(Minghui.org) A medida que la pandemia del coronavirus se extiende por todo el mundo, infectando a más de 1.6 millones de personas en más de 200 países, muchos gobiernos han implementado políticas de quedarse en casa para detener la propagación del virus.
Este artículo compara y contrasta al partido comunista chino (PCCh) con los países democráticos en el manejo de la crisis.
El bloqueo dramático de China vs. las políticas de quedarse en casa de EE. UU.
Estados Unidos no tiene una política nacional de bloqueo. Las políticas de permanencia en el hogar implementadas por varios estados generalmente no prohíben a las personas salir a comprar comestibles, buscar atención médica, cuidar a sus familiares, pasear perros o participar en actividades recreativas al aire libre. La clave es mantener una distancia social, a unos 2 metros de distancia entre sí, mientras se está afuera. Como las personas mayores son más susceptibles a contraer el virus, algunas tiendas ofrecen horarios de compra exclusivos para ellas.
El bloqueo de China fue más bien como implementar una ley marcial. Tomemos a Wuhan, el epicentro del brote, como ejemplo. El gobierno municipal anunció a las 2:00 a. m. del 23 de enero de 2020, que a partir de las 10:00 a. m. de ese día, se suspendería todo el transporte público y no se permitiría a nadie salir de la ciudad sin permiso.
Durante los siguientes 76 días, toda la ciudad de Wuhan fue cerrada, con personas atrapadas en sus hogares. En los primeros días del encierro, a las personas no se les permitía salir de sus casas y tuvieron que buscar la forma de que les entregaran víveres, que a menudo eran muy caros, directamente en sus complejos residenciales. Más tarde, a cada hogar se le permitió que una persona saliera a comprar comestibles cada pocos días. Se requirió que esa persona usara una máscara facial, y algunas personas fueron arrestadas por incumplimiento.
El bloqueo al estilo de Wuhan pudo haber contenido rápidamente la propagación del virus, pero no respetó los derechos humanos más básicos, con muchas personas experimentando escasez de alimentos o medicamentos, y algunos incluso murieron como consecuencia de ello.
En Shiyan, provincia de Hubei, un voluntario encargado de controlar la temperatura se detuvo en una casa el 24 de febrero de 2020. Un niño de seis años abrió la puerta y dijo que él y su abuelo eran los únicos dos residentes en la casa. El encargado de controlar la temperatura pidió hablar con el hombre mayor, pero el niño dijo que el abuelo había muerto varios días antes: "El abuelo me dijo que no saliera ya que había un virus afuera", comentó.
El voluntario descubrió el cuerpo del anciano en el baño. El niño había estado comiendo galletas durante los últimos días. Si el voluntario no se hubiera presentado ese día, el niño también podría haber muerto, al igual que su abuelo.
China levantó el bloqueo de Wuhan el 8 de abril, aunque se ha informado que muchos complejos residenciales aún tienen restricciones estrictas.
Todavía no hay un plan de ayuda en China, mientras que Occidente se apresura a ofrecer apoyo financiero
China es el lugar donde se originó el coronavirus, pero no ha anunciado ningún paquete de estímulo para ayudar a las familias y empresas en dificultades. Por otro lado, muchos países occidentales, que estuvieron semanas detrás de China en términos de descubrir los primeros casos confirmados, han tomado rápidamente medidas para ayudar a sus ciudadanos y salvar sus economías.
Cuando el 6 de marzo los casos a nivel mundial llegaron a los 100,000, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó un paquete de gastos de emergencia de 8,3 mil millones de dólares, de los cuales 3 mil millones de dólares se asignaron para la investigación de una vacuna. Trump declaró la emergencia nacional el 13 de marzo, lo cual habilitó 50 mil millones de dólares para combatir la pandemia, y el 18 de marzo firmó un proyecto de ley de alivio económico para proporcionar licencias pagas por enfermedad y familia a los trabajadores afectados por la pandemia, ampliar el seguro de desempleo y aumentar los recursos para las pruebas.
