(Minghui.org) Mis dos padres murieron cuando era pequeña. Así que pasé gran parte de mi juventud sola, viviendo una vida errante y solitaria.

Cuando empecé a practicar Falun Dafa en septiembre de 2006 las cosas empezaron a mejorar. Comenzaron a suceder cosas buenas, una tras otra.

Antes era una persona muy irritable y agresiva. Me pasaba la vida peleando, compitiendo y envidiando. Era como si viviera para demostrarle algo a alguien o para guardar las apariencias. Si alguien me ganaba en algo, me aseguraba de ganarle dos veces; era vengativa.

Después de empezar a cultivarme, entendí gradualmente el principio de la retribución de yeli. La ira que llevaba dentro se desvanecía a medida que aprendía cómo ser considerada con los demás. A medida que mi mente se abría, las relaciones con la gente se volvían más armoniosas.

Antes, mi cuerpo era muy débil y tenía varios problemas de salud. Pero después que comencé a cultivarme, mi cuerpo se purificó. Me he cultivado durante más de diez años y no he necesitado tomar ni una sola píldora ni ninguna otra medicina.

Toda la familia se beneficia

Al poco tiempo de empezar a practicar Falun Dafa, me sentí bendecida. Me casé y tuve un lugar estable al que llamar hogar. Mi esposo es un hombre bondadoso, amable, honesto y confiable.

Cuando estaba embarazada de nuestro hijo, a menudo estudiaba el Fa. Pensaba que esa pequeña vida dentro de mí aprendería el Fa conmigo. Y desde su nacimiento, en 2008, mi hijo fue bendecido con la protección del Maestro Li Hongzhi.

En la escuela primaria, la mayoría de los estudiantes de la clase habían ido al preescolar antes. El estudiante promedio de primer grado sabía de una a dos mil palabras, mientras que mi hijo solo sabía doscientas. Pero sin tener que asistir a clases particulares adicionales, se puso al día rápidamente.

Sacó excelentes notas en lengua y literatura, matemáticas e inglés. Cuando aprendió a hacer redacciones, su capacidad de escritura superó por mucho a la de sus compañeros de clase. Era capaz de completar un escrito de dos mil palabras de una sola vez, lo que sorprendió a su maestro de primaria.

Ahora, está en sexto grado. Tiene una hermosa caligrafía y es bueno dibujando y pintando. No tengo que preocuparme en absoluto por su rendimiento académico en la escuela. Es amable con los demás y siempre está dispuesto a ayudarles; incluso fue elegido como delegado de la clase por sus compañeros. Después de terminar sus deberes, estudia el Fa, practica los ejercicios solo y, a menudo, me ayuda a aclarar la verdad.

Mi esposo es el sostén de mi casa. Los dos llegamos a la ciudad procedentes del campo, lo que hizo que viéramos aumentar el costo de vida.

En 2009, ganó un aumento, así que nos mudamos a una casa más grande. Después de aquello, los precios de las casas empezaron a subir de repente. Así que fuimos muy afortunados.

En 2016, necesitamos cambiar el coche que habíamos usado durante 13 años. El modelo que queríamos tenía un precio algo por encima de nuestro presupuesto. Como si fuera una coincidencia, el empleador de mi esposo le ofreció de pronto una compensación adicional –lo suficiente para cubrir el costo del coche.

Integrarse en un solo cuerpo para validar Dafa

Al poco tiempo de obtener el Fa, perdí contacto con otros practicantes, lo que hizo que tuviera que cultivarme sola. Durante ese proceso de cultivación, el Maestro hizo arreglos para que diferentes practicantes se encontraran conmigo, y en cada ocasión, mi cultivación progresaba un paso hacia adelante.

Durante mi embarazo leí las enseñanzas del Fa del Maestro Li (el fundador) y comprendí la responsabilidad y la misión de los discípulos de Dafa durante el período de la rectificación del Fa. Sabía que debía escuchar al Maestro y salir a despertar a la gente. Pero en ese momento, no sabía cómo. A través de la lectura de los artículos de intercambio de otros practicantes, aprendí a recopilar volantes simples que aclaraban la verdad. Los imprimía en casa y los distribuía.

El Maestro entonces arregló que me reuniera con un practicante que me dio una copia de los Nueve Comentarios sobre el partido comunista, así como un software para evitar el gran cortafuegos. Después de leerlo, comencé a acceder a sitios de Internet bloqueados por el partido y aprendí a imprimir cosas. Salía a comprar materiales de impresión y distribuía los Nueve Comentarios en los supermercados y en los buzones de la gente. Cuando me encontré con este practicante por segunda vez, me dio un DVD de Shen Yun, así que empecé a distribuir DVDs de Shen Yun también.

Una vez, cuando estaba sentada en un banco de camino a casa después de distribuir los DVDs de Shen Yun, un practicante se acercó y comenzó a aclararme la verdad. Me alegró mucho y tuvimos un buen intercambio.

Al día siguiente, empecé a salir a aclarar la verdad cara a cara. Desde entonces, durante mi trabajo y mi vida diaria, he hecho todo lo posible por decirle a la gente la verdad. He conseguido que varios miles de personas renuncien a las organizaciones del PCCh.

