(Minghui.org) Saludos Shifu. Saludos compañeros practicantes.
Soy una joven practicante que se ha estado cultivando durante 16 años. Me gustaría compartir la experiencia de cómo aprendí a cultivarme genuinamente gracias a que superé una prueba de sentimentalismo.
Uno de los apegos fundamentales con los que he estado luchando en mi camino de cultivación es el sentimentalismo. A lo largo de los años se manifestaba de diferentes formas y en forma de innumerables pruebas.
Me gustaría compartir mi experiencia más reciente que demostró ser una lección muy importante e imborrable para mí, en cuanto a cómo debo cultivarme genuinamente.
Antes de unirme a los medios de comunicación a tiempo completo, acababa de romper con alguien que pensaba que sería mi pareja por toda la vida. Por mucho que trataba de cultivarme para salir de eso, no lograba superar el dolor, el sentimentalismo y la búsqueda de la felicidad. Tal experiencia tuvo un impacto muy negativo en mi vida y caí en una grave depresión.
Corté los lazos con la mayoría de las personas que conocía, y durante un año casi no hablé con nadie. Me encerraba en mi habitación la mayor parte del tiempo cuando no tenía que ir a trabajar o tratar asuntos familiares.
Shifu, compasivo, me ofreció muchos consejos y oportunidades para salir de aquel estado, pero no lograba abandonar de todo corazón esos apegos fundamentales, y permití que los pensamientos negativos se agudizaran. Finalmente me convertí en una persona muy resentida que veía el mundo de una forma negativa.
Pero Shifu no se dio por vencido conmigo, y me dio otra oportunidad. Me pidieron que me uniera a los medios de comunicación a tiempo completo. A pesar que no me estuviera cultivando en ese particular, todavía sabía lo que tenía que hacer en términos de salvar a los seres conscientes. Así que, después de sopesar la importancia de tal misión, decidí unirme.
Por el mismo tiempo, una amiga practicante que conocía desde la secundaria también se unió a los medios. A lo largo de los años, esta practicante y yo trabajamos juntas en muchos proyectos de esclarecimiento de la verdad, y hacíamos regularmente sesiones nocturnas de estudio del Fa.
También la tenía en alta estima, porque la veía como un modelo a seguir, como alguien que hacía las tres cosas diligentemente.
Así que, cuando ambas nos mudamos a Estados Unidos —a un lugar donde no tenía familia y no conocía a mucha gente—, automáticamente, creció la confianza en ella como si fuera de mi familia y también creció el sentimentalismo y mi amistad con ella.
Pero esos pensamientos eventualmente crearon una barrera para mí y se convirtieron en la fuente de una considerable tribulación.
Aunque empecé a trabajar en los medios de comunicación, mi depresión y mi negatividad seguían siendo un gran obstáculo en todo lo que hacía, incluyendo la forma en que trataba a las personas a mi alrededor. Estaba resentida y me quejaba mucho, y siempre que algo tocaba un apego, me retiraba y dejaba de hablar. Me volví alguien poco predecible.
También llevaba esta actitud en mi vida personal. Esta practicante y yo hicimos muchas cosas juntas al principio, ya sea relacionadas con el trabajo, la cultivación o la sociedad. Con el tiempo me fui apoyando en ella al desarrollar estas áreas, y como pensaba que era una amiga cercana, di cabida a muchas expectativas sobre cómo debía tratarme.
Con el tiempo, la relación comenzó a deteriorarse. Mi imprevisibilidad comenzó a manifestarse en nuestra amistad. A pesar de sus buenas intenciones de intentar animarme en los días en que me atacaba la negatividad, mi reacción inicial fue alejarla. Estaba tan perdida en mi propio dolor y sufrimiento que no me importaban los sentimientos de los que me rodeaban.
Durante este tiempo, también se hizo amiga de otra practicante con la que empezó a pasar más tiempo. Durante el año siguiente, noté que se había distanciado de mí. Lo vi en su actitud hacia mí, al excluirme de las reuniones sociales y porque me ocultaba algunas cosas.