El 27 de marzo Trump firmó el proyecto de ley de estímulo de 2 mil millones de dólares llamado Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica para el Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo ayudar a familias, jubilados, pequeñas empresas, prestatarios de préstamos estudiantiles y otros afectados por la pandemia. "Este es un nivel de inversión de tiempos de guerra en nuestra nación", comentó el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell.
El proyecto de ley de estímulo por el coronavirus crea un reembolso de impuestos de 1,200 dólares por contribuyente más 500 dólares por niño. El monto del reembolso se reduce gradualmente para aquellos cuyos ingresos superan los 75,000 dólares por año para individuos, 112,500 dólares para jefes de hogar y 150,000 dólares para contribuyentes conjuntos. Dirige al Tesoro para que envíe estos pagos a las familias necesitadas, y una familia de cuatro recibe hasta 3,400 dólares.
Del mismo modo, Canadá lanzó un paquete de ayuda de emergencia de 82 mil millones de dólares para trabajadores, empleadores, padres, estudiantes, comunidades indígenas y otros grupos. El paquete consiste en 27 mil millones de dólares en "apoyo directo" a trabajadores y empresas, y otros 55 mil millones de dólares a través de aplazamientos de impuestos.
El ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau, dijo: “Por lo general, mi trabajo es asegurar que mantengamos nuestra trayectoria fiscal. Pero en este momento, como ministro de finanzas, mi único trabajo es asegurarme de que los canadienses puedan mantener la comida en el refrigerador, que puedan mantener un techo sobre sus cabezas y que puedan pagar las medicinas que necesitan".
El gobierno del Reino Unido dijo que ofrecería garantías de préstamos de 330 mil millones de libras esterlinas y otros 20 mil millones de libras en recortes de impuestos, subvenciones y otras ayudas para las empresas afectadas por la pandemia. El ministro de Finanzas, Rishi Sunak, dijo que el país haría "lo que sea necesario" para ayudar a los minoristas cerrados, bares, aeropuertos y otras empresas, ya que "nunca en tiempos de paz enfrentamos una lucha económica como esta".
Francia, por otro lado, planea inyectar 45 mil millones de euros a la economía para ayudar a sus empresas y trabajadores.
Se tomaron medidas similares en Grecia, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Taiwán.
Conferencia de prensa diaria en Estados Unidos vs. la falta de apariciones públicas de Xi
Durante las últimas semanas, el presidente Trump y el vicepresidente Pence han llevado a cabo sesiones informativas todos los días, incluidos los fines de semana, brindando información actualizada sobre la pandemia y consejos para los próximos pasos. Lo mismo está sucediendo en el Reino Unido, donde los funcionarios de alto rango están disponibles para responder preguntas.
El líder chino Xi Jinping, sin embargo, rara vez fue visto durante la crisis epidémica, a pesar de que generalmente hacía apariciones de alto perfil de manera regular.
El día en que Wuhan fue bloqueado, el 23 de enero de 2020, Xi pronunció un discurso para conmemorar el Año Nuevo Chino lunar, pero no mencionó el coronavirus. Asistió a un banquete celebrando el Año Nuevo al día siguiente, pero nuevamente no dijo nada sobre el brote. El 28 de enero, se reunió con el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. El 5 de febrero, se reunió con el primer ministro camboyano, Hun Sen.
Xi no fue visto en público nuevamente hasta el 10 de febrero, cuando visitó el distrito Chaoyang de Beijing para inspeccionar el trabajo de los funcionarios locales en la lucha contra el virus. La próxima vez que se vio a Xi fue el 10 de marzo, cuando visitó Wuhan por primera vez desde que estalló la epidemia en diciembre de 2019.
Al otro lado del estrecho de Taiwán: dos mundos diferentes
Se ha considerado que Taiwán tuvo la mejor respuesta en la lucha contra el coronavirus.
