(Minghui.org) Durante la hambruna soviética de 1932-1933 las personas, que se morían de hambre, eran asesinadas si trataban de robar algo de grano de la comuna local y "ejecutadas incluso por tratar de recoger algunas de las semillas tiradas por el suelo", explicó en 2006, Oleh Shamshur, embajador de Ucrania en los Estados Unidos. También citó el testimonio de Mykhaylo Naumenko, que tenía 11 años en aquel tiempo: "en nuestra aldea de 75 hogares, para el 24 de mayo, las casas estaban vacías porque todos los habitantes estaban muertos".

Unos 30 años después, en China ocurrieron tragedias similares, bajo el gobierno del partido comunista chino (PCCh). "Un informe fechado el 30 de noviembre de 1960 y distribuido a los altos dirigentes –muy probablemente incluso a Mao– relataba cómo a un hombre llamado Wang Ziyou le habían cortado una oreja, le habían atado las piernas con alambre y dejado caer un piedra de 10 kilogramos sobre su espalda antes de marcarlo con un hierro candente. Su crimen: desenterrar una patata”, escribió Frank Dikötter, profesor de la Universidad de Hong Kong y autor de: "Del Gran salto de Mao a la hambruna (Mao's Great Leap to Famine)".

Dikötter pasó varios años en China examinando cientos de documentos, entre 2005 y 2009. También leyó acerca de un niño que robó un puñado de granos en una aldea de Hunan. Un funcionario local llamado Xiong Dechang obligó al padre a que enterrara vivo a su hijo, en aquel mismo momento. El padre moriría de pena tres semanas después.

A lo largo del siglo XX, en la Unión Soviética, más de 60 millones de personas perdieron la vida debido a guerras, hambre y purgas políticas. En la China comunista, hasta 80 millones de personas han muerto por causas no naturales. Sin embargo, tales hechos fueron cautelosamente clasificados como "ultra secretos", porque si este conocimiento llegara a hacerse público, su dictadura totalitaria podría verse amenazada.

Al reflexionar sobre las mentiras del partido comunista de la Unión Soviética (PCUS), podemos ver muchas similitudes con las contadas por el partido comunista chino (PCCh), como que sigue engañando tanto a los ciudadanos chinos como a la comunidad internacional. Un ejemplo es el brote de coronavirus: el encubrimiento del PCCh ha convertido una epidemia en una pandemia global, que ha matado a más de medio millón de personas en todo el mundo.

Las siguientes son solo algunas de las grandes mentiras de los partidos comunistas.

Desinformación nacional

La Unión Soviética experimentó tres grandes hambrunas. La primera fue durante la Guerra Civil de 1921, cuando el PCUS recolectó granos, destruyó la productividad rural y desalentó las iniciativas de los agricultores. La producción de granos de Rusia se redujo a la mitad y 5 millones de personas murieron de hambre. El canibalismo se vio en muchas zonas. La segunda hambruna ocurrió en 1929, cuando Stalin obligó a los agricultores a unirse a granjas colectivas a las cuales compraba los productos agrícolas a precios extremadamente bajos, mientras que el precio del grano que le vendía a los agricultores era asombrosamente alto. Eso provocó la muerte de 8 millones de personas, incluida una cuarta parte de toda la población de Ucrania. La tercera gran hambruna tuvo lugar durante 1946 y 1947.

Además de las hambrunas devastadoras, la gente en la Unión Soviética tuvo que luchar contra la escasez de productos para cubrir las necesidades básicas, como resultado de una disminución en la industria ligera, ya que se le dio prioridad a la industria pesada y al ejército. Además de todo esto, un gran número de personas fueron sometidas a purgas políticas y represión durante la era de Stalin y todos vivieron bajo el yugo del miedo. Al mismo tiempo, el PCUS le decía a la gente, que estaban viviendo unas vidas de una dicha incomparable.

El PCCh ha usado mentiras parecidas durante todo su gobierno. Cuando más de 40 millones de personas morían de hambre como resultado del llamado 'Gran Salto Adelante', el partido dijo a los chinos que estaban mejor que en otros países y que dos tercios de las personas del mundo sufrían de pobreza. Hoy en China, más de 600 millones de personas luchan con un ingreso mensual de menos de 1,000 yuanes (alrededor de $ 140 USD). De hecho, China ocupó el puesto 92 de 150 países en el Informe Mundial de la Felicidad 2020 de la ONU, muy por detrás de los países occidentales.

