de Shifu:
Quien me llama a transmitir la Verdad son los Dioses
No hay que esperar hasta que el gran suelo se derrumbe y hunda
No hay que dejar que la epidemia encuentre la puerta de uno
El estándar moral declina cada día – no empujen las olas y asistan a la corriente
Las personas que obtienen rescate definitivamente aún mantienen la consciencia
Los Dioses no han olvidado a la gente del mundo
En medio de la supresión, no escuches ni creas las noticias mentirosas de los portavoces
(Quien dijo a los Dafa Dizi que transmitan la Verdad son los Dioses, Hong Yin III)
Su actitud cambió después de escuchar eso. Le conté mis experiencias personales de la práctica de Falun Dafa, cómo me beneficié y cómo mi familia fue bendecida. Estuvo de acuerdo en renunciar al Partido. Cuando le di un recuerdo con información sobre Falun Dafa, sus ojos se iluminaron:«¡Oh, se lo daré a mi mujer, porque trabaja en el turno de noche!». Me llevó a casa después de mi visita.
Tengo otro pariente de unos 60 años. También fue secretario del Partido antes de jubilarse. Le aclaré la verdad antes, pero no renunció al Partido. No dejaba de pensar en él y quería volver a hablar con él. Me enteré de que su hija había abierto una tienda y fui allí el día que él también estaba.
Le llevé un calendario con información sobre Dafa. Le gustó mucho.
«¡Vaya, es precioso!».
«Sí, el calendario trae bendiciones a la gente. Cuando tienes uno colgado en casa, ¡es realmente genial!».
Cuando le pedí que renunciara al PCCh, ¡esta vez estuvo de acuerdo! También me dijo: «Siempre que salgo, rezo a la Divinidad y pido su protección».
«Ves, porque crees en lo divino, estoy aquí para traerte la información. Tomaste la decisión correcta al renunciar al Partido».
A lo largo de los años, he prestado especial atención en aclarar la verdad a mis familiares. He aprovechado las oportunidades de asistir a reuniones o fiestas para aclararles la verdad, sin importar lo cerca o lo lejos que vivieran de mí. A lo largo de los años, he hablado con cerca de cien parientes y les he convencido de que renunciaran al Partido y sus organizaciones afiliadas.
La gente es bendecida por ayudar a los practicantes de Dafa
Hace varios años, dos copropietarios de un puesto de frutas me dieron un cambio de más en yuanes cuando les compré fruta. Volví, devolví el dinero y les aclaré la verdad. Fueron muy receptivos. Como estaban ocupados, no hablé mucho con ellos, sino que les dejé material para que lo leyeran ellos mismos.
Cuando volví al día siguiente, me dijeron que habían leído el material. Ambos renunciaron al Partido Comunista y de sus organizaciones afines y me pidieron más material. Cada vez que pasaba por su puesto, me pedían nuevos materiales.
Una vez, les mostré unos billetes con mensajes sobre Dafa impresos en la misma y les pregunté si podía intercambiar el cambio con ellos. Les dije: «Están haciendo lo más amable si pueden ayudarme». Aceptaron de buen grado.
Fueron muy atentos y siempre escogieron billetes limpios para mí. Pude conseguir muchos billetes pequeños de ellos. Luego se los daba a otros practicantes para que le imprimieran información sobre Dafa (como forma de concientizar sobre la persecución, dada la estricta censura informativa en China).
Estos dos jóvenes hicieron buenas acciones y su negocio pasó de ser un pequeño puesto a una gran tienda. Ellos saben que han sido bendecidos.
No solo la frutería, sino también varios vendedores de verduras me ayudaron a conseguir el cambio. Me alegro mucho por ellos por entender la verdad y apoyarnos.
Abandonando el resentimiento hacia mi marido
Normalmente me levanto a las 3 de la mañana y hago los ejercicios de Falun Dafa durante tres horas y luego envío pensamientos rectos. Antes de preparar el desayuno, leo una lección de Zhuan Falun. Cuando mi marido y yo terminamos de desayunar, leo otra lección.
Suelo salir a aclarar la verdad después del almuerzo. Siempre llevo conmigo material informativo cuando salgo. A las 6 de la tarde vuelvo a casa para enviar pensamientos rectos y después de la cena vuelvo a leer el Fa. Me siento realizada cada día. Cuando soy diligente, tengo muy pocas interferencias, pero tengo un apego que ha sido especialmente difícil de soltar.
Mi marido ha hecho muchas cosas que me han roto el corazón a lo largo de los años. Cuando lo conocí, sentí pena y simpatía por él, ya que su familia había sido perseguida por el Partido Comunista y no se preocupaba mucho por él.
