(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) en 1997. Gracias a la práctica de Dafa, he experimentado enormes cambios tanto mentales como físicos.
Desde que el Maestro Li (fundador de Falun Dafa) nos pidió que aclaráramos los hechos y salváramos a los seres conscientes, he estado haciendo precisamente eso. Me gustaría reportar algunas historias al Maestro y también compartirlas con los compañeros practicantes.
Practicando Falundafa me he beneficiado mental y físicamente
Antes de practicar, estaba muy enferma. Tenía hipertiroidismo, diabetes, enfermedades cardíacas, infección renal, neurosis, un tímpano perforado, hemorroides internas y fisuras externas. Como consecuencia, tenía sangre en las heces con frecuencia y los glúteos hinchados, lo que me impedía sentarme.
A menudo tomaba medicamentos y me ponía inyecciones, pero no me ayudaban. En abril de 1997, tuve la fortuna de empezar a cultivar Dafa.
En dos meses, todos mis problemas de salud desaparecieron y me deshice de todos los medicamentos. El Maestro me dio una nueva vida.
Al cultivarme, me volví tolerante, y me sucedieron muchas cosas milagrosas.
Tenía una pequeña tienda y un día entraron dos chicas jóvenes a comprar algo. No sé cómo las provoqué, pero mientras se dirigían a la salida, empezaron a insultarme.
Una señora mayor que las escuchó dijo que yo realmente había cambiado. Cuando estas dos jóvenes me maldijeron, me reí.
Me dijo que si esto hubiera ocurrido antes de que yo practicara Dafa, habría iniciado una pelea con ellas. Por mi actitud, esta señora vio lo mucho que había cambiado. Inspirada por ello, empezó a practicar Dafa.
Un verano, mi marido compró 10 litros de ácido clorhídrico concentrado en un contenedor de plástico. Al bajarlo de la bicicleta, lo soltó antes de que yo lo sujetara. Golpeó el suelo y se rompió, salpicando sobre las baldosas, gorgoteando y burbujeando.
Sólo llevaba un par de medias de seda y el ácido me salpicó los pantalones y los pies. Se comió las medias, pero yo estaba bien. Mi marido se quedó boquiabierto. Se preguntaba por qué mis pantalones no se dañaron.
Las personas de las tiendas cercanas vinieron corriendo. El dueño de la tienda de enfrente vio que se levantaba humo azul del suelo, como si estuviera en llamas. Los ladrillos estaban tan quemados que se volvieron blancos. Dijo: "Esta vez, lo creo de verdad. Antes no entendía lo poderoso que era Dafa, pero ahora sí".
Cuando hablé antes con el dueño de la tienda vecina sobre la posibilidad de renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh), no quiso hacerlo. Me dijo: "Por favor, deja de hablarme de eso. No quiero renunciar, ni creo lo que dices".
Esta vez, vio lo que tenía delante y dijo: "Por favor, ayúdame a renunciar a la Liga Juvenil".
En una ocasión, unas cuantas personas vinieron a comprar algo. Les preparé el recibo, pero sólo cuando se fueron me di cuenta de que había olvidado cobrarles.
Más tarde, un par de estudiantes de primaria vinieron a comprar guantes blancos, que costaban algo más de 200 yuanes. Les ayudé a renunciar a la Liga Juvenil, pero me olvidé de volver a cobrarles. Este tipo de cosas sucedieron muchas veces.
Al principio, estaba muy molesta. Me pregunté: "¿Por qué siempre me olvido de cobrarles?". Más tarde me di cuenta de que debía haber devuelto lo que debía en el pasado. Llevo muchos años en el negocio. ¿No debería devolver lo que obtuve por medios indebidos?
Después de soltar por completo mi apego al interés propio y no ser movida más, eso no volvió a suceder.
En otra ocasión, fui al almacén a recoger unas mercancías. Mientras las sacaba, una señora mayor me preguntó si habían robado en mi almacén. Le dije: "¿Por qué lo pregunta?". Me dijo: "¿No han robado a todo el mundo?". Así fue como me enteré de que, de las 12 tiendas cercanas a mí, todas menos la mía habían sido asaltadas, a pesar de estar repleta de productos. Supe que era el Maestro quien me cuidaba.
Una vez, fui a un supermercado. Cogí unas cuantas piezas de fruta de un puesto de un joven y le entregué unos billetes que tenían escritas palabras sobre Falun Dafa. Se negó a aceptarlos, diciendo que tenían caracteres impresos.
