(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Dalian, en la provincia de Liaoning, se enfrenta a un proceso judicial por informar a la gente sobre su fe en Falun Dafa (o Falun Gong), una antigua disciplina espiritual de ejercicios y meditación que persigue el régimen comunista chino desde 1999.

La Sra. Li Xinping fue detenida el 2 de abril de 2020 tras haber sido denunciada por distribuir información sobre Falun Gong. La policía saqueó la casa de su hijo, donde ella vivía. Al día siguiente le tomaron una muestra de sangre y huellas dactilares. Fue liberada el 3 de abril por la tarde y puesta bajo arresto domiciliario durante seis meses.

El sufrimiento de su familia

El 14 de agosto de 2020, la policía presentó el caso de la Sra. Li a la procuraduría del distrito de Ganjingzi. Acompañada por su hijo, fue a la procuraduría el 19 de agosto y habló con el procurador a cargo de su caso, Hu Tongjun.

El procurador Hu le dijo que investigarían su caso al mes siguiente y que tenía derecho a contratar a un abogado para que la representara.

La Sra. Li le contó a Hu cómo ella y su marido se habían beneficiado al practicar Falun Gong. Ella solía sufrir hiperplasia ósea, dolor del nervio ciático, dolor de pecho y un latido irregular. Su esposo tenía cirrosis en fase tardía y a menudo vomitaba sangre. También tenía cálculos en el conducto biliar y en la vesícula biliar y sentía dolor constante. Sus médicos le dijeron que le quedaban pocos días de vida.

En aquel momento, sus dos hijos apenas comenzaban a asistir al preescolar. Les era muy difícil cuidar de los niños y trabajar para llegar a fin de mes. Eran tan pobres que tuvieron que pedir dinero prestado para comprar medicinas.

En medio de esa desesperanza, alguien les habló sobre Falun Gong. Tanto la Sra. Li como su marido recuperaron rápidamente su salud. Su marido superó el mal genio que tenía, encontró trabajo y pagó sus deudas.

Justo cuando las cosas estaban mejorando para la familia, el régimen comunista comenzó la persecución a Falun Gong en julio de 1999. La Sra. Li y su esposo fueron arrestados y acosados en varias ocasiones. Sus dos hijos a menudo tenían que quedarse solos en casa cuando sus padres eran detenidos por la policía.

Más tarde, a su marido lo sentenciaron a un año y medio de trabajo forzado. Fue gravemente torturado y tenía sangre en la orina y fiebre alta persistente. Los guardias lo liberaron seis meses antes de que terminara su condena por temor a que pudiera morir en el campo de trabajo forzado.

"Falun Gong nos dio a ambos una nueva vida. Si no hubiéramos practicado Falun Gong, ya habríamos muerto. Pero al querer mejorar nuestra salud nos encontramos con repetidos arrestos y redadas a nuestra casa. Realmente no puedo entender por qué el gobierno no nos permite hacer una práctica tan buena", dijo la Sra. Li.

El procurador Hu no hizo ningún comentario y la dejó ir.

Enfrentando a la procuraduría

Dos días después de que la Sra. Li hablara con el procurador Hu, ordenaron a su hijo que fuera a la comisaría para ser interrogado. La policía dijo que la procuraduría les había devuelto el caso de la Sra. Li, diciendo que no había suficiente evidencia para proceder.

La Sra. Li fue con su hijo a la comisaría de policía el 27 de agosto y su hijo respondió a las preguntas de los agentes. La Sra. Li trató de explicarles que la persecución era ilegal, pero la policía se negó a escuchar.

El procurador Hu llamó al hijo de la Sra. Li el 2 de septiembre y le dijo que llevara a su madre al tribunal del distrito de Ganjingzi a la mañana siguiente para reunirse con el juez.

Ese mismo día, su hijo también recibió una llamada de la policía. Dijeron que la Sra. Li tenía que hacerse una prueba de coronavirus. Cuando se negó a hacerse la prueba, varios oficiales la llevaron al hospital por la fuerza.

La Sra. Li y su hijo fueron al tribunal el 3 de septiembre. Después de que se les dijo a ambos que firmaran algunos documentos, la policía arrestó a la Sra. Li y dijo que el tribunal había emitido una orden de arresto contra ella la noche anterior.

Alrededor de las 9 p. m. de ese día, la policía le dijo al hijo de la Sra. Li que la habían llevado al centro de detención de Wafangdian donde la pusieron bajo cuarentena. Él sospecha que la policía está presionando al procurador y al juez para que sentencien a su madre.