(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en 1994. Tengo un trabajo estable, pero no me había dado cuenta de que, gradualmente, había ido desarrollado el apego a los intereses y beneficios propios.

No recibía un aumento de sueldo desde hacía algunos años. A todos los empleados que recién contrataba mi empresa se les pagaba más que a mí. Aunque no decía nada, me sentía molesto y resentido. Me quejaba en mi interior de que a los demás les habían aumentado el sueldo, pero a mí no.

Shifu dijo:

"Les hablo a todos de un principio así, un principio que la gente común no es capaz de comprender: tú consideras que eres capaz de hacer todo bien, pero no lo tienes en tu vida; él no hace nada bien, pero lo tiene predestinado en su vida y por eso le dan un puesto importante. No importa cómo piense una persona común, eso es el punto de vista de una persona común. Al modo de ver de las vidas superiores, el desarrollo de la sociedad humana está progresando meramente de acuerdo con el orden y las normas del desarrollo específicamente determinados; por lo tanto, lo que haces en tu vida humana entera, ellas de ninguna manera lo arreglan según tus capacidades. En la religión budista se habla sobre la retribución del yeli, ellas arreglan tu vida según tu yeli; no importa cuán capaz eres, si no tienes de, quizás no tengas nada en esta vida. Tú ves que él no sabe hacer nada, pero él tiene gran de, es un alto funcionario y le llega una gran riqueza. Una persona común no puede ver este punto y siempre siente que debe hacer exactamente las cosas que ella misma piensa que debe hacer" (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Cuando analicé la situación, me di cuenta de que tenía el apego a la envidia. De hecho, empecé a comparar mi salario con el del resto poco después de que me contrataran. Todo marchaba bien hasta que escuché que a mis colegas les estaban aumentando sus sueldos. Pensé que era injusto que mis colegas, especialmente los de mi equipo, ganaran más que yo. Sabía que era un pensamiento erróneo, así que lo eliminé. Aunque me sentí mejor, el apego y el sentimiento de inconformidad regresaron poco después.

El apego a la envidia también hizo crecer muchos otros apegos, como el del deseo de venganza. A veces pensaba que el jefe no me daba un aumento de sueldo porque yo no le gustaba. Y que no le gustaba porque no lo adulaba, no le compraba comida y no lo halagaba. Fantaseaba con que sería su jefe algún día y que lo castigaría congelándole la paga y, finalmente, despidiéndolo. A veces no podía frenar aquellos malos pensamientos. Al final fui capaz de detectar estos apegos y eliminarlos. Ya no volvió a molestarme el deseo de ver un aumento de sueldo.

Mi compañía anunció recientemente otra ronda de aumentos de sueldo. Me dije: "Mi rendimiento ha sido bueno, así que esta vez deberían dármelo". Como practicante, me di cuenta inmediatamente de que necesitaba eliminar aquel pensamiento. Sin embargo, no podía dejar de pensar en ello. Me perturbó aún más cuando noté que algunos colegas se acercaban a la persona a cargo y le ofrecían regalos.

Después de que ajustaron nuestros salarios, noté que mi paga había aumentado bastante. Me emocioné mucho. Me sentía feliz. Dejé de encontrar al jefe tan molesto. Quería decírselo a todos: "¡He conseguido un aumento!".

No me daba cuenta de que estaba presumiendo y de que también tenía el apego a la ostentación. Incluso pensaba que me habían recompensado por haber eliminado el apego de envidia. No comprendí que estaba persiguiendo mis propios intereses. Quería que mi vida mejorara través de la cultivación y ganar más dinero a través de Falun Dafa.

Desperté en cuanto encontré aquellos apegos. Sabía que había venido a este mundo para practicar Falun Dafa y despertar la conciencia de los seres conscientes. No había venido hasta aquí para perseguir intereses materiales y disfrutar de la vida.

Como cabía esperar, pronto descubriría que mi reciente aumento de sueldo no era más que un bono para una sola vez. Mi salario base solo había aumentado un poco. Me calmé y comprendí que se trataba de otra prueba.

La prueba no había terminado todavía. Un día, mi supervisor me dijo que el jefe había notado que últimamente estaba haciendo un buen trabajo. Dijo que si lo hubiera hecho así de bien desde el principio, habría recibido un gran aumento. Me señaló que parecía que siempre me quedaba atrás en el trabajo y que solo parecía ponerme al día en el último minuto, por lo que había perdido varios aumentos de sueldo.

Mis sentimientos se entremezclaron cuando escuché aquello. Pensaba que había eliminado algunas nociones y apegos, pero no era así. Me di cuenta de que no me estaba cultivando diligentemente. Esa era la razón por la que no me iba bien en el trabajo.

Muchos de mis apegos se vieron expuestos durante este reciente ajuste salarial. Me avergonzaba reconocer que me molestaban la pérdida y la ganancia como a una persona normal.

Recobro la calma cada vez que miro hacia dentro. Entonces puedo apreciar la infinita compasión de Shifu que nunca ha dejado de darme, una y otra vez, oportunidades para ponerme al día y hacerlo mejor.