(Minghui.org) El año 2020 resulta insólito para China y el resto del mundo. Empezando por el brote de coronavirus, el mundo ha sido testigo de cómo el encubrimiento constante del partido comunista chino (PCCh) condujo a una pandemia global. Hasta ahora, la enfermedad causó más de 16 millones de infecciones y más de 640.0000 muertes.

Preocupados por el daño que ha causado el PCCh, muchos países despertaron y vieron la brutalidad y los engaños del PCCh, así como la amenaza inmediata que representa para la libertad. Entre los muchos crímenes cometidos por el PCCh, la promulgación de la ley de seguridad nacional en Hong Kong es la evidencia más reciente, mientras que la persecución a Falun Dafa supone, probablemente, la peor violación de derechos humanos en las últimas dos décadas.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es un sistema de meditación basado en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Desde julio de 1999, el PCCh ataca a unos 100 millones de practicantes con detenciones, encarcelamientos, torturas, abusos psiquiátricos y sustracción forzada de órganos.

Además del duro abuso físico, el PCCh también somete a los practicantes a un intenso lavado de cerebro en un intento por forzarlos a abandonar su fe. Además, organizaron por todo el país que tanto los medios de comunicación como el sistema educativo difamara a Falun Dafa. La propaganda puso a un gran número de chinos en contra de los practicantes inocentes de Falun Dafa y de los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Hace poco, el 18 de julio, comprendiendo la gravedad de la persecución, más de 600 líderes de 32 países emitieron una declaración conjunta en la que piden el cese de la persecución. Los Estados Unidos, en particular, expresó su apoyo a los practicantes de Falun Dafa en su informe sobre la libertad religiosa y en los recientes anuncios del Departamento de Estado.

Mientras que casi 200 países siguen sufriendo la pandemia del coronavirus, China sufrió también pérdidas a causa de inundaciones, plagas de langostas y otros desastres. Con dicha situación, renunciar a las organizaciones del PCCh dentro de China y rechazar al PCCh en la comunidad internacional traería beneficios a nuestra sociedad a largo plazo.

Apoyo de más de 600 funcionarios en 32 países

El 20 de julio de 2020 se cumplieron 21 años que comenzó la persecución a Falun Dafa. La lista de más de 600 firmantes, disponible en el Centro de Información de Falun Dafa, consta de ministros actules y anteriores, así como de legisladores a nivel nacional y provincial.

"La persecución a Falun Dafa en China es una de las campañas más duras contra un grupo religioso en los tiempos modernos", destaca la Declaración. "Instamos al gobierno chino a que respete las normas internacionales y... a que detenga de inmediato la persecución a Falun Dafa en China, y a que libere incondicionalmente a todos los practicantes de Falun Dafa detenidos y a otros prisioneros de conciencia".

Entre los firmantes se encuentran 28 Senadores y Miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. "Gracias por la amable invitación a participar en la manifestación virtual de Falun Dafa de este año", declaró el representante Jaime Herrera Beutler del estado de Washington. “Dediquemos un momento hoy para reflexionar sobre la persecución y acerca de aquellos que aún sufren bajo la tiranía del partido comunista chino (PCCh)".

El miembro del Parlamento australiano George Christensen dijo que la ideología atea del PCCh indica que tiene miedo a los grupos con creencias espirituales. "No le gusta Falun Dafa, no le gusta sus practicantes, no le gusta los cristianos, no le gusta los budistas, no le gusta los uigures musulmanes y hay razones para ello", dijo: “Porque la mitad de todos ellos [seguidores religiosos] sostienen que hay un poder supremo, un poder más alto que el partido comunista chino, no lo aceptan y por eso existe tanta persecución a la gente con creencias, incluyendo a los practicantes de Falun Dafa".

