(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Harbin, provincia de Heilongjiang, fue condenado a cuatro años de prisión en 2015 por presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, exlíder del partido comunista chino, por haber iniciado la persecución a Falun Dafa en julio de 1999.

Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una antigua disciplina espiritual y de meditación basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

Los padres ancianos del Sr. Cao Qicai, cuya salud declinó rápidamente después de su detención, quedaron devastados, ya que dependían de su apoyo financiero. Sintiéndose totalmente indefenso bajo una presión y una ansiedad extremas, su padre se suicidó rompiéndose la cabeza contra la pared, dejando atrás a su frágil madre luchando por su cuenta.

Arrestos ilegales

El Sr. Cao presentó una denuncia contra Jiang Zemin en junio de 2015 por iniciar la persecución a Falun Dafa. Debido a esto, fue arrestado ilegalmente por la policía el 12 de julio del mismo año.

Su casa fue registrada y saqueada. La policía se llevó todos sus materiales relacionados con Falun Dafa, computadoras, el recibo de su denuncia penal y muchas otras pertenencias.

Aunque el Sr. Cao logró escapar por la tarde, fue arrestado nuevamente a principios de agosto y enviado al centro de detención de Shuangcheng 14 días después. Fue sometido a castigos corporales en el centro de detención, incluyendo la obligación de sentarse en un pequeño banco de 7:00 de la mañana a 8:00 de la noche. Se le dio solo un panecillo al vapor por cada comida.

Representación de la tortura: Sentarse en pequeños bancos

Condenado a prisión

El Sr. Cao fue juzgado en un juicio secreto tres meses después. Su familia no fue notificada y no se le permitió tener un abogado que lo represente. Más de 30 funcionarios del gobierno asistieron a la audiencia.

"Cuando intenté defenderme, el juez Hu Yelin, quien presidía el juicio, me hizo callar inmediatamente", relató el Sr. Cao. "Cuando finalmente tuve la oportunidad de decir 'No hay nada malo con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia', el juez bajó el martillo y suspendió la audiencia apresuradamente", agregó.

"Luego me sentenció a cuatro años de prisión. Me negué a firmar el papel y apelé al tribunal intermedio de Harbin. Dos miembros del personal vinieron y me dijeron que no tenía sentido apelar. El tribunal decidió mantener la sentencia, y fui transferido a la prisión de Hulan ocho meses después”, detalló.

Abuso físico en la prisión de Hulan

El Sr. Cao fue ubicado en el "equipo de entrenamiento" para los recién llegados, por tres meses. Fue registrado sin ropa y tuvo que dormir en una cama (1,5 m de ancho) con otras cinco personas. La cama era dura y no tenían almohadas.

"Estábamos tan apretados el uno contra el otro que no podíamos movernos en absoluto. Me dolía todo el cuerpo cada mañana cuando me levantaba", relató el Sr. Cao.

Demostración de varias personas compartiendo una cama pequeña

El Sr. Cao era monitoreado por tres reclusos y fue forzado a quedarse quieto desde las 4:00 de la mañana hasta después de la medianoche todos los días.

"No me permitieron usar el baño ni beber agua. Cuando cerraba los ojos, me obligaron a abrir los párpados", detalló.

Los reclusos lo golpearon y patearon violentamente cuando se negó a firmar las declaraciones de renuncia a su fe en Falun Dafa. Dijeron que si no lo trataban así, serían castigados por la prisión y no obtendrían reducciones de sentencia.

"Me patearon la espalda muy fuerte, y cuando caí al suelo, me levantaron y siguieron pateándome. También usaron sus codos para golpear la arteria en mi cuello y me golpearon la cabeza contra la pared. Luego me sentí tan débil y demacrado que apenas podía estar de pie y tenía dificultad para respirar", dijo el Sr. Cao.

Después de tres meses de intensificación del acoso en el "equipo de entrenamiento", fue enviado a la división 6 de la prisión de Hulan el 9 de julio de 2017, donde fue sometido a más maltratos y torturas.

