(Minghui.org) Desde la antigüedad, los chinos han llevado a cabo rituales en las fiestas importantes para mostrar su reverencia a lo divino y rezar pidiendo bendiciones para la salud y seguridad, y ayuda para alejar al mal.

Por ejemplo, la gente suele encender petardos en el Festival de la Linterna para ahuyentar al mal, y acostumbra llevar bolsitas en la Fiesta de los Botes de Dragón para rendir respeto a las cinco deidades de la peste.

Se creía que las cinco deidades de la peste eran las responsables de propagar las plagas. Hay un dicho que dice que "las plagas tienen ojos", lo que significa que las plagas suelen dirigirse a personas concretas o a regiones seleccionadas. Existen numerosos documentos en los que se detalla por dónde pasaron las plagas y las posibles razones por las que las cosas sucedieron de una manera determinada. A continuación se presentan ejemplos que explican mejor cómo "las plagas tienen ojos", lo que puede darnos una idea de cómo permanecer a salvo en la pandemia a la que nos enfrentamos hoy en día.

Dos partes de una misma provincia, diferentes resultados

Yi Jian Zhi, de Hong Mai, de la dinastía Song, recoge la historia de Wang Shiwu, un criado que trabajaba en el condado de Wuyuan (en la actual provincia de Jiangxi). Un día, Wang cayó repentinamente en coma. Ocho días después, recuperó la conciencia y contó su experiencia.

Mientras estaba en coma, se encontró trabajando en la tierra. Más de diez personas llegaron desde el oeste vestidas con ropas taoístas y llevando maletas, cajas y abanicos. Pidieron a Wang que les ayudara a llevar algunas cajas y caminara con ellos. Después de llegar al templo de Wuhou (donde se venera al antiguo sabio Zhuge Liang) en el condado, estas personas planeaban propagar una plaga. Pero la deidad que residía en ese templo los detuvo y los expulsó. A continuación, se dirigieron al templo de Yue (donde se veneraba al antiguo héroe Yue Fei) y también fueron expulsados.

Estas personas viajaron entonces hacia el norte, al condado de Xiuning y a Huizhou (ambos en la provincia de Anhui), donde ninguna deidad les permitió propagar la plaga. Siguieron avanzando hacia el norte y llegaron a Xuanzhou, donde fueron recibidos por las deidades locales que les dieron permiso para propagar una plaga. Empezando por la familia Meng, en la parte norte de la ciudad, cada una de las personas que viajaban con Wang sacó sus herramientas de las maletas y empezó a golpear a la gente. Quien era golpeado moría al instante.

Las personas que se dedicaban a propagar la peste también provocaron una plaga en la provincia occidental de Zhejiang (incluida Hangzhou), donde murió mucha gente. En cambio, la provincia oriental de Zhejiang (como Ningbo) fue preservada. Esto se debe a que la gente de allí valoraba la virtud y era respetuosa con lo divino. Como resultado, las deidades los protegían y prohibían que los dioses de la peste los azotaran con enfermedades.

No se permite azotar a los inocentes con plagas

Al igual que los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, el papel de los dioses de la peste es advertir a la gente que sea buena y castigar a los que insisten en hacer el mal. Los dioses de la peste no pueden cometer el error de acabar con la gente buena.

Colección de Cuentos de la Reencarnación (Lun Hui Ji) era un libro que documentaba historias a principios del siglo XX. En el condado de Jiangyin, en la provincia de Jiangsu, había una ciudad llamada Shengang en la que se había construido un gran templo para conmemorar al famoso erudito de la antigüedad Jizha. Parte del templo se convirtió en una escuela y Zhang Jiugao, un respetado erudito y filántropo, era el director.

Un año, el nieto de Zhang, Baoyu, murió por una plaga en enero (calendario lunar) y el primer hijo de Zhang, Yingzhen (padre de Baoyu), también se contagió y murió en julio. Pensando que había estado haciendo el bien durante toda su vida, Zhang se confundió y empezó a dudar del principio de "el bien se recompensa con el bien y el mal se retribuye con el mal", que siempre había creído.

Dos días después de la muerte de Yingzhen, su hermano menor, el segundo hijo de Zhang, Yingjie, fue a hacer la compra por la mañana. En la calle, sin embargo, vio a su hermano y a su sobrino fallecidos caminando hacia él. Yingjie alcanzó a saludarlos antes de desmayarse de repente y caer a la calle. La gente se apresuró a ayudarle. Yingjie recuperó la conciencia y empezó a hablar, con la voz de su hermano Yingzhen.