Aparte de la declaración, el eecretario de estado de los Estados Unidos Michael Pompeo emitió una declaración el 20 de julio instando a detener la represión contra Falun Dafa en China. De manera similar, la Misión de los Estados Unidos en Ginebra también tuiteó lo siguiente en señal de apoyo: "En tal día como hoy, hace 21 años, la República Popular China se comprometió a eliminar la práctica de Falun Dafa. Hoy, nos unimos a esta pacífica comunidad religiosa y pedimos la liberación de las miles de personas encarceladas injustamente por sus creencias".

Desde julio de 2015, más de 3,65 millones de personas de 37 países firmaron formularios de denuncia penal dirigidos al tribunal supremo y a la procuraduría suprema de China para pedir que se lleve ante la justicia al exlíder del PCCh Jiang Zemin, por ordenar la persecución a Falun Dafa. En Canadá, recientemente se presentó una lista de violadores de los derechos humanos a François-Philippe Champagne, ministro de Relaciones Exteriores, en la que se pedía que se investigara el papel que desempeñaron en la persecución a Falun Gong y se adoptaran medidas contra ellos sobre la base de la legislación canadiense Magnitsky.

Graves consecuencias

Desde la antigüedad, la gente en China cree en la armonía entre el Cielo, la Tierra y la humanidad. Cuando la gente cometía grandes faltas, a menudo se producían graves desastres.

A medida que el mundo se doblega ante el PCCh, permitiéndole empujar su ideología comunista y otras mentiras a nivel mundial, el mundo entero sufre. La pandemia del coronavirus es un ejemplo. Li-Meng Yan, una viróloga de Hong Kong que huyó a los Estados Unidos en abril, dijo que aunque el PCCh tenía conocimiento sobre el coronavirus en diciembre de 2019 decidió ocultar la información.

La influencia del PCCh también se extendió a Hong Kong. La Doctora Yan se enteró por sus amigos profesionales médicos de China continental de que se transmitía de humano a humano el 31 de diciembre de 2019, así que lo notificó a su supervisor; pero se le dijo que guardara silencio. A medida que la situación en China continental se deterioraba, sus amigos le decían: "No podemos hablar de ello, pero tenemos que usar máscaras". Intentó de nuevo hablarle a su supervisor sobre esto. "Guarda silencio y ten cuidado. No toques la línea roja", respondió el supervisor. "De lo contrario, nos meteremos en problemas y harán que desaparezcamos".

En este momento, la pandemia infecta a casi 200 países. Entre el 13 y el 17 de julio, se identificaron alrededor de un millón de nuevos casos de infección, tan solo en esos cuatro días. Durante una reciente entrevista, la doctora Yan dijo: "También quiero que el pueblo de EE. UU. entienda lo terrible que es esto. No es lo que ustedes vieron... Esto es algo muy diferente... No tenemos mucho tiempo".

Dentro de China, las inundaciones amenazan la seguridad de las personas, en un momento en que la pandemia del coronavirus se encuentra todavía fuera de control en ciertos lugares. Veintisiete provincias están experimentando inundaciones, incluidas las regiones del río Yangtsé y del río Huai. El ministerio de Recursos Hídricos de China dijo que desde junio hay 433 ríos con un nivel de caudal superior a los límites de alerta. Entre ellos, 33 tienen niveles de agua sin precedentes.

Las inundaciones tienen lugar en muchos lugares de China

Se informó recientemente que la presa de las Tres Gargantas, un costoso proyecto político en China que en su momento se afirmó que protegería la región del río Yangtsé de las inundaciones durante 1.000 años, descargó agua en numerosas ocasiones haciendo que las zonas situadas río abajo queden aún más expuestas a los daños causados por las inundaciones.

La comunidad internacional rechaza el PCCh

El PCCh no aprendió ninguna lección de la pandemia o de las inundaciones. Por el contrario, intensificó sus esfuerzos para introducir a la fuerza una ley de seguridad nacional en Hong Kong.