Nos casamos durante la Revolución Cultural. A causa de eso, me despidieron de mi trabajo por "elegir el bando equivocado". Fue un gran golpe para mí. Sacrifiqué mucho para casarme con él. Pensé que me apreciaría y me querría más, pero el resultado fue lo contrario.
Pocos días después de casarnos, usé el dinero que había ahorrado para comprar un trozo de cerdo con la piel. Me mimaron mientras crecía y no hice ninguna tarea doméstica. No sabía cocinar, así que troceé esa carne con la piel, la freí y esperé a que mi marido se la comiera. Pero cuando vio el plato de carne, me maldijo por no haber quitado la piel. Después de reñirme, me obligó a sacar la piel del plato. Lloré mientras sacaba la piel del plato. Ese fue el comienzo de mi miserable matrimonio..
Durante los siguientes 50 años de matrimonio, mi marido nunca dejó de hacer y decir cosas que me hacían daño. Solo le importaba el dinero, no nuestros hijos ni nuestra familia, y a menudo hablaba con palabras muy crueles. Un año, mi madre vino a pasar las vacaciones de Año Nuevo con nosotros. Mi marido se puso a discutir a propósito, diciendo por qué no quedaba nada en la nevera y que la comida sobrante desaparecía. Mi madre no dijo nada y se fue de la casa. Desde entonces no ha vuelto a ninguna celebración de Año Nuevo.
Siempre que volvía a casa después de visitar a mi madre, mi marido me recibía con una pelea. Mi madre no tenía pensión y vivía con mi hermano menor. Cuando mi hermano y su mujer se quedaron sin trabajo, le di a mi madre 100 yuanes al mes de mi sueldo de 600 yuanes. Mi marido se peleaba conmigo durante días por eso. Mi madre sabía que no era fácil para mí. Insistió en no aceptar mi dinero. Más tarde, ella tuvo una caída y se rompió la espalda, no pudo pagar el tratamiento y se suicidó. Fue un dolor para mi corazón que nunca pude olvidar.
Pensé en el divorcio, pero me preocupaban mi hijo y mi hija. De hecho, cuando mi madre estaba viva, también me pidió que no me divorciara. Cuando empecé a practicar Falun Dafa, comprendí que hay una razón para todas las ganancias y pérdidas en la vida. Poco a poco, fui capaz de tomármelo con calma. Aprendí a soportar, pero mi corazón seguía doliendo a veces.
Cuando comenzó la persecución, perseveré en aclarar la verdad cara a cara diariamente. Mi marido hacía comentarios irresponsables de que yo salía a hacer cosas indecentes. Ante sus frecuentes provocaciones e insultos, a menudo reflexionaba: «¿Por qué estoy tan apegada al sentimentalismo y por qué no puedo dejarlo ir?». Con el estudio constante del Fa y mirando hacia adentro, gradualmente dejé ir mi resentimiento hacia él. El proceso fue doloroso, pero pude esforzarme.
Hace varios meses, de repente sentí que el resentimiento hacia mi marido había disminuido. Antes, cada vez que pensaba en él, cada una de mis células parecía hervir de resentimiento; ahora ya no. Y por fin empecé a notar su lado bueno.
Aunque me trataba mal, reconocía que Dafa es bueno, y se cultivaba de forma esporádica a través de los años. También trataba bien a mis compañeros practicantes. Cuando venían a visitarme, incluso cocinaba para nosotros. También se benefició de Dafa, recuperándose de un grave herpes después de tres días haciendo los ejercicios de Falun Dafa. Cuando se cayó de un lugar alto, no se lesionó, y su arteriosclerosis cerebral desapareció.
Ahora me he dado cuenta de que el comportamiento de mi marido era para que yo eliminara mis apegos. El proceso fue largo y doloroso, pero me ayudó a eliminar mi yeli, a mejorar mi xinxing y a eliminar los resentimientos y rencores entre nosotros, que se remontaban a nuestras vidas anteriores. Cuando me di cuenta de que debía agradecerle sinceramente por ayudarme a mejorar, sentí una verdadera elevación.
Si miro hacia atrás en mi cultivación durante los últimos veinte años, cada paso adelante ha sido gracias a la guía y el apoyo de Shifu. Me siento profundamente honrada de ser una Dafa Dizi, y es un gran privilegio para mí ayudar a Shifu a salvar a los seres conscientes. Agradezco a Shifu por haberme escogido y por haber velado por mí en mi camino de cultivación.
Gracias, Shifu, por su gracia salvadora.
***
Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.