(Minghui.org) Cada vez que leo los artículos de Minghui de los practicantes que comparten sus recuerdos de Shifu Li Hongzhi (el fundador de Falun Dafa) cuando daba sus primeros seminarios de enseñanza en China para introducir Falun Dafa, me conmuevo al punto de llorar. Me gustaría compartir algunas de mis historias de cuando asistí a las primeras conferencias de Shifu.

Recordando esos preciosos momentos, mi corazón se llena de felicidad y gratitud.

Nací en una remota región montañosa del noroeste de China. Mi familia era pobre. Cuando era pequeño generalmente no sabíamos cuándo tendríamos nuestra próxima comida. Llevaba la misma ropa remendada todo el año. Cada vez que había un evento especial en la escuela, tenía que pedir ropa prestada a los vecinos.

En 1985 me casé y abrimos una pequeña tienda. Después de años de duro trabajo, mi salud se deterioró. Mi abuelo materno, un médico de medicina china, me sugirió que practicara qigong para mejorar mi salud.

En 1992, asistí a un taller de qigong fuera de la ciudad. El viaje me costó cerca de 1000 yuanes, además de varios cientos de yuanes para la matrícula. Mi salud no mejoró, y ni siquiera conocí al "maestro" de ese qigong. Como dijo nuestro Shifu:

“Al final, han dado vueltas en vano y han gastado energía y dinero sin obtener nada” (Octava Lección, Zhuan Falun).

En junio de 1994, planeé asistir a un taller para el mismo qigong. Mientras esperaba el cambio del tren en Beijing, llamé a un amigo que vivía en la ciudad. Le expliqué por qué estaba allí. Mi amigo me habló inmediatamente de Falun Dafa y me dijo que acababa de perder el seminario de Shifu en Beijing. Él fue rápidamente al hotel donde me estaba quedando y me trajo un juego de cintas de audio de las conferencias.

Esa noche, escuché varias grabaciones. ¡Lo que dijo Shifu fue realmente bueno! Decidí quedarme en Beijing y aprender a practicar Falun Dafa.

Fui a un lugar de práctica de Falun Dafa en el Parque Ditan. Un asistente me saludó calurosamente y me enseñó los cinco juegos de ejercicios gratis. También conseguí una copia del libro “Falun Gong”.

Escuché que Shifu iba a dar otro seminario en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan. Estaba muy emocionado y contaba los días.

En la noche del 9 de junio de 1994, abordé un tren desde Beijing a Zhengzhou. A la mañana siguiente, llegué a Zhengzhou. Encontré el lugar y me registré. La cuota de inscripción era de 40 yuanes. Un médico local me recomendó un hotel económico.

La mañana del 11 de junio, junto con otras personas de fuera de la ciudad que vinieron a Zhengzhou a asistir al seminario, llegamos al lugar donde se iba a realizar.

Era una sencilla cancha de deportes cubierta. El techo estaba hecho de tejas de asbesto y láminas de metal. El suelo era de hormigón, al igual que los "asientos" que de hecho eran escaleras de hormigón. No había cristales en las ventanas. Había una mesa en el centro del escenario. Al menos 1000 personas se reunieron allí.

El segundo día mientras Shifu hablaba, de repente apareció un violento vendaval, acompañado de una lluvia torrencial y granizo. Grandes gotas de lluvia y granizo sacudieron el techo de metal. Se cortó la electricidad. La lluvia entró por las ventanas. Había una gotera en el techo justo al lado de la mesa donde estaba Shifu.

Shifu se sentó en la mesa. Hizo una serie de grandes gestos de manos y contó una historia sobre Sakya Muni. Todos escuchamos en silencio.

Muy pronto el viento y la lluvia se detuvieron. Un rayo de sol entró por una ventana y todos aplaudieron.

Después de eso, cambiaron el lugar a un estadio en mejores condiciones.

Cada día antes de la conferencia, Shifu caminaba por el patio. Al principio, muchos practicantes tomaron fotos de Shifu pero dejaron de hacerlo al final.

En ese momento, no entendía qué era la cultivación. Solo quería que me dejara de doler la espalda.

Una mañana antes de la clase, me encontré con Shifu cara a cara en el patio. Shifu parecía serio y amable. Mi mente se quedó completamente en blanco.

Poco a poco entendí que Shifu nos estaba enseñando a cultivarnos verdaderamente hacia niveles altos.

“Para algo como esto no hay muchas oportunidades, y tampoco voy a transmitir de esta manera para siempre. Siento que la gente que puede escuchar directamente mi transmisión del gong y mis enseñanzas del Fa, yo digo, realmente… en el futuro sabrás y sentirás que este periodo de tiempo fue de mucho regocijo. Por supuesto, hablamos de relaciones predestinadas, y todos los aquí presentes están por relación predestinada” (Primera lección, Zhuan Falun).

Cuando terminó el seminario luego de ocho días, todos los nuevos practicantes recibieron certificados de graduación. Nos pidieron que escribiéramos informes de experiencias. Shifu dijo que los leería a todos.

Justo después del seminario en Zhengzhou, decidí seguir a Shifu a la ciudad de Jinan, en la provincia de Shandong, y asistir al siguiente seminario allí. Viajé con un grupo de personas; una era una practicante de Beijing. Ella dijo que ya había seguido a Shifu a varios seminarios en diferentes lugares.