Me dolían profundamente esas acciones, porque mi sentimentalismo por ella era fuerte. Ella no cumplía con mis expectativas humanas y nociones de amiga, y sentí que era injusto que me tratara de esta manera, especialmente cuando normalmente trataba de priorizarla como amiga. También sentía celos de su relación con la otra amiga y estaba resentida por tener que sufrir constantemente el dolor de ser herida. Cuando me trataba de esa manera, me molestaba, me retiraba y le daba la espalda.
Este círculo vicioso continuó durante aproximadamente un año. Sin embargo, no hice nada por detenerlo. Hubo varias veces en que ella compartió, y dijo que estaba dolida por mi repentina frialdad, y me señaló cosas, pero yo estaba demasiado avergonzada y asustada para exponer mis verdaderos sentimientos, admitir mis apegos y mi mal comportamiento.
Gradualmente, me convertí en lo que Shifu describió como "una persona malvada".
“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente” (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).
Como el problema no se resolvía, finalmente me dijo que quería minimizar el contacto conmigo. Y como eso se convirtió en algo incómodo, después dijo que quería terminar nuestra amistad.
En el transcurso de ese año, estuve mirando dentro y me esforcé por eliminar el sentimentalismo, los sentimientos, las nociones, la envidia y el resentimiento de mi amistad. Pensé que si podía eliminarlos, el ambiente iba a cambiar y todo se resolvería. Pero no tuve el suficiente coraje para enfrentar el problema, abrirme, ir más profundo y exponer los apegos. Básicamente no me estaba cultivando de verdad.
Durante ese tiempo, me obsesioné con mi propio dolor y sentimientos. Desarrollé mucho miedo y no quería que me hirieran como antes de venir a Estado Unidos. Era egoísta, me protegía demasiado, tenía una mente estrecha y era desconsiderada. No me gustaba privarme de nada y no evaluaba mis acciones con las enseñanzas de Shifu.
Shifu nos enseña a pensar primero en los demás en todo lo que hacemos, y sin embargo yo no escuchaba.
Tampoco podía diferenciar mi verdadero yo de mi yo humano, así como mis verdaderos pensamientos de las interferencias externas. Es mi lado humano el que quiere protegerse a sí mismo y al ego. Tiene miedo de ser herido o criticado. También es muy emocional y busca consuelo, reconocimiento y deseos.
Mi verdadero yo, por otro lado, tiene pensamientos rectos, es racional, no dejaría que los pensamientos negativos tomaran el control y pone a las otras personas primero.
Cuando me sentía molesta o deprimida, repetidamente dejaba que mi lado humano y mis apegos me controlaran, y no me esforzaba por recuperar el control de mi cuerpo y mis pensamientos.
En cuanto a los apegos relacionados con el sentimentalismo de la amistad, descubrí que buscaba constantemente la aprobación de los demás, que temía el rechazo, que no estaba abierta a comunicar mis pensamientos, que no apreciaba y dependía demasiado de los demás. También consideraba a mi amiga practicante como un modelo a seguir para la cultivación y no me esforzaba lo suficiente para tener mis propios entendimientos.
Cada vez que me rechazaba, sentía que mi reputación y mi ego estaban siendo atacados, y desarrollé un corazón de queja.
Debido a que mi corazón era demasiado estrecho, no podía perdonar inmediatamente a la gente cuando sufría daños o pérdidas. Me faltaba compasión y un corazón de gran tolerancia.
Shifu nos dijo en: Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna:
“Pregunta: Shifu nos ha dicho que debemos tener gran tolerancia, pero ocasionalmente me atasco en pequeñas cosas.
Shifu: Entonces simplemente cambia. Debes exhibir compasión y tolerancia y considerar más a otros, y aquí entre los seres humanos, eso se volverá un hábito para ti. No me gusta cuando se culpan a sí mismos, carece completamente de sentido. Repetiré lo que acabo de decir: si has caído, no te quedes allí tumbado, ¡levántate en seguida!”.
