(Minghui.org) Empecé a cultivar Falun Dafa en 1996. Durante los veinte años de mi cultivación, tropecé muchas veces y experimenté muchos altibajos de la sociedad común. Sé que el tiempo es muy valioso durante estos últimos momentos de la rectificación del Fa. Como cultivadores, tenemos que estudiar el Fa, practicar los ejercicios, enviar pensamientos rectos y aclarar la verdad mientras atendemos los asuntos comunes. Como resultado, he estado planeando mi tiempo muy cuidadosamente.

Aprovecho bien el tiempo, aunque sólo tenga tres o cinco minutos de sobra. Mi día comienza con la alarma de mi despertador a las 3:15 a.m. y termina después de enviar pensamientos rectos a medianoche. No tomo siestas por la tarde. Si empiezo a dormirme cuando estoy estudiando el Fa, empiezo a limpiar la casa. Después de limpiar la casa reanudo el estudio del Fa. A veces, si me canso de hacer las tareas domésticas, estudio el Fa. De esta manera, puedo utilizar mi tiempo tomando un descanso y estudiando el Fa al mismo tiempo. También practico los ejercicios durante dos horas y media, envío pensamientos rectos seis veces al día, estudio dos conferencias y memorizo tres páginas de Zhuan Falun. Esto suma un total de al menos siete horas cada día. Además de eso, también aclaro la verdad y trabajo en otros proyectos de validación del Fa. Manejo mi tiempo muy estrictamente, nunca estoy holgazaneando. He administrado mi tiempo así por más de diez años.

Tengo un televisor en casa, pero nunca lo veo. Todas las mañanas, mientras estaba en el baño, veía las noticias en mi celular. Nunca he visto ninguna telenovela. Sin embargo, un día, por casualidad, vi un trailer de una telenovela que me gustaba antes de empezar a cultivarme. Pensé que no era gran cosa si lo veía, ya que sólo duraba tres minutos. Hice click en el video y lo vi.

Nunca pensé que vería esa novela todos los días de ahí en más. Cuanto más la veía, más adicta me volvía. Todavía seguía estudiando el Fa, practicando los ejercicios, enviando pensamientos rectos y aclarando la verdad. Pero si tenía de tres a cinco o incluso diez minutos disponibles, sacaba mi celular y empezaba a ver la novela. Durante el mediodía, con la excusa de un descanso de la tarde, veía más telenovelas, a veces hasta treinta o sesenta minutos.

Las viejas fuerzas empezaron a interferir conmigo y comencé a tener tribulaciones. Mi madre, que lleva veinte años cultivándose, empezó a decir que yo no era lo suficientemente buena para ella y se negó a cultivarse más. Si ella dejara de cultivarse por mi culpa, ¡ese enorme pecado sería mío! ¡¿Cómo puedo pagar eso?! En ese momento, me di cuenta de la gravedad de este problema.

Me he dado cuenta de que, debido a mi apego al celular, estas tribulaciones se me han presentado, así que no debería estar más el celular. Además, una practicante se detuvo para compartir sus experiencias y enviar pensamientos rectos para mi madre. La alarma de mi madre sonó en la mañana del día siguiente y se negó a levantarse para practicar los ejercicios. Luego sonó de nuevo continuamente cinco veces. Mi madre se dio cuenta de que Shifu le recordaba que se levantara; si no se levantaba, se arrepentiría de haber decepcionado a Shifu. Al día siguiente, mi madre reanudó sus ejercicios matutinos.

Después de esta tribulación, pensé: Tal vez no fue mi teléfono celular el que causó el problema. Cuando fui al baño al día siguiente, empecé a ver la novela de nuevo. Como resultado, experimenté una tribulación mayor: mi madre de noventa años decidió mudarse y vivir sola.

Mi madre era muy terca. Me di cuenta de que usar métodos comunes no resolvería el problema. Soy una cultivadora y no una persona común. Necesito pensar en una solución más allá de la de la gente común. Shifu dijo:

"¿Cómo se te requiere? Tienes que cultivarte hacia dentro, no puedes buscar externamente." (Lección Primera, Zhuan Falun)

Empecé a mirar hacia adentro inmediatamente y encontré estos apegos: mal genio, impaciencia, irritación, búsqueda de consuelo, ser demasiado exigente, mentalidad competitiva, egoísmo y lujuria. Aumenté mi tiempo para enviar pensamientos rectos y eliminé el mal en otras dimensiones que controlaban a mi madre. Me arrodillé ante el cuadro de Shifu y le pedí perdón.

Mirar hacia adentro es realmente una herramienta mágica. La terquedad de mi madre cambió completamente al día siguiente; actuó como si nada hubiera pasado. Ese es un milagro de un cultivador.

Leí el artículo "Hay cosas realmente malas detrás de los teléfonos celulares y la TV" en Minghui.org. El artículo habla de una niña que puede ver muchas cosas con su ojo celestial. Cuando tenía cinco años, empezó a escuchar las conferencias de Shifu y a enviar pensamientos rectos, pero aún era demasiado joven para hacer los ejercicios.

Shifu abrió su ojo celestial y pudo ver cosas que la gente común no podía. Una mañana, cuando fue al baño, vio a su abuelo viendo la televisión en la sala de estar. Le gritó a su abuela para que le enviara pensamientos rectos de inmediato porque dijo que el abuelo estaba viendo la cabeza de un esqueleto. Se sentó en el baño, cerró los ojos y envió pensamientos rectos. Después, dijo: "Abuela, me he esforzado mucho en destruir el mal y casi no lo logro".

Este verano la niña se quedó por tres semanas en lo de su abuela. Un día, quiso jugar con el celular que su madre dejó cargando en el dormitorio. Ella dijo, "Abuela, tan pronto como abrí el celular vi un zorro saltar y correr hacia la ventana del baño." Un par de días más tarde dijo: "Una serpiente salió del móvil del abuelo y salió corriendo por la ventana". La practicante le dijo a su nieta, "Estás cultivando Falun Dafa ahora, esos animales te temen, por eso se escaparon. Además, Shifu estaba tratando de decirle que no jugaras con el celular ya que hay cosas malas en él".

Los teléfonos móviles y la televisión tienen cosas que no sólo dañan a la gente común sino también a los cultivadores si no se manejan adecuadamente. Yo soy un ejemplo de eso. Parece un asunto pequeño, pero suele conducir a grandes problemas.

Realmente experimenté la seriedad y la naturaleza sobrenatural de la cultivación. Tenemos que caminar por un camino recto y escuchar a Shifu. Shifu dijo:

"Esos computadores, máquinas de juegos, generan la misma función, es el mismo principio. Tú lo dejas, pero si tú lo dejas, ¿entonces muere? Él no lo acepta: “Tú tienes que seguir viendo. ¿No quieres ver más? Bueno, no te dejo trabajar, no te dejo estudiar, hago que tú pienses que quieres jugar con esos; si no lo haces, hago que incluso juegues en tus sueños” (Fahui de Nueva York de 2019)

Para ser un verdadero cultivador necesitamos escuchar a Shifu. Lo que diga Shifu, es el Fa y es un secreto celestial. Será demasiado tarde corregir y lamentar tus errores si no escuchas a Shifu.