Por más que intenté convencerle, no cambió de opinión, así que me fui al puesto de enfrente, donde el dueño estaba dispuesto a aceptar mis billetes.
Me giré y sonreí amablemente al joven. Cuando más tarde volví a su puesto y recogí algo de fruta, decidió aceptar esos billetes. Entonces le dije: "Estos billetes son de buena suerte. Si los aceptas, serás bendecido y estarás a salvo".
Gritó: "¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravillosa".
Tener presente a los seres conscientes y salvarlos con diligencia
El jefe de la comisaría sabía la verdad
Un policía vino a mi tienda a comprar un par de zapatos. Le dije: "Señor, usted quiere comprar un par de zapatos. Que haya entrado a mi tienda es nuestra relación predestinada. Por favor, recuerde que "¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravillosa'".
Dijo: "¡Tienes agallas! Viéndome con este uniforme, todavía te atreves a hablarme de Falun Dafa. Déjame decirte que estoy a cargo del tema de Falun Dafa y podría arrestarte ahora".
Le dije con una sonrisa: "¿De qué no me atrevo a hablar? Sólo porque llevas ese uniforme, quería decirte algo. Los oficiales de policía también necesitan ser salvados; realmente pienso en tu bienestar. Si recuerdas "¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravillosa', serás bendecido. Cuando vengan las calamidades y la gente sea eliminada, estarás a salvo".
Me contó que, un par de días antes, una anciana le entregó en su casa un ejemplar de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Le dijo que si volvía a entregarle algo así, la arrestaría.
Le dije: "La señora que entregó los Nueve Comentarios en su casa estaba allí para salvarle, pero usted quiso arrestarla. Eso estuvo mal".
Luego le conté cómo personas como Zhou Yongkang incurrían en represalias por perseguir a los practicantes y sobre el crimen de la sustracción de órganos vivos. Hablé durante casi dos horas. Al final, se sintió conmovido y dijo que yo era genial. Antes de irse, le regalé un par de zapatos.
La segunda vez que volvió para comprar zapatos, le hablé de Dafa durante otras dos horas y le di otro par de zapatos.
La tercera vez, vino a intercambiar los zapatos. Le hice el cambio de calzado y le aclaré los hechos por otras dos horas.
Me dijo: "Soy el jefe de una comisaría. Les he dicho a todos empleados que ustedes son muy simpáticos. Ahora, cuando alguien viene a denunciar a algún Practicante, nos hacemos de la vista gorda"
Me dijo que había vuelto a encontrarse con la señora mayor que repartía material informativo. Vio que llevaba bastantes folletos y la dejó marchar. Le dije que tendría buena fortuna. Me recomendó que prestara atención a mi propia seguridad y que me pondría al día si había alguna noticia relacionada con la persecución a Falun Dafa.
Sentí que había entendido la verdad. También le dije que ya no debía aceptar nada gratis, sobre todo cuando se trataba de tomar el dinero de los practicantes, y le expliqué el principio sin pérdida no hay ganancia. Le compartí que cuando nuestros practicantes fueron atropellados por un coche, no aceptaron ninguna compensación.
Después de oír esto, quiso pagarme los dos pares de zapatos que le había regalado antes. Le dije que me nació obsequiárselos
Creyendo en Dafa, el cáncer de mama de la dueña una tienda se curó
Un matrimonio de la provincia de Hebei abrió un negocio cerca de mi tienda. Poco después, la esposa desarrolló un cáncer de mama. Después de la quimioterapia, perdió todo el cabello. A menudo lloraba por su situación.
También tenían un niño en tercer grado, y a menudo le aclaraba los hechos. Él creía lo que le decía.
No sólo renunció a los Jóvenes Pioneros, sino que habló con sus compañeros de clase sobre la posibilidad de renunciar esa organización. Cada vez que veía folletos y volantes de aclaración de la verdad en el suelo, los recogía y me los entregaba.
Una vez, estuvo a punto de resbalar en el hielo, pero se recuperó rápidamente recitando "¡Falun Dafa es maravilloso!". En otra ocasión, se resbaló en la ducha, se golpeó con el espejo y lo rompió, pero él salió ileso.
Al principio, esta pareja no me creía, pero a menudo le aclaraba los hechos y le decía: "Si puedes creerme, entonces te curarás". Le pregunté si quería ver los DVD de aclaración de la verdad, pero le dije que tenía que creerme antes de que se los diera para verlos.
Esta vez, dijo que me creería, y más tarde, efectivamente se curó. Durante todos estos años, he ayudado a todos los propietarios de tiendas cercanas a renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh).
