(Minghui.org) La gente comenzó a entender la seriedad del coronavirus durante la celebración del Año Nuevo Chino. Aunque mi ciudad no resultó ser la más afectada, la cerraron parcialmente debido a la proximidad con Beijing. El transporte público hacia el exterior quedó completamente detenido; se cerraron las fábricas, escuelas y tiendas, todo excepto los supermercados. En lugar de celebrarse el Año Nuevo Chino, las calles quedaron tranquilas y desiertas.

Solo una entrada a nuestra comunidad permanece abierta. La policía y los comités vecinales la vigilan las 24 horas del día. Siete personas están siempre de guardia. A cada hogar se le dio un pase y solo una persona puede salir a comprar comida cada dos días. A nadie se le permite salir después de las 19:30.

¡Sentí este cambio tan repentino como si me golpeara un martillo! Me di cuenta de que representaba una oportunidad para que nos apresuráramos y cumpliéramos con nuestras responsabilidades aquellos de nosotros que no habíamos hecho mucho para salvar a la gente. ¡Tenía que dejar de holgazanear!

Mi casa fue el taller para producir los materiales de Dafa de los demás practicantes durante más de diez años. Durante el Año Nuevo Chino, preparé muchos materiales, como de costumbre, que planeaba llevar a otros practicantes después de las vacaciones. Este confinamiento repentino interrumpía nuestros preparativos para salvar a los seres conscientes. La mayoría de los practicantes a los que proveo son ancianos de entre 70 y 80 años.

Una practicante que visitó a su hija con motivo del Año Nuevo nunca regresó. No acudió a recibir sus materiales en el momento y lugar acordados. Como no tenía su número de teléfono, no podía contactarla. Otro practicante, un hombre de negocios, no vive en mi zona y no sé su dirección. De vez en cuando venía a mi casa para llevarse materiales. Sé que además de mí, tiene otra fuente de suministro. Solo hay un practicante que se comunica a menudo conmigo. Mi madre, de 85 años vive conmigo, pero solo puede distribuir materiales en nuestro vecindario.

Un practicante muy diligente que suele distribuir materiales en otras zonas, contactó conmigo para que le proveyera. Debido a esta repentina epidemia, los materiales que ya había impreso necesitaban ser actualizados. Tan pronto como Minghui.org publicó nueva información, edité un folleto del que imprimí copias.

Rompiendo el apego a la familia

Cuando mi hija era una adolescente, el partido comunista chino (PCCh) me secuestró y encarceló durante seis meses. Esto le produjo un fuerte impacto psicológico. Aunque ella escuchaba las grabaciones de las enseñanzas del Fa del Maestro Li, no practicaba de verdad. Aunque me apoyaba mucho en mi cultivación y a menudo entregaba materiales por mí, cada vez que salía a distribuir materiales y a hablar con la gente, temblaba por temor de que algo me pasara.

Cuando apareció esta epidemia y empecé a planear salir para aclarar la verdad, trató de detenerme. No le preocupaba que me enfermara, sino que me encarcelaran de nuevo. En la calle hay pocos transeúntes pero muchos policías vestidos de civil. Me pidió que me quedara en casa, y  que estudiara el Fa antes de salir.

Sabía que no debía quedarme en casa a leer las enseñanzas. Salir y hablar con la gente representa una gran oportunidad de cultivación. Pero como entendía su preocupación no discutí con ella. Envié pensamientos rectos para desintegrar todos los factores malignos que me impiden salvar a las personas. Entonces, mi hija decidió dejarme ir a comprar para que así pudiera distribuir materiales mientras compraba.

Nociones sobre las cámaras de vigilancia

Un gran problema que tenía eran las cámaras de vigilancia. La policía local instaló una cámara apuntando a mi puerta. Se instalaron varias cámaras en la calle y alrededor de la comunidad. Al principio, las evitaba siempre que repartía materiales.

Desde que el virus se convirtió en una epidemia, la poca gente que hay en las calles camina deprisa y todos llevan máscaras. Por miedo a ser infectados, no se atreven a detenerse y a hablar con desconocidos. Hay cámaras por todas partes, están instaladas cada veinte o treinta metros. En algunos lugares las cámaras miran en ambas direcciones.

Las calles están llenas de coches aparcados, así que decidí ponerles materiales. Coloco folletos sobre la epidemia en los parabrisas de los coches. Están bellamente diseñados y tienen información sobre la enfermedad, así que deberían interesar a todo el mundo.

El Maestro nos dijo lo siguiente sobre las cámaras de vigilancia:

"Pero, a su vez, pienso también que, todos saben, los productos de China continental son los peores en la mente de la gente de todo el mundo, ¿no es así? He escuchado que esas cámaras de vigilancia, de 1.000 instaladas, 500 no funcionan, (la multitud se ríe, aplausos) apenas se arregla este lado, ese otro se rompe. La calidad de eso, esas cosas suyas, encima hay un exceso de empleados, de todos modos cualquier cosa que haga el perverso PCCh es vergonzosa" (Fahui de Nueva York 2019).

"Si no tienen miedo, el factor que les haría tener miedo se volverá no existente" (Eliminen sus últimos apegos, Escrituras esenciales para mayor avance II).

Desde otra perspectiva, estas cámaras están compuestas de moléculas en el mundo humano; los componentes moleculares de los practicantes fueron reemplazados por materia de alta energía. Entonces, ¿cómo pueden afectarnos las cosas humanas? El Maestro habló de esto tan claramente, que si siguen preocupándome las cámaras significa que no creo en el Maestro ni en el Fa.

