(Minghui.org) Obtuve el Fa con mi madre cuando tenía siete años y ahora estoy en el camino de regreso a mi verdadero origen. Poco después de obtener el Fa, muchos milagros me sucedieron. Antes de empezar la cultivación, mis notas estaban en la media de la clase. Después de empezar a cultivarme, obtuve la segunda mejor nota en mi examen de último año. También obtuve muy buenas notas en otros exámenes. Mis maestros y compañeros de clase estaban muy sorprendidos y yo sabía en el fondo de mi corazón que el Maestro desbloqueaba mi sabiduría y hacía el estudio mucho más simple y fácil para mí.

Dafa abrió mi sabiduría

Mi madre me inscribió a una clase de un juego de mesa de estrategia china llamado Go tan pronto como empecé la escuela primaria. Ella quería que cultivara mi carácter interior y esperaba exteriorizar mi sabiduría. Sin embargo, mis habilidades no eran suficientes y los estudiantes de mi clase se negaban a competir conmigo. Mis profesores no tuvieron más remedio que emparejarme con alguien que acababa de perder su partida para que practicara conmigo. La noche que obtuve el Fa, tuve un sueño en el que el Maestro me enseñaba cómo jugar al Go. Se lo conté a mi madre a la mañana siguiente, pero ella no me creyó. Ella dijo: "El Maestro solo nos enseña el Fa, ¿por qué el Maestro te enseñaría a jugar al Go?". Sin embargo, soñé que el Maestro sonreía mientras me enseñaba a jugar al Go.

Desde entonces, he mejorado mucho en ese juego de mesa. El primer día de clase de Go después de las vacaciones de verano, el mejor jugador me preguntó si me atrevía a desafiarlo. Dijo que me dejaría hacer los tres primeros movimientos. Todos se reunieron a nuestro alrededor y se rieron de mí sabiendo que no lo derrotaría. Me puse a pensar y decidí desafiarlo. Le dije: "¡Hagámoslo! ¡No te tengo miedo!". Lo derroté fácilmente y él sintió que era injusto que me diera los tres primeros movimientos. Había ganado confianza y le dije que lo desafiaría de nuevo de forma justa. Volví a ganarle.

Mi profesor se sorprendió mucho y le preguntó a mi madre si tuve un tutor que me ayudara durante el verano. Mi madre dijo que esta clase era solo para el ocio; no sentía la necesidad de un tutor para ayudarme.

Gané el primer lugar en mi vecindario y mis maestros estaban muy orgullosos de mí. La escuela también puso una foto mía y publicó una historia en el tablón de anuncios.

Me sucedieron muchos milagros y experimenté las maravillas de la cultivación de Dafa. Cada vez que veía los premios y los certificados de honor que se exhibían en mi estantería, pensaba: "¡Si no fuera por Dafa, todavía sería un niño normal!".

Mejorando mi xinxing mientras mi yeli de enfermedad desaparece mágicamente

Después de obtener el Fa, aprendí que el Maestro ayuda a los practicantes genuinos a purificar sus cuerpos. No estaba seguro de ser un practicante genuino porque solo estudiaba el Fa y no entendía lo que era la cultivación. Cuando me sentía incómodo, mi madre reproducía las conferencias del Maestro. Además, ya no necesitaba inyecciones ni tomaba ningún medicamento. Una vez, cuando tenía fiebre y dolor de estómago, mi madre puso las conferencias del Maestro y me quedé dormido mientras las escuchaba. Cuando me desperté, me sentí completamente bien. ¡Fue un verdadero milagro!

Desde entonces, mi madre también me enseñó a mirar adentro; compartiré dos experiencias al respecto.

Una tarde de fin de semana, mi tía trajo a su hijo de tres años a casa. Estaba cansado de jugar, así que me acosté en la cama a descansar. Mi madre, que acababa de preparar la cena, le dijo a mi primo que me sacara de la cama; lo intentó, pero yo no cedí. Se enfadó y me arañó los ojos. Fue muy doloroso e instintivamente le mordí la mano. No solo le dejé una profunda marca en la mano, sino que también empezó a llorar. Mi padre me regañó, pero aun así sentí que yo no tenía la culpa.

A la mañana siguiente tenía tos, pero mi madre todavía me hizo ir a la escuela. Al volver a casa para almorzar, mi tos empeoró. Mi madre y yo estudiamos el Fa durante diez minutos y luego dijo: "¡Debes mirar hacia adentro para ver por qué estás tosiendo!". Pensé por un momento y dije: "No debí haber mordido a mi primo ayer. Me equivoqué". Mi madre dijo: "Nosotros como cultivadores creemos en Verdad-Benevolencia-Tolerancia, tu primo es todavía tan joven y no quiso arañarte. ¿Por qué le mordiste?". Me arrepentí de mis acciones y después de un rato mi tos desapareció.

Mi fiebre y mi tos comenzaron a reaparecer. Mi madre me recordó que mirara hacia adentro y pensara si estaba cumpliendo con el estándar de un cultivador. De repente recordé que hace poco usé el borrador de un amigo sin pedirle permiso. Pensé que no tenía importancia ya que ninguno de mis amigos pedía permiso cuando necesitaba usar cosas como lápices, gomas de borrar, correctores y otros artículos de papelería. En realidad, nadie prestaba atención a estos pequeños detalles. Al contárselo a mi madre ella me respondió: "Como cultivador, nada se considera trivial. No debemos considerarnos como gente común. A veces, las cosas que hace la gente común no necesariamente las puede hacer un cultivador". Di la razón a mi madre y le dije que pediría permiso antes de usar algo que no sea mío.