Durante el proceso de eliminar estos apegos, realmente he sentido la misericordia de Shifu, y la compasión de mis compañeros, que han estado compartiendo conmigo y animándome a seguir adelante.
Por supuesto, también tengo que levantarme. He estado enviando pensamientos rectos prolongados para eliminar mis apegos, reflexionando sobre los incidentes del pasado para ver dónde me he equivocado y pidiendo disculpas a aquellos a los que he herido. También tengo que ser más estricta con mis pensamientos, usar el Fa para controlar cualquier negatividad o pensamientos depresivos, y desarrollar el hábito de exhibir compasión y tolerancia.
Me di cuenta que la amistad puede fomentar el sentimentalismo, y como tal no es realmente importante. También pueden generar y manipular otros apegos.
Shifu dijo:
“El qing es la causa de que se produzcan corazones de apego” (Preguntas y respuestas en la Enseñanza del Fa en Guangzhou, Zhuan Falun Fajie).
El sentimentalismo es poco fiable y es la raíz del comportamiento caprichoso de la gente. Los maravillosos sentimientos y las hermosas imágenes que se derivan de este apego son todas ilusiones.
Ahora entiendo verdaderamente que muchas cosas que hago, incluyendo mis decisiones, están enraizadas en el sentimentalismo, como si me gusta hacer algo o no, si me gusta comer algo o no, si puedo levantarme por la mañana o no y si tengo ganas de hablar con alguien o no.
Shifu dijo:
"Cuando el hombre salta afuera de este qing, nadie es capaz de tocarlo, los corazones de la gente común ya no pueden moverlo y el qing se reemplaza con la misericordia, que es algo más noble" (Cuarta lección, Zhuan Falun).
El sentimentalismo es algo que la gente común valora mucho, pero como cultivadora, debo deshacerme de él rápidamente. Necesito tomar todas mis decisiones racionalmente, y considerar constantemente si mis acciones dañarán o beneficiarán a otros, mientras que ignoro mis sentimientos y elementos del yo en el proceso. En lugar de seguir el sentimentalismo, necesito tratar a todas las personas —gente común y compañeros de cultivación— con compasión incondicional.
Además, el sentimentalismo también puede ser fácilmente aprovechado por las viejas fuerzas para sembrar la discordia e interferir con la rectificación del Fa.
En esta etapa final de la rectificación del Fa, no puedo dejar que este sentimentalismo y otros apegos relacionados interfieran con mi trabajo de salvar a los seres conscientes.
Shifu es muy compasivo. Los días anteriores cuando la practicante me dijo que quería terminar nuestra amistad, yo tenía mucho dolor por el sentimentalismo y otros apegos, y lloré casi todas las noches. En un momento, recuperé los pensamientos rectos y prometí dejar de llorar. En mi corazón, pensé que tomaría cualquier dificultad que se requiera para eliminar este sentimentalismo, y eliminar rápidamente otros apegos, pero cualquiera que sea la prueba, los apegos y las viejas fuerzas no deben interferir con mi voto de salvar a los seres conscientes. En el transcurso de esa hora, todo el dolor y el sentimentalismo desaparecieron por completo. ¡Quiero agradecerle de todo corazón a Shifu por ayudarme a eliminar esta capa de mi apego fundamental!
A través de esta experiencia, he aprendido a cultivarme para convertirme en "una persona benevolente", y trabajaré duro para alcanzar el estado de "una persona iluminada".
Shifu dijo:
“Un ser iluminado no tiene ningún apego en el corazón. Él contempla tranquilamente a la gente mundana extraviándose en las ilusiones” (Grado de conciencia” Escrituras esenciales para mayor avance).
¡Trabajemos duro para salvar a los seres conscientes!
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Categoría: Mejorándose uno mismo