Un día en 2014, camino al trabajo, me llamó la atención una serie de carteles de propaganda del PCCh que calumniaban al Maestro y a Dafa. Estaban situados en un lugar con mucho tráfico y, es más, al otro lado de la calle había una fila de comercios que estaban frente a los carteles. Estos carteles estaban a la vista de los que compraban.

Era la primera vez que me encontraba en una situación así, y me quedé confundida. Pero pensé: este tumor debe ser extirpado.

La compañía para la que trabajaba estaba muy lejos de casa, y tenía que cuidar de mi hijo por la noche. Además, no podía conducir. Así que tenía que ocuparme de esos carteles durante el día.

Al principio me aterrorizaba pensarlo ya que el lugar estaba a la vista de todos, pero recordé al Maestro y el hecho de que era una discípula de Dafa. Entonces decidí romper con este miedo.

Un día, al mediodía, pinté con aerosol los carteles delante de las demás personas y luego me fui tranquilamente. Pero poco después, los carteles fueron reemplazados por unos nuevos con el mismo contenido.

A través de una pista del Maestro, me di cuenta de que necesitaba formar un cuerpo con otros practicantes y trabajar juntos para eliminar las fuerzas del mal. Empecé a reunir y recopilar una lista de números de teléfono de las unidades correspondientes del PCCh y las envié a Minghui.org, pidiendo a los practicantes de otros países que los llamaran para aclararles la verdad.

Una noche, volví al lugar con mi hijo y cubrí el contenido con pintura en aerosol. Aunque podía oír el ruido de los patrulleros entre el bullicio, mi hijo y yo estuvimos protegidos, y regresamos a casa a salvo.

Poco después, vi que la propaganda que difamaba a Dafa estaba en el panel de anuncios de la escuela. La quité y luego recopilé una lista de números de teléfono de los involucrados. Pasé la lista a Minghui.org. Con los esfuerzos colectivos de los discípulos de Dafa, la propaganda ha desaparecido completamente.

Ser fiel al Maestro y a Dafa y cumplir con mi misión

Antes de cultivar Dafa, no estaba dispuesta a socializar con los demás. Incluso ahora, cuando hablo con la gente común, todavía me siento tensa e intranquila y tengo miedo de hablar. Si no fuera por la aclaración de la verdad y la necesidad de comunicarla, preferiría estar sola.

Antes de practicar Falun Dafa, me sentía muy malhumorada y me enojaba casi todos los días. Siguiendo los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, gradualmente me volví mejor y mejor. Pero en casa, todavía me relajaba con facilidad y me enojaba cuando no prestaba atención a mis pensamientos. Mi familia a menudo sentía que yo tenía una pésima personalidad, y mi esposo se resentía conmigo.

Muchos parientes y amigos creían en el PCCh. Con frecuencia, cada vez que intentaba convencerlos de lo contrario, discutíamos. La situación me angustiaba y me hacía sentir impotente.

En esos momentos, el Fa aparecía en mi mente: 

"Siendo alguien que refina gong debes, ante todo, ser capaz de no devolver el golpe al ser golpeado ni devolver la injuria al ser injuriado, tienes que ejercer Ren" (Novena Lección, de Zhuan Falun).

Una vez que recordaba el Fa, sentía que no me cultivaba bien y que incluso era peor que una persona común. Con aquellas brechas, me di cuenta de que era imposible mejorar.

Había estado mirando hacia adentro a lo largo de los años, sin poder encontrar la raíz de mis apegos. Empecé inventándome excusas, ya que estaba sola sin otros practicantes. Después de un tiempo, poco a poco, me acostumbré a aquel estado.

Recientemente, hubo un problema con la electricidad en casa que hizo que nuestra señal de televisión se volviera inestable. Un electricista la revisó y no encontró ninguna anomalía. Sentí que era una manifestación de mi estado de cultivación y que, si cambiaba, el problema se resolvería.

Me calmé y pensé en mi estado de cultivación en ese momento. Cuando miré hacia adentro a través de los ojos de un cultivador, la verdad de repente se reveló detrás de capas de espesa niebla.

En la superficie, tenía mucha confianza y hacía muchas cosas bien, pero nunca había tocado cierta sensación de autodesprecio porque siempre había temido que me afectara. Superficialmente, parecía que creía firmemente en el Maestro Li y en Dafa, pero estaba demasiada obsesionada con esta ilusión que parecía e incluso sentía como algo real.

Me di cuenta de que había sido egoísta todo este tiempo y que había dejado que mis pensamientos rectos se vieran reprimidos por aquella interferencia. Por eso no podía mantener un estado de cultivación diligente.

En ese momento, mi esposo vino y me dijo que el problema con la electricidad estaba resuelto; la señal de televisión había vuelto a la normalidad. Sabía que era el Maestro Li que me estaba iluminando y animando. ¡Finalmente había encontrado la respuesta!

Ahora mientras escribo estas línea, siento mucha gratitud. Después de haber pasado, por tanto, creo que, en estos momentos finales, mientras siga creyendo verdaderamente en el Maestro y en Dafa, puedo superar mi arraigado sentimiento de inferioridad, cultivarme verdaderamente con diligencia y cumplir la misión de un practicante.