Después de darme cuenta de mis defectos, mi tos desapareció.

Superando mis tribulaciones

Al principio, mi madre me dijo que yo tenía el apego de tener miedo a ser criticado injustamente. Ya me había dado cuenta de que tenía este problema, pero me resultaba difícil dejarlo ir. Cuando estaba en cuarto grado, mi amigo y yo compramos la misma pluma estilográfica. Mi amigo perdió su pluma y dijo que yo se la robé. Me puse muy emotivo y le dije que yo no había sido. No me creyó y empezó a decirle a todo el mundo que yo era un ladrón. Al acabar la clase ya me había convertido en el desvergonzado "ladrón". Mis compañeros de clase empezaron a hablar a mis espaldas y yo empecé a llorar. Mi profesora me oyó llorar y dijo que hablaría con mi madre al final del día cuando viniera a recogerme.

Me sentí tan injustamente acusado hasta el punto de no poder concentrarme durante el resto del día. Empecé a llorar y me quejé a mi madre en cuanto llegué a casa. Mi madre me guió para que mirara hacia adentro y viera las cosas de forma positiva y eliminara el apego de tener miedo a ser criticado injustamente. Ya que este apego apunta directamente a mi corazón, fue difícil para mí dejarlo ir. En los años siguientes, me encontré con muchas críticas injustas y no fui capaz de eliminar este apego. Además, también guardaba rencor y pensaba: "Sé que tengo este apego, pero ¿también tengo que ser criticado injustamente?".

Shifu dijo:

Como cultivador no puedes alcanzar la perfección cuando estás lleno de pensamientos humanos, lleno de deudas de ye, o lleno de apegos.” (Al Fahui de Chicago, Escrituras esenciales para mayor avance (III))

Me encontré con una gran tribulación a finales del año pasado, puede que ocurriera por no haber eliminado completamente este apego. Esta vez estaba completamente despierto.

A finales del año pasado, el virus del partido comunista chino (PCCh) estalló en Wuhan y nos confinaron a todos en casa. Así que la compra de los artículos de primera necesidad se hacía por teléfono móvil. Una mañana, cuando todavía estaba medio dormido, me despertó mi padre gritándome porque su móvil había desaparecido. Pensaba que yo lo había dejado junto a la ventana y que lo había robado un ladrón. Mi padre me reprendió muy seriamente y dijo que yo era muy irresponsable. Estaba muy enfadado y agitado y le grité: "No dejé tu móvil en la ventana, ¿por qué me culpas?". Mi padre dijo: "Lo he buscado por todas partes y todavía no lo encuentro. ¿Dónde más podría estar? Debes haberlo puesto junto a la ventana para que un ladrón lo robe". Todo mi cuerpo temblaba de rabia y corrí llorando a mi habitación.

Mi abuela dijo que lo buscara de nuevo y que no debería culparme por ello. Así que empezaron a buscar el móvil de nuevo y lo encontraron bajo las grietas del sofá. Mi padre se disculpó conmigo después.

Mi madre suspiró y dijo: "¿Todavía no has eliminado este apego? ¿Cuándo podrás deshacerte de él?". Me calmé y reflexioné: ¡Sí! Ya han pasado seis o siete años, ¿por qué no puedo eliminarlo? No solo no lo había eliminado, sino que también estaba presente mi apego a la competitividad y el resentimiento.

Shifu dijo:

Quién tiene razón, quién no

El que tiene la razón es él

El que está equivocado soy yo

¿Por qué contienden?

(Hong Yin III)

Demostrar que tenía razón no significa que hubiera subido mi nivel en la cultivación. Mirando más profundamente, ¿por qué mi padre me echó la culpa? Fue porque en el pasado yo le había perdido su teléfono móvil.

Shifu dijo:

“Como cultivadores, ustedes están haciendo la cultivación personal, y entonces en el proceso de mejorar vuestros entendimientos, no permitiré que encuentren cosas que no tienen nada que ver con vuestra cultivación. Ya que arreglé cuidadosamente el camino de cultivación personal y mejoramiento que tienes ante ti, no arreglaré cosas innecesarias para ti” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Houston).

El Maestro ha arreglado muchas oportunidades para que yo elimine este apego y no supe atesorarlas. ¡La rectificación del Fa casi ha acabado y he decepcionado al Maestro! ¡Esta vez me di cuenta y me arrepentí de las oportunidades desperdiciadas!

Con la pandemia del virus PCCh, muchas personas, hasta gente de nuestro vecindario, se vieron obligadas a quedarse en casa. Mi padre, mi madre, mi abuela y yo decidimos aprovechar este tiempo para estudiar el Fa y practicar los ejercicios más a menudo. Hemos leído sistemáticamente todas las enseñanzas del Fa del Maestro; he comprendido muchas cosas que antes no podía comprender. Puedo estar más tranquilo y también puedo meditar por mucho más tiempo. Ahora, si me encuentro con un problema, soy capaz de cumplir con el estándar del Fa y ser menos agresivo.

Aprovechemos el tiempo que nos queda y seamos más diligentes, cumplamos con nuestras responsabilidades históricas y no dejemos ningún arrepentimiento.