El PCCh también les dice a los ciudadanos que China es el lugar más seguro del mundo y que solo el PCCh puede protegerlos. Su propaganda está llena de informes exagerados de los problemas en EE. UU., como tiroteos, disturbios, manifestaciones, la gravedad de las infecciones por coronavirus, etc. El hecho es que el 68% de los desempleados en los EE. UU., han recibido un subsidio en efectivo aún mayor que sus salarios y los insumos básicos se distribuyen gratuitamente entre las personas que necesitan ayuda.

Si China es el país más seguro como dice el PCCh, ¿por qué el gobierno se niega a ayudar a los estudiantes chinos que se quedaron atrapados en el extranjero, para que regresen a sus hogares? ¿Por qué gasta cientos de miles de millones en la "estabilidad" doméstica y en vigilar a su propia gente? Sin estado de derecho ni libertad de expresión ni libertad de creencias, este tipo de estabilidad, que llega con la aplicación de la "mano dura", es cualquier cosa menos estabilidad.

La gente pobre sostiene a una nación fuerte

Es cierto que las fuerzas armadas soviéticas, especialmente en lo que respecta a las armas nucleares, superaron a Estados Unidos como la potencia militar suprema del mundo a mediados de la década de 1980, pero sugerir que la Unión Soviética era próspera y fuerte, habría sido un grave error.

Para mantener su supremacía militar, la Unión Soviética comprometió más del 80% de su inversión industrial en la industria pesada, algo que tenía poco que ver con el sustento de las personas. La gente tenía que levantarse a las 5:00 a. m. para hacer colas con el fin de cubrir sus necesidades básicas. Las personas morían de inanición mientras los granjeros eran explotados. Este "imperio" fue construido sobre una base inestable.

El expresidente ruso, Dmitry Medvedev, dijo una vez que en el pasado, la modernización a expensas de la gente, la modernización para favorecer la imagen del país, la modernización para el culto a los líderes del poderío militar, la modernización para mostrar la "gloria imperial" y el modelo de desarrollo mediante el cual las personas se convertían en víctimas del "éxito nacional", demostró ser la antítesis de la "civilización moderna".

Lamentablemente, el PCCh todavía considera las consignas del PCUS como "armas mágicas", y abraza con entusiasmo las así llamadas cuatro "modernizaciones", creyendo que son un reflejo de la prosperidad y el poder de China.

Si bien muchas personas en China viven en la pobreza, la ayuda que el PCCh brinda al exterior ha ascendido a 6 billones de yuanes en los últimos cuatro años, una cifra verdaderamente astronómica. El PCUS también ofreció una generosa ayuda financiera a otros países para exportar su "revolución roja”, generándoles deudas masivas. Hoy el PCCh sigue los pasos del PCUS promoviendo la ideología comunista a nivel mundial a costa del nivel de vida de los ciudadanos chinos.

La corrupción inherente de los líderes comunistas

Los líderes comunistas como Marx, Lenin, Stalin, Mao, etc. a menudo eran venerados como "grandes salvadores" provistos de una alta moralidad. Aunque se oponían a las creencias religiosas, ellos se deificaban. Por otro lado, escondían cuidadosamente su crueldad, sangre fría y egoísmo extremo hasta el punto en que la gente en los países comunistas los ignora, inclusive hoy día.

Se decía que la bailarina Olga Lepeshinskaya era una de las amantes de Stalin. En 2004, dijo lo siguiente de Stalin: "Él podía verse muy dulce y muy amable, pero probablemente esa solo era la impresión que creaba. Porque en el fondo era una mala persona, vengativo y furioso”.

Se decía que Vera Davydova era la amante favorita de Stalin y estuvo con él durante casi dos décadas. En sus memorias Confesiones de la Amante de Stalin describió cuán despiadada y engañosamente Stalin y sus colegas de alto rango, luchaban por el poder y cuán derrochadores y carentes de principios eran en sus corruptas vidas privadas. También describió cómo salvó su vida, cuando Alexander N. Pskrebyshev, quien se cree que era el funcionario en quien Stalin más confiaba, no obedeció la última orden de Stalin: arrojarla a una jaula de lobos.

Tanto Karl Marx como Friedrich Engels mostraban una indiferencia extrema, cuando se trataba de la vida humana, incluso si se trataba de la pérdida de millones de vidas. Engels escribió en La Lucha de Magyar: “La próxima guerra mundial no solo provocará que desaparezcan las clases reaccionarias y las dinastías reaccionarias, sino que toda la gente reaccionaria desaparecerá de la superficie de la tierra. Eso también es progreso”.