Aunque tenía claros los principios del Fa, pensé que el yeli aún podía surgir de vez en cuando, al repartir los materiales en las zonas donde había varias cámaras. Seguí enviando pensamientos rectos para eliminar ese pensamiento negativo. Con frecuencia, tuve esta experiencia: cuando me preparaba para salir a repartir los materiales de Dafa, el miedo emergía y me sentía poco dispuesto a hacerlo. Pero tan pronto como salía por la puerta, me llenaba de pensamientos rectos; permanecía tranquilo aunque alguien pasara a mi lado o me viera. Aunque no siempre fuera ese el caso.

Un día, mientras distribuía los materiales, me puse nervioso de repente. Me envolví en un miedo tan profundo como nunca había experimentado. En el pasado me habría detenido de inmediato y regresado a casa para enviar pensamientos rectos. Pero esta vez mi corazón no se movió. ¡Me negué a reconocer los arreglos de las viejas fuerzas! De inmediato envié pensamientos rectos, sin detenerme. Recité el Fa del Maestro:

"Por qué temer

Si tienes miedo, te capturan
Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban
Cultivadores, conteniendo el Fa
Enviando pensamientos rectos, fantasmas podridos han de explotar
Dioses en el mundo, validen el Fa"

29 de febrero de 2004 (Hong Yin (II))

"Las viejas fuerzas no se atreven a oponerse a nuestro esclarecimiento de la verdad o a que salvemos a seres conscientes. La clave es no dejarles que se aprovechen de las lagunas en su estado mental cuando hacen cosas" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Boston, 2002).

Me recordé: Los discípulos de Dafa están salvando a los seres conscientes. ¡Yo estoy haciendo lo más recto! No se permite que nada interfiera. Seguí enviando pensamientos rectos y repartí todo el material sin problemas.

Como tengo pocas oportunidades de salir, aprecio cada una de ellas. Por lo general me abstengo de repartir por el camino, cuando me dirijo a entregar materiales a mis compañeros practicantes.

En una ocasión, preparé materiales para una anciana practicante. Además de su paquete, también dispuse algunos para repartir a mi regreso.

Cuando llegué a la puerta de su comunidad llamé tres veces, para pedirle que saliera, pero nadie respondió. (No había concertado ninguna cita con ella, ya que normalmente se los entregaba directamente en su casa). Me pregunté si podría repartir todos aquellos materiales. Mientras dudaba mis pensamientos rectos emergieron, así que fui capaz de distribuirlos todos.

Recordando tener benevolencia con la policía y los miembros del comité vecinal

También tuve un problema con la policía y los miembros del comité vecinal. Estas personas ayudaron al PCCh a perseguirnos durante más de veinte años. No podía evitarlo, tenía muchos pensamientos negativos hacia ellos. Olvidaba que mientras ayudaban a cometer aquellos crímenes, ellos también eran víctimas de la persecución.

El primer día que cerraron nuestro barrio, mi hija y yo salimos a la calle juntos. Cuando volvíamos, vi a un joven con una chaqueta de policía gritando a un vecino. Caí en la cuenta de que el guardia de seguridad de la entrada vestía ropas similares. A partir de entonces, siempre me lo cruzaba cuando iba a salir.

Mi hija dijo que los hicieron firmar un acuerdo, así que se tomaban sus responsabilidades muy en serio. Envié pensamientos rectos para no encontrármelo cada vez que salía. Aún así seguí  viéndolo.

Como esta situación me molestaba, examiné mis pensamientos. Descubrí que nuestra forma de relacionarnos era errónea. No somos el perseguidor y el perseguido. Él simplemente estaba esperando ser salvado y era mi labor hacerlo. Aunque representaba un desafío aclarar la verdad bajo tales circunstancias, todavía tenía que mantener pensamientos compasivos hacia él y tratarlo con bondad.

En otra ocasión, el personal de una compañía inmobiliaria revisó mi pase. Un tosco oficial de policía miraba en otro dirección. Sonreí y saludé a esta persona al llegar a la puerta: "Tiene que protegerse. Es peligroso entrar en contacto con tanta gente todos los días". Cuando el policía oyó aquello, se dio la vuelta y me miró. Le sonreí.

La siguiente vez que salí, no lo vi. El miembro del comité del vecindario revisó mi pase. Sonreí y le dije: "Trabaja duro". Se conmovió profundamente y dijo: "¡Gracias por ser tan comprensivo! Todo esto terminará pronto". Sonreí y le dije: "¡Todos esperamos con ansias ese día!". Tan pronto como salí, vi al oficial de policía observándome atentamente. Estaba en su lista de practicantes de Falun Dafa a vigilar. No estoy seguro si me reconocía o no, pero cada vez que me veía, me prestaba gran atención.

La siguiente vez que me lo encontré, sonreí y le dije: "¡Trabaja muy duro! Debería usar ropa protectora. Esta epidemia es demasiado peligrosa". Sonrió con amargura: "No tenemos otra opción. No queremos hacer esto. Todos esperamos que esto termine pronto".

Mi cultivación

Últimamente logré algunos avances en mi estudio del Fa. Practico desde hace más de 20 años y me avergüenzo al admitir que solo memoricé una parte de Zhuan Falun. Siempre he querido memorizar el Fa.

Comencé a memorizar cada párrafo. Separo los párrafos largos en secciones para memorizar. Después de memorizar cada párrafo, lo escribo. De esta manera siento que estoy introduciendo el Fa en mi corazón.

Estas son mis recientes experiencias de cultivación. Si mis entendimientos son incorrectos, por favor, señálenlo con compasión.