Llegamos a la ciudad de Jinan. Como no éramos nuevos estudiantes, la cuota de inscripción era solo de 25 yuanes. Recorrimos la ciudad en busca de un hotel, pero tuvimos dificultades para encontrar uno. Al final, encontramos el número exacto de camas que necesitábamos en un hotel justo al lado del Gimnasio Huangting donde se iba a celebrar el seminario. Pensando en eso, ¡estoy muy agradecido por el arreglo que hizo Shifu para cada uno de nosotros!

Hacía calor en la ciudad de Jinan. Durante el almuerzo, muchos practicantes se querían tomar una foto con Shifu. Bajo el sol abrasador, Shifu se mantuvo de pie pacientemente y se tomó fotos con un grupo tras otro. Mi grupo no fue porque ya lo habíamos hecho en Zhengzhou y no queríamos molestarlo más.

El tercer día del seminario de Jinan, me dolía todo el cuerpo como si tuviera un fuerte resfriado. A la mañana siguiente todos los síntomas desaparecieron. ¡Me sentí de maravilla! Todo mi cuerpo estaba ligero. Desde ese día, no he tomado ni una sola pastilla. Mucha gente dijo que me veía doce años más joven que mi verdadera edad.

En octubre de 1994, un amigo me dio una alegre noticia: ¡Shifu iba a dar un seminario en la ciudad de Guangzhou en diciembre! Cuando estaba hablando del viaje con mi amigo en una cabina telefónica pública, el encargado, que escuchó nuestra conversación, dijo: "¡Usted es muy afortunado!".

En diciembre, tres días antes que iniciara el seminario, mi esposa y otro familiar compramos una caja de fideos instantáneos y nos dirigimos a la estación del tren.

La noche antes de irnos, mi hija de cinco años tenía fiebre. ¿Qué debía hacer? Me preocupaba dejar a la niña con mi madre. Por otro lado, estaba decidido a ir a Guangzhou. Al final, decidimos llevar a nuestra hija con nosotros. Cuando llegamos a la ciudad de Xi'an para cambiar de tren, mi hija estaba saltando y completamente bien. Esto debió ser un arreglo de Shifu para que mi hija asistiera a las conferencias.

Más de 5000 personas asistieron al seminario de Guangzhou. Varios cientos de personas —incluyendo mi grupo— no aseguramos los boletos. Un practicante de Beijing se las arregló para conseguirnos dos boletos. Dejé que mi esposa y mi familiar, quienes nunca habían asistido a un seminario de Shifu, entraran con los boletos y se llevaron a mi hija con ellos. A otros practicantes que no tenían boletos y a mi nos pidieron que fuéramos a un pequeño salón para escuchar la conferencia de Shifu que se iba a transmitir por radio. El segundo día, el practicante de Beijing me consiguió otro boleto. Después me enteré que esos boletos los dieron algunos practicantes de Beijing, que sacrificaron su propia oportunidad de entrar. ¡Le agradezco sinceramente a esos practicantes de Beijing!

Cada mañana, apenas Shifu subía al escenario, el gimnasio lleno de varios miles de personas instantáneamente se quedaba en silencio. Nadie controlaba el orden. Todos estaban concentrados en las palabras de Shifu. Shifu generalmente hablaba durante dos horas seguidas sin beber ni un sorbo de agua. Uno de esos días, Shifu dijo que limpiaría los cuerpos de los practicantes. Shifu nos dijo que levantáramos una mano y luego diéramos una pisada juntos. Cuando pisábamos, Shifu agarraba y lanzaba algo. Mi esposa vio chispas en el suelo delante de Shifu. Aquellos con el tianmu abierto podían ver más, por supuesto.

Nos hospedamos en un hotel que pertenecía a la Región Militar de Guangzhou. Todos los días nos recogía un autobús. Muchas personas que se estaban alojando allí eran practicantes veteranos y estaban asistiendo de nuevo al seminario. Muchos eran profesores o técnicos superiores. Todos resplandecían de salud y felicidad. A menudo compartíamos nuestras experiencias con los demás.

La tuberculosis de mi esposa que llevaba mucho tiempo se curó instantáneamente. Cuando regresamos a casa, ella botó toda su medicina para la tuberculosis.

Nuestra tienda se convirtió en un sitio de práctica, y reprodujimos las grabaciones de audio de las conferencias de Shifu a los nuevos practicantes. Nuestra tienda era muy fácil de encontrar. Pronto, Falun Dafa se expandió en los pueblos y las ciudades de los alrededores.

Cuando pusieron a disposición las grabaciones de video de la conferencia de Shifu, mi televisor a color (en ese tiempo la mayoría de la gente en el campo solo tenía televisores a blanco y negro) y el reproductor de cintas de video se convirtieron en poderosas herramientas para la difusión de Dafa. Además de organizar talleres de nueve días localmente, también iba frecuentemente al campo. A veces, las grandes empresas y los negocios me invitaban para reproducir los videos de las conferencias y la demostración de los ejercicios de Shifu. Siempre estaba muy contento de ir —a veces ocho o nueve días— mientras mi esposa se ocupaba de nuestra tienda. Siempre que sucedía esto, nuestra tienda tenía un excelente negocio. ¡Dafa nos trajo bendiciones!

Después, coordiné con la Asociación de Falun Dafa de mi provincia y en las provincias cercanas. Se formó un buen ambiente para aprender Dafa y compartir experiencias.

Quise compartir estos felices recuerdos con ustedes —de cómo Falun Dafa se difundió en regiones remotas del noroeste de China en esos primeros años.

Después de que el partido comunista chino comenzara a perseguir a Falun Dafa, yo fui perseguido como un objetivo "clave". Con la protección y el aliento de Shifu, he logrado sobrellevar todos los años de dificultades.