Todos saben que practico FalunDafa y que es maravilloso.
Un profesor de ingeniería química por fin renuncia al Partido Comunista Chino (PCCh)
Un profesor de una escuela de ingeniería química vino a comprar batas de laboratorio para sus alumnos. Cuando vino por primera vez, empecé a hablar con él sobre renunciar al PCCh. No paraba de negar con la cabeza, diciendo: "Si no dejas de hablar no te compraré nada". Así que sólo le dije un poco sobre cómo Falun Dafa enseña a las personas a ser buenas.
Vio que yo era una persona agradable y me dijo: "Compro tu ropa sólo por comprarla. No me hables de eso". Así que accedí.
A menudo enviaba pensamientos rectos para eliminar la sustancia mala que lo controlaba. Siempre que venía, podía hablar con él sólo un poco cada vez.
Pero con el tiempo, le toqué con mi sinceridad. También se dio cuenta de que las personas que practican Dafa son confiables y tienen buen corazón, y a menudo venía a comprarme cosas. Quería salvarle de todo corazón, así que también pedí ayuda al Maestro. Una vez que vino, le pregunté si se sentía bien, porque vi que sus ojos estaban negros.
Antes de admitir que no lo sabía, me preguntó cómo lo sabía. Le dije: "Hace tiempo que vienes a comprar ropa, pero nunca crees que Falun Dafa sea bueno. Dafa puede ayudar a curar enfermedades y mantenerte en forma. Podrías recitar ‘¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravilloso' para conseguirlo. Muchos funcionarios han renunciado al PCCh y a sus organizaciones juveniles.
"Podrías renunciar desde lo más profundo para garantizar tu seguridad y curarte. Además, cuando llegue la gran calamidad, podrás escapar de ella y estar a salvo".
Esta vez sintió realmente mi sinceridad y decidió renunciar al Partido Comunista Chino (PCCh). Más tarde, también le di una copia de Zhuan Falun.
Oficial de policía vestido de civil, "Lo sé".
Entró una persona a comprar guantes blancos y empecé a hablarle de Falun Dafa. Me preguntó si sabía a qué se dedicaba y me dijo su nombre en clave. Me imaginé que era oficial de policía vestido de civil y me sentí un poco asustada.
Pero enseguida le pedí fuerza al Maestro y me recordé a mí misma que no debía tener miedo. Entonces empecé a enviar pensamientos rectos.
Justo cuando estaba a punto de marcharse, le dije: "Estoy verdaderamente preocupada por tu bienestar. Cuando conduzcas, por favor recita '¡Falun Dafa es maravilloso! Verdad-Benevolencia-Tolerancia es maravillosa' para garantizar tu seguridad. Lo que sugiero es para salvarte".
Él dijo: "Lo sé".
Policía: "Cuatro de cinco personas murieron, yo soy el único que sobrevivió"
Un hombre entró en mi tienda para comprar uniformes de policías usados. Por más que traté de atraerlo hacia una conversación, no decía nada y se mantuvo ocupado probándose ropa.
No podía entender por qué estaba así. Entonces sacó su celular pero me dijo: "No te asustes. No te denunciaré. Entiendo lo que dices. Cuatro de cinco personas murieron, sólo yo sobreviví".
Inmediatamente me imaginé que había tenido un accidente de coche. Entendió la verdad, así que salió sano y salvo.
Estudiando bien el Fa, el Maestro me protege
Llevo más de 10 años dirigiendo esta tienda y aclarando la verdad a la mayoría de mis clientes. Un practicante me preguntó: "¿Por qué no sientes miedo cuando aclaras la verdad a la gente?".
Le contesté: "¿De qué hay que tener miedo? ¿Podemos salvar a la gente si albergamos miedo mientras intentamos despertar sus conciencias?"En realidad, es gracias a la indispensable protección del Maestro que estoy a salvo a la hora de esclarecer la verdad. Él lo arregla todo, lo que nosotros hacemos es cumplir con nuestra parte.
En los más de 20 años desde que empecé a cultivar Falun Dafa, sólo he faltado al estudio del Fa y a los ejercicios unas pocas veces. Habría sido verdaderamente grandioso si no hubiera faltado ni una sola vez.
A veces he fallado pero no he permitido que eso me desanime. He tropezado y me he caído, pero me he levantado y he seguido avanzando.
El hecho de que pueda llegar a tantas personas predestinadas se debe a los minuciosos arreglos del Maestro.
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Categoría: Cultivación