(Minghui.org) Fu Zhenghua, ex director de la Oficina Central 610 y Ministro de Justicia, fue investigado el 2 de octubre por "graves violaciones de disciplina y de la ley". La Oficina 610 es una agencia extralegal con poder para anular el sistema judicial y dirigir la persecución nacional contra Falun Dafa. La caída de Fu indica que los principales responsables de la represión enfrentarán graves consecuencias, explicó el abogado canadiense de derechos humanos David Matas en una reciente entrevista.

Matas es conocido por investigar la sustracción forzada de órganos a los practicantes de Falun Dafa perpetrada por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). Junto con otros investigadores, ha publicado varios libros, entre ellos “Cosecha sangrienta - El asesinato de practicantes de Falun Gong por sus órganos”. Durante la entrevista con un corresponsal de Minghui, dijo que la sustracción forzada de órganos del PCCh es un "genocidio en cámara lenta" y que los autores acabarán rindiendo cuentas.

David Matas, abogado canadiense de derechos humanos

El ascenso y la caída de los funcionarios del PCCh

Además de servir como jefe de la Oficina Central 610 (desde 2015) y ministro de Justicia (2018 - 2020), Fu también había cesado de otros puestos clave, especialmente en el sistema policial. Entre ellos, el de director de la Oficina Municipal de Seguridad Pública de Beijín (2010 - 2013) y el de viceministro ejecutivo de Seguridad Pública (2013 - 2018). Debido a su fuerte implicación en la persecución a Falun Dafa, fue uno de los funcionarios denunciados por los practicantes de Falun Dafa en 29 países.

Matas dijo que se sabe que Fu dirigió la persecución a Falun Dafa. En China, esas medidas "disciplinarias" suelen estar vinculadas a cargos de corrupción. Pero en China, "suelen imponerse [estas medidas] por razones políticas contra personas que se encuentran en los niveles políticos. Es sólo una forma de manipular el control por parte del partido", explicó, y añadió que "el uso de la corrupción por parte del comité disciplinario es básicamente una herramienta política de manipulación en la lucha por el poder".

La investigación a Fu y a otros funcionarios no indica necesariamente que la persecución de Falun Dafa vaya a cesar, continuó Matas. "Muchos de ellos [los funcionarios] han utilizado la persecución a Falun Dafa como un dispositivo para escalar su estatus en el partido, incluyendo a Bo Xilai, incluyendo a Zhou Yongkang," añadió, "Eso no significa que la gente que está en contra de ellos se oponga al mecanismo que han utilizado."

Una violación global de los derechos humanos

La detención ilegal por parte del PCCh no sólo se produjo con chinos, sino también con ciudadanos de otros países. Justo después de la liberación de la CFO de Huawei, Meng Wanzhou, fueron liberados dos canadienses detenidos ilegalmente por el PCCh. Ahora mismo, todavía hay 115 canadienses detenidos en China, entre ellos el practicante de Falun Dafa Sun Qian.

El hecho de que el PCCh pueda secuestrar a personas de un país extranjero es "bastante escalofriante", comentó Matas. Además, dado que el PCCh se ha dedicado a la diplomacia de los rehenes, podría volver a ocurrir.

¨Genocidio en cámara lenta¨

A lo largo de los años, Matas ha realizado numerosas publicaciones sobre la sustracción forzada de órganos basadas en su investigación. "Este es básicamente un concepto dentro del denominado genocidio, no es algo que hayamos inventado. Existe en la literatura sobre el genocidio. Sólo lo aplicamos a la situación de Falun Dafa", dijo.

Más concretamente, "se trata de un genocidio que no se produce de forma acotada, rápida y visible, sino que ocurre lentamente. Y no es tan visible. Y las cifras se acumulan a lo largo del tiempo en lugar de producirse de golpe", explicó.

La tragedia pudo ocurrir en parte gracias al mercado. Cuando el sistema sanitario chino pasó del socialismo al capitalismo, la financiación del sistema sanitario por parte del gobierno disminuyó drásticamente. "Las instituciones médicas necesitaban una fuente de financiación adicional para mantener las puertas abiertas. Estaban acostumbrados a abastecerse institucionalmente de órganos de presos para trasplantes, porque utilizaban a presos condenados a muerte. Pero la pena de muerte estaba disminuyendo", explicó Matas. "Ellos [entonces] tenían a la población de Falun Dafa que era... era indefinida, que estaba demonizada. Y el sistema de obtención de órganos de presos ya estaba institucionalizado. Así que simplemente cambiaron de forma".

El PCCh había matado a presos de conciencia antes de hacerlo con los practicantes de Falun Dafa, aunque el número era mucho menor. Los uigures son un ejemplo, dijo Matas. Con el tiempo, las cifras de sustracción de órganos aumentaron a 60.000 o 100.000 al año. Con el tiempo, llegó a ser una cifra elevada. "Cuando se trata de 50.000 a 100.000 órganos al año, eso no son personas, son órganos", continuó. De hecho, se trata tanto de un genocidio de vidas como de un genocidio de intenciones". Dijo que ambos tipos de genocidio estaban ahí porque "ellos [el PCCh] obviamente querían deshacerse de Falun Dafa".

Ley Magnitsky

Matas dijo que debemos hacer todo lo posible para detener el horror de la sustracción de órganos. "Yo diría que [hagamos] todo, que hagamos todo lo que sea posible", explicó.

Esto incluye la Ley Magnitsky, medidas en las Naciones Unidas, el Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra el tráfico de órganos humanos y recursos civiles. Otro enfoque es el registro de trasplantes, que impida la sustracción forzada de órganos.

"Israel y Taiwán han empezado a hacer algo al respecto, pero aún estamos lejos de ello", dijo Matas. "Hay una amplia lista de cosas que se pueden hacer, y creo que deberían hacerse todas".

***

Todos los artículos, gráficos u otros contenidos publicados en Minghui.org están protegidos por derechos de autor. Al reimprimir y redistribuir el contenido para uso no comercial, se pide indicar el título del artículo y su enlace original.