(Minghui.org) Me llamo Yu'er. Cuando tenía 10 meses, tuve amigdalitis durante más de 10 días. Una mañana, mientras mi madre me vestía, me caí en la cama y me veía bastante enferma. Me llevaron a una clínica privada para que me evaluaran.

Mi enfermedad empeoró después de cinco o seis días. La mitad inferior de mi cuerpo se paralizó y no podía comer. Mi madre decidió llevarme a un hospital local. Todavía era capaz de sostener una galleta y comerla durante mi primer día de hospitalización, sin embargo en el segundo día, mis manos también se paralizaron. Mi madre estaba muy preocupada y le preguntó al médico qué me pasaba. El médico dijo que tampoco sabía lo que estaba pasando. Después de varios días en el hospital local, mis diminutos puños estaban muy apretados en una bola y lloraba histéricamente. Mi cuerpo y mi boca se movían constantemente, incluso mis rasgos faciales parecían deformados. Mi madre estaba extremadamente ansiosa y pidió que me transfirieran a otro hospital.

Luego fui transferida a la cuarta Universidad Médica militar, actualmente conocida como la Universidad Médica de la fuerza aérea en Xi'an, provincia de Shaanxi. Estuve allí durante dos semanas pero aún no mostraba signos de recuperación. Un día, mi madre le preguntó al médico sobre mi enfermedad, el médico dijo: "A decir verdad, la vida de su hija está en peligro". Deberías ir a casa y tener un segundo hijo. Aunque gastes todo tu dinero, esta niña estará mentalmente discapacitada toda su vida y tú estarás estresada toda tu vida". Mi madre no tuvo más remedio que traerme a casa.

Después de regresar a casa, mi madre, que es practicante de Falun Dafa, me reproducía las conferencias de audio del Maestro Li Hongzhi, el fundador de la práctica de cultivación de Falun Dafa. Ella ponía las conferencias del Maestro para que yo las escuchara todos los días mientras estaba en la cama. Mi madre sabía que el Maestro una vez dijo:

"...cuando una persona practica, toda la familia se beneficia?" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Australia).

Mi madre me cargaba en sus brazos hasta que empecé a caminar a los tres o cuatro años. Cuando era pequeña, mi médula ósea fue punzada dos veces, así que mi columna vertebral era muy débil. Por lo que cuando aprendí a caminar, me caía con frecuencia, a diferencia de un niño sano. Mi madre también necesitaba ayudarme cuando caminaba, si no me caía de cabeza. Cuando fui capaz de pararme sin ayuda alrededor de los cinco o seis años, mi madre me enseñó a practicar los ejercicios de Falun Dafa.

Ahora tengo 20 años y bajo la protección del Maestro he crecido y soy una estudiante universitaria saludable, feliz y alegre. ¡La discapacidad mental predicha por el doctor no existe! Puedo ayudar a mi madre con las tareas domésticas diarias como cocinar y lavar los platos.

Aunque no soy diligente en mi cultivación de Falun Dafa, el Maestro siempre me ha bendecido. El Maestro nunca se ha dado por vencido conmigo y me ha protegido constantemente.

Superando una tribulación con pensamientos rectos

Un día después de la escuela, cuando estaba en cuarto grado, me chocó una bicicleta en las rodillas porque no estaba prestando atención al cruzar la calle. Me caí y un guardia de seguridad me ayudó a levantarme y me preguntó si estaba bien. En ese momento, pensé en lo que dijo el Maestro:

“Decimos que lo bueno o lo malo surgen de un pensamiento de la persona, y la diferencia de este pensamiento también trae distintas consecuencias”. (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Le dije que estaba bien. Cuando llegué a casa por la noche, mis piernas estaban hinchadas y me dolían mucho. Sabía que porque soy una cultivadora, todo estaría bien. En unos días, mis piernas ya no estaban hinchadas y supe que el Maestro me estaba protegiendo.

Una vez, tuve fiebre y estuve tosiendo y vomitando durante varios días. Me veía muy delgada porque no era capaz de comer adecuadamente. Mi tía estaba preocupada y me preguntó si quería alguna medicación. Sacudí la cabeza y dije que no. Tuve fuertes pensamientos rectos y como mi tía también era cultivadora de Dafa, no dijo nada más. Sé que el Maestro me estaba protegiendo y que estaría bien. Varios días después, mi tía vino de nuevo y quiso sacarme afuera por un rato para tomar un poco de aire fresco. Mientras estábamos afuera, compramos algo de beber, y luego volvimos a casa. Me recuperé sin tomar ningún medicamento. Mi tía dijo en broma: "Parece que solo estabas esperando por ese refresco para mejorarte". Sabía que una vez más el Maestro me estaba protegiendo. ¡Gracias, Maestro!

Aclarando la verdad a mis compañeros de clase

Tenía una amiga muy cercana en la escuela y le aclaré la verdad, contándole sobre la persecución y cómo el partido comunista chino perseguía a Falun Dafa. También le dije que para volverse buenas personas, los practicantes de Falun Dafa siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. También le di materiales informativos de Falun Dafa y le hablé de la cultura y los cuentos inspirados por Dios. Ella aceptó todo de buena gana.

En la escuela secundaria, había una chica que siempre me molestaba. Yo seguí el estándar de un practicante de Dafa y siempre fui muy considerada con ella. Más tarde, nos convertimos en mejores amigas y también fue una oportunidad para mí de aclararle la verdad. Ella dijo: "Gracias por contarme todas estas cosas tan tan maravillosas". Durante el proceso de compartir la información sobre Dafa, pude sentir verdaderamente que la gente despertaba a la verdad.

En la escuela secundaria vocacional, yo era la monitora asistente. Mis compañeros de clase eran muy traviesos y no se comportaban bien. Sabía que muchos tenían una relación predestinada conmigo, así que seguí los estándares de Dafa y los traté con compasión. Razonaba pacientemente con ellos y sacaba a relucir sus pensamientos compasivos. Durante esos dos años de ser monitora asistente, no hubo peleas ni violaciones de las reglas. Mi maestro dijo: "No tengo que preocuparme porque tú estás aquí".

También tuve un muy buen compañero de clase. Durante las vacaciones de invierno, me invitó a ir al cine. Pensé en aprovechar esta oportunidad para aclararle la verdad. Inicialmente, mi madre no quería que fuera y yo podía entender por qué. Sin embargo, le dije a mi madre que necesitaba aprovechar esta oportunidad para aclararle la verdad a mi compañero de clase. En el cine, le conté cómo Falun Dafa se extendió por todo el mundo y él estuvo dispuesto a aceptar lo que le decía.

También le aclaré la verdad a mi profesora de educación física mientras se recuperaba de una cirugía mayor. Le conté sobre Falun Dafa, y cómo la práctica enseña a la gente a cumplir con los principios de la Verdad-Benevolencia-Tolerancia para llegar a ser buenas personas. Le dije a mi maestra que recitara sinceramente: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!". Estuvo felizmente de acuerdo.

También había una compañera de clase que tenía buen temperamento y su familia estaba bastante bien. Sin embargo, su cuerpo físico era muy poco saludable. Le diagnosticaron varias enfermedades diferentes. Una vez, cuando tenía un dolor de cabeza, le dije que recitara sinceramente: "Falun Dafa es bueno. Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". También le aclaré la verdad y ella la aceptó. Parece que la gente espera ser salvada y el Maestro ya ha arreglado nuestros caminos.

Estoy muy agradecida a Dafa y al Maestro Li Hongzhi. Escucharé al Maestro y continuaré ayudando al Maestro en la rectificación del Fa.