Mao Zedong, el líder comunista más influyente en China y aclamado como el "gran salvador" del pueblo, de hecho tenía las manos manchadas con la sangre de decenas de millones. Era despiadado con sus camaradas, con la gente común y corriente e incluso con sus seres queridos.

Yang Kaihui, la segunda esposa de Mao, fue capturada por el Kuomintang (KMT) después de que Mao y su ejército rojo atacaron Changsha. Fue ejecutada a sus 29 años después de que se negara a denunciar a Mao, dejando a tres niños pequeños.

Según los registros históricos, Mao tuvo muchas oportunidades de salvarla, trasladándola tanto a ella como a sus hijos a un lugar seguro antes del ataque. Pero para entonces ya se había casado con He Zizhen, otra hermosa mujer joven. Se cree que Mao ignoró el peligro inmediato que enfrentaban Yang y sus hijos porque no quiso que interfirieran en la relación con su nueva esposa.

La historia se repitió cuando Mao dejó a su tercera esposa, He Zizhen, diez años después. Supuestamente fue enviada a la Unión Soviética para ser tratada por una enfermedad mental. Mao se casó con su cuarta esposa, Jiang Qing, quien se hizo muy poderosa durante la Revolución Cultural pero perdería terreno después de la muerte de Mao. Fue juzgada y encarcelada, y se suicidó en 1991 mientras estaba en libertad condicional por motivos médicos. Según el secretario personal de Mao, Li Rui, Yang describió a Mao como: "un libertino disoluto, tanto en la política como en la vida privada".

Zhou Enlai, la mano derecha de Mao y primer ministro de China desde 1954 hasta su muerte en 1976, en gran medida, fue considerado por el pueblo chino como un "buen primer ministro" con integridad y altos estándares morales. Sin embargo, cuando se dio a conocer lo que hacía detrás de escena, especialmente durante la Revolución Cultural, la gente lo asumió con gran escepticismo: Zhou había sido responsable de la persecución e incluso de la muerte de algunos de los funcionarios de más alto rango del PCCh, así como de otras personas cercanas a él, con el objetivo de salvar su propio pellejo.

Tomemos el ejemplo de la Sra. Sun Weishi. La Sra. Sun era hija de un miembro veterano del PCCh, que en cierto momento también tuvo un puesto de alto rango en el gobierno nacional y era amigo íntimo de Zhou Enlai. El padre de la Sra. Sun fue capturado y ejecutado en abril de 1927, cuando ella solo tenía cinco años. Más tarde fue adoptada por Zhou Enlai y estudió en la Unión Soviética. Ella se convirtió en una artista consumada. La esposa de Mao, Jiang Qing, de quien se decía que tenía envidia de su talento, la persiguió. Para protegerse, Zhou firmó personalmente la orden de arresto de la Sra. Sun. Fue brutalmente golpeada y maltratada y murió varios meses después. Cuando murió, su cuerpo estaba cubierto de hematomas, sus manos y pies estaban encadenados y le amartillaron un clavo en la parte superior de su cráneo.

De manera que no es sorprendente que esos "grandes" líderes comunistas trataran a sus camaradas y a sus familiares de manera tan despiadada y con tal sangre fría. Para ellos y muchos otros en el sistema, la "naturaleza del partido" está muy por encima de la "naturaleza humana".

Hoy el PCCh sigue mintiendo al mundo

Después del colapso del PCUS, el ex primer ministro soviético Nikolai Ryzhkov, una vez describió, cómo trabajaban los funcionarios soviéticos: "Robamos lo que confiaron a nuestro cuidado, ofrecimos y aceptamos sobornos ... mientras nos complacíamos con nuestras mentiras, nos poníamos medallas en el pecho unos a otros. Todos hacíamos esto, desde los de arriba hasta los de abajo, desde los de abajo hasta los de arriba".

A medida que los países occidentales se despiertan al interminable flujo de mentiras, que produce el PCCh, se viene formando una coalición para responsabilizar al PCCh por las incontables pérdidas de vidas y la catastrófica destrucción social y económica. Esa coalición está compuesta por países que han sido víctimas de la devastadora pandemia, causada por el encubrimiento intencional de su brote por parte del PCCh y sus posteriores campañas de desinformación.

La Ley de Seguridad Nacional del PCCh en Hong Kong ha proporcionado más razones para tal coalición, ya que más países se dan cuenta de que los principios fundamentales de libertad, paz, justicia, derechos humanos y el estado de derecho nunca ocuparán un sitio en su agenda.