Resultó que tanto Yingzhen como su hijo fueron dioses de la peste en sus vidas anteriores. Debido a un error que cometieron, dos personas se infectaron por equivocación y murieron. Como castigo, tanto Yingzhen como su hijo se reencarnaron en el mundo humano, que era un lugar mucho peor comparado con el lugar de donde venían. Después de que ambos murieran de la peste, saldaron la deuda que tenían con esas dos personas que fueron eliminadas por error por la peste. Yingzhen y su hijo volvieron entonces al lugar al que pertenecían.

El concepto de descender del mundo divino al humano debido a las malas acciones estaba bien documentado en los antiguos textos chinos. En Viaje al Oeste, por ejemplo, los tres discípulos del monje Tang descienden de las moradas celestiales debido a diversas fechorías. Al ayudar al monje Tang a buscar las escrituras de Buda y ayudar así a la gente a ser buena, pudieron regresar tras completar su misión.

Pandemia moderna

Al igual que en las antiguas pandemias, la pandemia de coronavirus en curso tampoco pareció infectar a las personas al azar. Por ejemplo, Italia, uno de los países más afectados a principios de 2020, está lejos de China; lo mismo le pasó a Estados Unidos. Taiwán, por otro lado, experimentó muy pocos casos de infección a pesar de su proximidad a China continental.

Después del brote inicial del virus a fines de 2019, el partido comunista chino (PCCh) ha utilizado varios medios para encubrirlo, censurar información y engañar al público, lo que ha provocado la rápida propagación de la enfermedad a nivel mundial. Debido a esto, mucha gente lo llama virus PCCh.

Hace unos años, casi nadie hubiera creído que nos veríamos obligados a quedarnos en casa, cerrar negocios y luchar para ganarnos la vida durante el apogeo de la pandemia. Pero esto podría ser un recordatorio para que reflexionemos sobre cuánto daño ha traído el PCCh al mundo.

Dentro de China, el PCCh tomó el poder en 1949 prometiéndoles tierras a los campesinos, riqueza a los trabajadores y democracia a Occidente. Varios años después de tomar el poder, todas estas promesas se convirtieron en mentiras cuando el PCCh nacionalizó tierras y activos privados y lanzó su Gran Salto Adelante, una campaña que mató a unos 45 millones de personas.

Mientras el PCCh continuaba arrasando con la cultura y los valores tradicionales durante la Revolución Cultural, Estados Unidos ofreció una rama de olivo buscando amistad. Sin embargo, en retrospectiva, esto fue un error. “Es posible que hayamos creado un Frankenstein (confundiendo al monstruo con su creador)”, dijo el expresidente Richard Nixon a su exredactor de discursos, expresando pesar.

Sin embargo, era demasiado tarde. Aparte de Ronald Reagan y Donald Trump, ningún presidente de Estados Unidos ha tomado medidas concretas para contrarrestar la creciente agresividad del PCCh. Al continuar con la política de apaciguamiento hacia el régimen totalitario, Estados Unidos y el mundo libre en su conjunto se han hundido gradualmente en el pantano del comunismo y el socialismo.

Un examen más detenido de la ruta de propagación del virus del PCCh muestra que la enfermedad tendió a propagarse donde la influencia del PCCh es más fuerte. Italia, por ejemplo, fue el primer y único país del G7 que ha trabajado con el PCCh en su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) para avanzar en su dominio a nivel mundial. De manera similar, Irán es un socio estratégico del PCCh. Estados Unidos, por otro lado, es probablemente el factor más importante que ayudó al PCCh a convertirse rápidamente en una gran potencia mundial que domina el mundo hasta el punto de que tanto las Naciones Unidas como la OMS se han convertido esencialmente en la plataforma del PCCh para transmitir su ideología comunista.

Si las plagas tienen ojos, aquellos que cometen malas acciones enfrentarán las consecuencias. A la luz de la pandemia actual, parece que quienes tienen vínculos estrechos o afinidad con el PCCh a menudo son los más afectados.

Es posible que todavía tengamos una oportunidad. Al cortar los lazos con el PCCh y apoyar a aquellos que son reprimidos por el régimen, como los practicantes de Falun Gong (también conocido como Falun Dafa) que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, podemos ser bendecidos con salud y seguridad.

En Wuhan, donde estalló inicialmente el coronavirus, hay personas que se volvieron libres de virus después de recitar "Falun Dafa es bueno y Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno".