(Minghui.org) Cuando fui a la escuela de formación profesional, conocí a otra estudiante el primer día de clases y nos hicimos buenas amigas. Nos llevábamos bien y nos sentábamos juntas. Ella vivía más cerca de la escuela que yo, así que iba a menudo a su casa. A veces me quedaba a dormir y charlábamos hasta altas horas de la noche. Estuvimos juntas durante tres años y desarrollamos una profunda amistad.

Me hice practicante de Falun Dafa a principios de la primavera de 1999. Después de que el Partido Comunista Chino (PCCh) iniciara la persecución de Dafa, dejé la práctica durante siete años por mis nociones humanas.

Varios años después, esta amiga y yo trabajábamos en la misma empresa y estábamos en el mismo equipo. De todos mis compañeros de trabajo en el equipo, me sentía más cerca de ella. Volví a Falun Dafa unos años más tarde, y la ayudé a ella y a su marido a dejar el PCCh y sus organizaciones juveniles.

Después de algún tiempo, me di cuenta de que se comportaba de forma grosera conmigo. Hablaba y se reía con los demás, pero su tono de voz cambiaba a menudo cuando se dirigía a mí. Parecía impaciente y a veces me criticaba.

La conocía bien. Era una persona seria, modesta y humilde. Rara vez hablaba mal de los demás y evitaba los conflictos, una rareza en la sociedad actual.

Su comportamiento me desconcertaba, sobre todo porque yo me había portado bien con ella. De todo nuestro equipo, yo parecía ser la única persona con la que tenía problemas. Me sentía angustiada. Intenté ser más amable con ella, pero no sirvió de nada. Su sonrisa desapareció en cuanto me vio.

Entonces se me ocurrió que debía ver el asunto desde la perspectiva de la cultivación. Me sentía más cercana a ella porque antes éramos mejores amigas.

Me di cuenta de que estaba demasiado apegada a nuestra amistad. Los cultivadores, en última instancia, tienen que desprenderse de todas las cosas del mundo humano. Me relajé una vez que decidí dejar de lado mi apego a nuestra amistad. Dejé de ofrecerle la comida de mi almuerzo.

Unos días después, ella cambió. Me hablaba con respeto y me trataba incluso mejor que cuando éramos compañeras de clase. Al principio me sorprendió, pero luego me tranquilicé. Ya no importaba cómo me trataba, pues no me conmovía. Finalmente me di cuenta de que la razón por la que me trataba mal era para ayudarme a deshacerme de mi apego emocional.

Como cultivadora, las cosas inexplicables que encuentro están todas relacionadas con mi cultivación. Los problemas solo pueden resolverse mirando las cosas desde la perspectiva de la cultivación, buscando en el interior y eliminando las nociones y los apegos humanos.

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.