(Minghui.org) Nací en 1999 y una vez fui una pequeña practicante. Hoy me he convertido en una joven discípula de la Dafa. Han pasado 20 años y estoy muy agradecida de que el Maestro no se haya dado por vencido conmigo. Quiero compartir mis experiencias de cultivación y espero que otros jóvenes practicantes como yo no pierdan fácilmente el valioso Fa solo por haberlo obtenido fácilmente. No nos dejemos engañar por esta gran tina de tintura de la sociedad de la gente común, perdiendo finalmente esta oportunidad única en mil milenios.

Purificando mi cuerpo

Inyectarme y tomar medicamentos era normal para mí, ya que estaba muy enferma desde que nací. Mis padres solían estar muy ocupados con el trabajo porque ambos eran maestros en una escuela, así que fui educada y cuidada por mis abuelos. Mi abuela comenzó a practicar Falun Gong, o Falun Dafa, cuando yo estaba en la escuela primaria. Empecé a recitar poemas de Hong Yin. Aunque no entendía el significado de cada poema, pude memorizar todos los poemas de Hong Yin (II).

Todavía recuerdo que hubo un tiempo en que mi cuerpo fue purificado mientras estaba en la casa de mi abuela. Tenía fiebre alta, más de 39 grados centígrados, y sentía todo mi cuerpo adolorido y caliente. Le pedí a mi abuela que me llevara al hospital para que me pusieran inyecciones. Mi abuela me dijo que el Maestro estaba purificando mi cuerpo y yo le creí. No mucho después, mi fiebre desapareció. Desde entonces, nunca he tomado ningún medicamento ni me han puesto inyecciones.

Dafa abrió mi sabiduría

Yo era muy alta para mi edad, así que cuando tenía seis años empecé el primer grado. Mis notas no eran las ideales porque nunca entendí de qué hablaba mi profesor. Pero en segundo grado, milagrosamente quedé en el tercer lugar de mi clase y recibí un premio al mérito académico. Esto fue porque me estaba cultivando en Dafa y el Maestro me había abierto la sabiduría.

En la secundaria y preparatoria, empecé a vivir con mi madre y ella se aseguró de que yo hiciera los ejercicios y estudiara el Fa todos los días. No quería hacerlos porque todo lo que deseaba era salir a jugar. Sin embargo, debido a que mi madre era muy estricta y yo le tenía miedo, memorizaba un párrafo de Zhuan Falun todos los días. Mis resultados académicos experimentaron una gran transformación a través del estudio del Fa. Fui la primera en mi clase y también obtuve el primer lugar en varias ocasiones de todos los grupos de mi grado. Fui aceptada en la mejor escuela secundaria de la ciudad.

Aunque estudiaba el Fa, nunca cumplí con los estándares de Dafa. Empecé a pensar muy bien sobre mí porque siempre obtenía altas calificaciones. No me di cuenta de que Dafa me había dado la sabiduría. Había mucha presión de los compañeros y competencia en la escuela secundaria y me empezaba a comportar como una persona común; entonces mis notas comenzaron a bajar. Mi mente se llenaba de cosas como vengarme de la gente que no me trataba bien, usar ropa de marca y comer bien. Estuve así durante tres años en el instituto. El Maestro aún no se había dado por vencido conmigo.

Mi universidad era muy pequeña y estaba destartalada. Además de eso, tuve que compartir el dormitorio con otras siete personas. Casi quería salir huyendo, pero debido al hecho de que tendría que volver a tomar todos mis cursos, decidí quedarme. Durante el segundo año en la universidad, pude dejar de lado los apegos a las cosas materiales. Sin embargo, debido a que pasé mucho tiempo con gente de todos los estratos sociales, adquirí muchos apegos como los celos, la mentalidad de presumir, de compararme con los demás, de buscar la belleza y de sentirme inferior. Sentía que mi estado de cultivación no estaba en su mejor momento, así que estudiaba el Fa para limpiarme.

Eliminando mis apegos

Aunque tuve más tiempo para estudiar el Fa en la universidad, no pude cumplir con los estándares de una cultivadora. Siempre he pensado que soy mejor que la gente común; al menos no estoy compitiendo por la fama y el beneficio. Ahora que lo pienso, fue un pensamiento muy lamentable. No solo no seguí los estándares del Fa, sino que también usé estándares distorsionados de la gente común para medirme.

No estaba satisfecha con mi universidad, así que trabajé duro para obtener muchos certificados y credenciales diferentes. También planeé obtener una maestría para mejorar aún más, pensando que, mientras fuera aceptada por una universidad prestigiosa, estaría muy contenta. Quería probar mis propias habilidades, todo lo cual se reducía a la fama, el beneficio y el deseo de tener una vida cómoda en la sociedad común.

