(Minghui.org) Una residente de la ciudad de Shijiazhuang, provincia de Hebei, cumplió diez meses en prisión por concienciar sobre su fe en Falun Gong. Durante su encarcelamiento, la Sra. Geng Shulan fue alimentada a la fuerza y se le obligó a llevar esposas y grilletes durante tres días consecutivos, lo que le provocó lesiones en las muñecas y la espalda.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una antigua disciplina espiritual y de meditación que ha sido perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.
La Sra. Geng, de 58 años, y la Sra. Li Dongmei fueron arrestadas el 18 de julio de 2019 después de haber sido denunciadas por hablar con la gente sobre Falun Gong. Se presentaron en el tribunal del distrito de Qiaoxi el 11 de diciembre de 2019 y fueron condenadas a diez meses cada una en abril de 2020.
Durante los primeros días la Sra. Geng estuvo retenida en el centro de detención Shijiazhuang Nro. 2. Los guardias no le permitieron dormir y ordenaron a sus compañeras de celda que la despertaran cada quince minutos.
Ilustración de la tortura: manos y pies encadenados juntos
Debido a que se negó a recitar las reglas del centro de detención, los guardias obligaron a la Sra. Geng a usar esposas encadenadas a los grilletes durante tres días. Mientras la encadenaba, un guardia la pateó en la espalda, lo que le causó un dolor punzante. Las cadenas pesaban más de 20 kilos y no podía ponerse de pie. Debió caminar en cuclillas, y también tuvo muchas dificultades para usar el baño y ducharse. Los guardias no permitieron que nadie la ayudara o hablara con ella durante esta tortura.
Las esposas eran tan pesadas que su piel estaba excoriada y la cicatriz aún es visible hoy en día. Tuvo dolor de espalda durante más de un mes y no podía mantenerse erguida.
La Sra. Geng realizó una huelga de hambre en agosto de 2019 para protestar por la persecución. Para incitar al odio contra ella, la reclusa principal de la celda prohibió a otras reclusas comer cualquier alimento extra que hubieran comprado para sí mismas mientras ella no detuviera su huelga de hambre. Las reclusas solo podían comer la comida de mala calidad proporcionada por la prisión, y culparon a la Sra. Geng por este tratamiento.
Tres días después, los guardias comenzaron a alimentar a la fuerza a la Sra. Geng dos veces al día.
Cuando su abogado fue a visitarla varios días después, el guardia insistió en que alimentaran a la fuerza a la Sra. Geng antes de permitirle reunirse con el abogado. Durante la alimentación forzada, una reclusa le dislocó la mandíbula mientras le sujetaba la cara. Tenía un intenso dolor de cabeza y no podía cerrar la boca ni hablar. Tenía tanto dolor que estaba imposibilitada y no podía reunirse con el abogado. Los guardias le dijeron al abogado que la Sra. Geng se negó a reunirse con él y la ridiculizaron por haberle hecho ir al centro de detención "para nada" en un clima tan caluroso.
A pesar de su condición, los guardias la continuaron alimentando a la fuerza. Esta situación se prolongó un total de 15 días. En una ocasión, un guardia amenazó con alimentar a la Sra. Geng con su propio excremento. Los guardias también le cobraron 35 yuanes por cada sesión de alimentación y retiraron más de 1.000 yuanes de su cuenta del economato.
Los guardias también le cobraron a la Sra. Geng 200 yuanes por un supuesto examen físico poco antes de que fuera liberada en mayo de 2020.
Persecución previa
La Sra. Geng solía trabajar en la Fábrica Textil Nro. 4 en la ciudad de Shijiazhuang. Desarrolló un severo desorden del sueño debido a sus turnos nocturnos y tenía un problema de riñón. Sus piernas estaban a menudo hinchadas. Sin embargo, la mayoría de sus problemas desaparecieron poco después de que aprendió Falun Gong en 1996.
Después de que el régimen comunista ordenara la persecución de Falun Gong en 1999, la Sra. Geng fue a Beijing para apelar ante la justicia y fue arrestada. Después de ser enviada de vuelta a casa, la fábrica textil la castigó reduciendo su salario a 280 yuanes al mes, y aún así se le exigió que hiciera la misma cantidad de trabajo. La policía local y el personal del comité residencial la acosaron a menudo desde entonces.
Fue arrestada de nuevo en el 2000 después de que fue a Beijing para apelar por Falun Gong. Esta vez fue despedida de su lugar de trabajo. Su marido no pudo soportar el estrés de la persecución y se divorció.
La Sra. Geng fue a Beijing para apelar por tercera vez a principios de 2002 y fue arrestada de nuevo. Hizo una huelga de hambre de 19 días en el centro de detención Shijiazhuang N.º 2 y fue alimentada a la fuerza. Un mes después, la policía la envió al campo de trabajos forzados de Shijiazhuang, sin el debido proceso, por un período de tres años.
La policía continuó acosando a la Sra. Geng después de ser liberada. Fue forzada a moverse de un lugar a otro para evitar más persecución.
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Categoría: Hechos de la persecución