La prisión de Hulan tenía un sistema de vigilancia que monitorizaba cada rincón de la prisión, sin puntos ciegos. Cuando el Sr. Cao fue visto haciendo un ejercicio de meditación, el instructor Xu Yanjun se puso furioso y le dio una descarga eléctrica en el cuello, los hombros y otras partes sensibles de su cuerpo con una picana eléctrica, dejando su cuerpo cubierto de moretones.

Huelga de hambre en protesta por el confinamiento solitario

El Sr. Cao fue encerrado en aislamiento una tarde. Empezó una huelga de hambre el quinto día, exigiendo la liberación inmediata del confinamiento.

Dos días después, el instructor Xu Yanjun y el guardia Zhang Jia fueron a amenazarlo: "Si continúas con la huelga de hambre y te niegas a usar el uniforme de la prisión, te estiraremos y te alimentaremos a la fuerza con una sonda gruesa. Incluso alguien mucho más fuerte que tú no podría soportarlo...". Pero el Sr. Cao se negó a ceder.

El Sr. Cao estaba en estado crítico en la tarde del quinto día de su huelga de hambre, pero seguía consciente y era consciente de lo que estaba pasando.

"Me llevaron al hospital de la prisión, y el chequeo mostró que mi pulso era de 180 pulsaciones por minuto, mi presión sanguínea era de más de 200, y mi nivel de azúcar en la sangre era más alto de lo que el dispositivo podía medir. También tenía una severa deficiencia de cloruro de potasio, que podía llevarme a la muerte en cualquier momento. El médico dijo a los guardias: 'Este hombre se está muriendo'".

Los guardias lo trasladaron rápidamente a un hospital mucho más grande de la ciudad de Harbin, en donde la pierna izquierda del Sr. Cao quedó encadenada a la cabecera de la cama y un rastreador con alarma, que pesaba varios kilogramos, estaba esposado a su pierna derecha. Estaba bajo la vigilancia de los guardias de la prisión las 24 horas del día.

Cuando su familia fue a verlo, no se le permitió hablar con él. Cuando su hermana menor cuestionó a los guardias acerca de su condición, estos le dijeron: "Su hermano se negó a usar el uniforme de la prisión y se negó a comer. Su condición no tiene nada que ver con nosotros. Puede demandarnos donde quiera. No nos importa".

También exigieron que su familia pagara todos sus gastos médicos.

"Mis familiares trataron de contratar un abogado para defenderme, pero nadie se atrevió a tomar un caso de Falun Dafa, diciendo que no había ninguna posibilidad de ganar, aunque yo fuera inocente", relató el Sr. Cao.

El sexto día, cuando el Sr. Cao fue dado de alta del hospital, los guardias de la prisión trataron de obligarlo a llevar el uniforme de la prisión.

"Cuando me negué, amenazaron a mi hermana menor y a mi hija, diciendo que si me negaba a llevar el uniforme, sufriría aún más cuando volviera a la prisión. Aún así me negué a cumplir. Al final, me pusieron grilletes y me llevaron de vuelta a la cárcel", detalló.

Cuando los practicantes de Falun Dafa se quejaron de los abusos sufridos en la prisión durante una visita de un equipo de inspección del ministerio de justicia de China en abril de 2019, la dirección de la prisión interceptó sus quejas y anotó los nombres de los practicantes que las presentaron, para futuras represalias.

Acosado luego de su liberación

Cuando el Sr. Cao fue puesto en libertad el 2 de agosto de 2019, los oficiales de la oficina local 610 y de las comisarías de policía le pidieron que firmara varios documentos y le dijeron que se presentara ante ellos todos los meses.

"Me negué a firmar algo porque no había hecho nada malo al tratar de ser una buena persona, siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Fui encarcelado ilegalmente durante cuatro años simplemente porque presenté una denuncia contra Jiang Zemin", relató el Sr. Cao.

Aunque el Sr. Cao ya ha regresado a su casa, sus familiares siguen siendo acosados por la policía, que los llama de vez en cuando para comprobar su estado.