La gravedad de estas acciones hicieron que los líderes mundiales tuvieran más claro el daño que el PCCh ocasiona a nuestra sociedad. El director del FBI Christopher Wray habló recientemente en el Instituto Hudson de Washington, D.C. el 7 de julio señalando que "el pueblo de los Estados Unidos es víctima de lo que equivale a un robo chino, a una escala tan masiva que representa una de las mayores transferencias de riqueza de la historia de la humanidad".

Por ejemplo, en 2017 el ejército chino hackeó Equifax y robó información personal sensible de 150 millones de estadounidenses. Con situaciones parecidas, el FBI abre cada 10 horas un nuevo caso de contrainteligencia relacionado con China.

Para lograr sus objetivos de superar a Estados Unidos y dominar el mundo, el PCCh a menudo roba la propiedad intelectual estadounidense y luego la utiliza para competir contra las mismas empresas a las que robó.

Desde programas de reclutamiento de talentos como el llamado Programa de los Mil Talentos, hasta hacking tanto militar como no estatal, desde el robo de datos para la recolección de inteligencia artificial hasta la selección de plataformas clave como "servicios de consultoría”. "Todas estas presiones aparentemente intrascendentes se suman a un entorno de formulación de políticas con las que los estadounidenses se encuentran a sí mismos retenidos al límite por el partido comunista chino".

Wray también hizo hincapié en que no se refería a los chinos, que contribuyen de manera significativa. "Cuando hablo de la amenaza de China, me refiero al gobierno de China y al partido comunista chino", explicó, "China tiene un sistema fundamentalmente diferente al nuestro y está haciendo todo lo posible para explotar nuestra apertura mientras se aprovecha de tener su propio sistema cerrado".

La Asamblea Mundial de la Salud (AMS), el órgano decisorio de la OMS, aprobó a fines de mayo una resolución en la que se pide una evaluación imparcial de las respuestas a la pandemia del coronavirus. Esta iniciativa, propuesta por Australia y otros países, recibió el apoyo de 122 países, según informó The Guardian el 18 de mayo en un artículo titulado "Australia aplaude el apoyo mundial a la investigación independiente sobre el coronavirus".

Australia es uno de los primeros copatrocinadores y su ministra de asuntos exteriores, Marise Payne, dijo que la resolución incluye los tres elementos principales que su gobierno buscaba. Es decir, la revisión debe ser "imparcial, independiente y exhaustiva".

"No nos interesa buscar culpables; no nos interesa ningún tipo de cacería de brujas; solo nos interesa aprender", dijo la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, añadiendo que su país también apoyaba la moción.

Descomunización: una tendencia mundial

En un artículo del New York Times del 17 de julio se discutió la posibilidad de que el gobierno de los Estados Unidos prohibiera la entrada al país a los miembros del PCCh. Aunque algunos la consideran una nueva iniciativa, en realidad es una continuación del movimiento de descomunización que comenzó hace más de 30 años.

Cuando el comunismo se derrumbó en Europa oriental en 1989, se aprobaron leyes en numerosos países para investigar a los miembros del comunismo. Una ley de la República Checa de octubre de 1991 prohibió a todos los empleados de la StB –la policía secreta de la época comunista– el acceso a determinadas oficinas públicas.

En otros países se adoptaron medidas similares. Alemania tiene un organismo federal conocido como la Agencia de Registros de la Stasi que se dedica a preservar y proteger los archivos e investigar las acciones pasadas de la antigua policía secreta de Alemania Oriental. Tras el primer proyecto de ley de depuración en 1992 y una nueva ley en 1996, la depuración estuvo a cargo de la Oficina de Interés Público, que posteriormente fue sustituida por el Instituto de Memoria Nacional.

Después de que se publicaran los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista en 2004, más de 360 millones de chinos han renunciado a ser miembros del PCCh y sus organizaciones juveniles. El reciente rechazo que sienten los países occidentales hace que muchos ciudadanos chinos estén ansiosos por alejarse del régimen, dijo el coordinador del Centro del Servicio Mundial para renunciar al PCCh (Tuidang), Yi Rong.