Antes de mi examen inicial para mi maestría, solicité ingresar en una prestigiosa universidad. No estaba segura de que fuera a entrar, pero mi madre me animó y utilizó el Fa del Maestro para guiarme. Obtuve un buen resultado en el examen inicial y estaba calificada para hacer la segunda ronda de pruebas. Realmente experimenté los milagros de Dafa.

Este año, debido al virus PCCh, me quedé en casa y estudié el Fa con mi abuela. Esta pandemia me ha permitido reflexionar sobre mí y he podido estudiar las conferencias del Maestro y leer experiencias de los practicantes. Me he dado cuenta de que estaba lejos de ser una verdadera discípula de Dafa. Al pasar más tiempo estudiando el Fa, pude eliminar gradualmente muchos de mis malos hábitos como ver la televisión, revisar mi teléfono celular y maquillarme. La vida fue más simple durante la pandemia y no tuve muchos apegos.

Mientras esperaba la segunda ronda de exámenes para mi maestría, me notificaron que las declaraciones de mis tesis para mis dos especialidades (tenía dos) debían ser presentadas el mismo día. Creo que esto sucedió porque no dejaba de pensar en cómo celebraría y presumiría una vez que tomara la segunda ronda de pruebas; estaba a solo unos pasos de obtener mi maestría. Así que, con todos los apegos acumulados, empecé a ponerme muy ansiosa y agitada. En un mes, los apegos a la fama, el beneficio, los celos, la mentalidad de presumir, el ego, el resentimiento, el no querer ser molestada y la comodidad salieron a la superficie. Fue realmente difícil para mí soportarlo.

Empecé a estudiar más el Fa y miré hacia adentro. Mis compañeros practicantes me animaron a hacer lo mismo y a eliminar cualquier apego que pudiera encontrar. Todo se volvió muy claro y constantemente eliminaba los apegos tan pronto como los encontraba. Más tarde, me di cuenta de que no debo considerar los apegos como parte de mi verdadero ser; de hecho, todas estas nociones han sido inculcadas. Tuve que ignorarlos y renunciar a ellos por completo. Necesitaba escuchar al Maestro y caminar el sendero que Él arregló.

Lo más difícil de dejar ir fue el apego a la fama y el beneficio. Durante mucho tiempo, siempre he pensado que ser aceptada en una escuela prestigiosa era algo bueno. Sin embargo, muchos apegos, como la fama, el beneficio, la mentalidad competitiva y el presumir, estaban presentes en el fondo de mi corazón. Cuando se acercó la fecha de la segunda ronda de pruebas, estos apegos se hicieron más fuertes. Como resultado, no aprobé ni la defensa oral de mi tesis de graduación, ni la segunda ronda de pruebas para el grado de maestría en la prestigiosa universidad. Me golpearon realmente en la cabeza con un "¡palo de advertencia!".

Me di cuenta de que tenía un serio problema con mi apego a la fama y a los beneficios. Me aseguré de estudiar más el Fa y enviar pensamientos rectos para eliminar los apegos. Poco a poco, las cosas empezaron a cambiar una vez que dejé ese apego. Recibí las notificaciones de tres universidades para las pruebas secundarias de una maestría, y terminé inscribiéndome en una universidad de formación de maestros.

En realidad mi nombre no estaba inicialmente en la lista de admisión de esa universidad de formación de profesores. Alguien en la lista de admisión renunció a su puesto, y así fui admitida. Me sorprendí mucho cuando la escuela llamó para hacérmelo saber. No podía creer lo que oía y no sabía si debía ir a esa universidad. La escuela me llamó de nuevo y me dijo que aprovechara esta oportunidad. Al final, acepté la invitación de esta universidad. Todo sucede por una razón y todo está arreglado por el Maestro para mejorar el xinxing de los practicantes. Ahora soy capaz de experimentar verdaderamente lo que enseña el Maestro: "¡tras el verde oscuro del sauce, se hallan resplandecientes flores y otra nueva aldea!" (Novena Lección, Zhuan Falun)

Esta experiencia hizo darme cuenta de que el Maestro nos ha dado muchas oportunidades; mientras creamos en el Maestro y en el Fa, todo es posible. Somos muy afortunados de ser discípulos de Dafa porque el Maestro nos protege. También debemos cumplir con las expectativas del Maestro y espero que si alguna vez fuiste un joven discípulo de Falun Dafa, despiertes de esta gran tina de tintura y regreses al hogar al cual realmente perteneces. Solo siendo diligentes podemos devolver al Maestro todo lo que ha hecho.