Hasta el 10 de abril, alrededor de 1,7 millones de personas han sido infectadas por el coronavirus, con un número de muertos de más de 100,000. Taiwán tiene una población de 23.8 millones, aproximadamente la mitad de España y un tercio de Italia, sin embargo, hasta ahora solo ha reportado 382 casos y 6 muertes, a pesar de que está a solo 160 kilómetros de China.
Los taiwaneses han puesto en práctica distanciarse del PCCh durante décadas, mucho antes del brote del coronavirus. Justo después de que los profesionales médicos en Wuhan difundieran la noticia del brote del coronavirus el 30 de diciembre de 2019, Taiwán escribió a la OMS solicitando más información. La OMS no emitió respuesta y los funcionarios chinos no hicieron nada más que castigar a los médicos de Wuhan por "difundir rumores".
Antes del anochecer del 31 de diciembre, Taiwán "decidió comenzar las inspecciones de salud para todos los pasajeros que llegan en vuelos desde Wuhan", describió un artículo de The Nation el 3 de abril titulado "La OMS ignora a Taiwán, el mundo paga el precio".
Era una historia diferente en el Estrecho de Taiwán. Zhang, un programador de software en la provincia de Shandong, le dijo a un periodista de The Epoch Times que había estado usando software para eludir el bloqueo de Internet desde 2016, para poder acceder a Google y YouTube, que de otro modo no están disponibles en China continental. Recientemente, al enterarse de que el multimillonario Ren Zhiqiang fue detenido por criticar al PCCh por la pandemia, volvió a publicar un artículo de Ren en línea y pidió a otros que hicieran algo para ayudar a mejorar la situación.
"Es extraño que ninguno de mis amigos respondiera", dijo Zhang al periodista. Zhang se enteró de que la cuenta WeChat de un amigo había sido bloqueada. Decepcionado, publicó otro mensaje instando a la gente a despedir a Xi Jinping y al PCCh. Al anochecer, descubrió que su cuenta había sido desactivada de forma permanente.
A muchas personas les ha ido mucho peor que a Zhang. Ren Chunhua (sin relación con Ren Zhiqiang), residente en la ciudad de Wuhan, era dueña de una barbería en su casa. Después de que los funcionarios confiscaron su propiedad privada y la vendieran a desarrolladores inmobiliarios, su tienda fue demolida en 2013, sin compensación estatal. Ella ha estado apelando durante años a varias agencias gubernamentales, solo para ser arrestada y golpeada hasta el punto de quedar discapacitada. Desde entonces, ella y sus dos hijos han estado viviendo al lado de una carretera.
"La pandemia empeora las cosas", explicó Ren. Sin comida ni dinero, pidió ayuda a los funcionarios locales y nadie respondió a su llamada telefónica. "De hecho, he perdido la esperanza en el PCCh", agregó. “Cuando demolieron mi negocio, me privaron de todo. Contar con ellos es simplemente como soñar despierta".
Desde que comenzó el bloqueo de Wuhan el 23 de enero, Ren había estado confiando en que sus vecinos les ofrecieran comida a ella y a sus dos hijos. Se han reportado muchas donaciones, pero recibió comida gratis solo una vez y el resto del tiempo tuvo que pagar por alimentos a precios mucho más altos de lo normal.
Ren no tuvo más remedio que publicar un mensaje en Internet el 2 de abril pidiendo ayuda. Aunque antes apenas podía comunicarse con los funcionarios, varias policías vinieron unas horas más tarde, no para ofrecerle ayuda, sino para advertirle que permaneciera callada y alejada de problemas.
Ren dijo que el PCCh la trata como basura. "Usted puede demandar a esos funcionarios", le dijo una vez un oficial, "pero será inútil. El partido es el jefe. Los funcionarios no lo admitirán aunque estén equivocados".
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Categoría: Opinión y análisis