(Minghui.org) Empecé a practicar Falun Dafa en mayo de 1996, cuando tenía 32 años. Mi salud no había sido buena antes de esto. Las enfermedades crónicas y el dolor constante me causaban mal genio. ¡En menos de tres meses después de que empecé a practicar, todas mis enfermedades desaparecieron, y sentí que renacía! Quería decirle a todo el mundo que Falun Dafa era bueno y que debían practicarlo.
Elogiada por el jefe en el trabajo
Era muy competitiva antes de empezar a practicar y solo me importaba satisfacer mis intereses personales. Competí con otros en mi trabajo para conseguir un reconocimiento destacado. También incurrí en muchos gastos médicos que pagaba mi empleador. Como me volví saludable después de empezar a practicar, ya no necesité tomar ninguna medicina, así que ya no le costó dinero a la compañía. También me dediqué más a mi trabajo.
La empresa para la que trabajaba no era muy rentable, por lo que no podía permitirse contratar un empleado para la limpieza, y los empleados tenían que limpiar el pasillo y el baño. Pensé que como practicante debía ser una buena persona, así que a menudo hacía la limpieza. Lo hice sin ninguna queja, y finalmente empecé a hacer toda la limpieza. Al final del año, cuando mi empresa eligió a los empleados destacados, casi todos me votaron. Una empleada que solo recibió unos pocos votos empezó a hablar mal de mí a mis espaldas. Me lo tomé a la ligera y no discutí con ella. Nunca podría haber estado tan tranquila si no fuera practicante de Falun Dafa. El jefe de mi lugar de trabajo constantemente me elogiaba por mis buenas acciones y mi gran ética de trabajo.
Sé que todos ustedes son buenas personas...
Fui a Beijing a apelar por mi derecho a practicar Falun Dafa en diciembre de 2000, después de que el partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa. Fui a la Plaza Tiananmen y vi muchos policías y vehículos policiales. Veía constantemente practicantes de Falun Dafa sosteniendo banderas y gritando "Falun Dafa es bueno", y los vehículos de la policía corriendo hacia los practicantes. Vi a la policía arrancarles violentamente sus banderas, golpear a los practicantes hasta tirarlos al suelo, y arrastrarlos a los vehículos de la policía. También vi a la policía arrastrando a una practicante por el pelo por el suelo.
Me conmovió tanto la rectitud de los practicantes que también grité: "¡Falun Dafa es bueno!". Dos policías se acercaron inmediatamente y me arrastraron hasta el vehículo policial, que pronto se llenó de practicantes. Nos llevaron a un gran patio que ya estaba lleno de practicantes. Recitamos juntos el Fa. En protesta por el arresto ilegal nos negamos a dar nuestros nombres y direcciones. Unos días después fuimos enviados a un centro de detención en las afueras del norte de China. Varios practicantes hicieron huelga de hambre para protestar por la persecución.
El invierno era extremadamente frío y nevaba mucho. Una mañana, otras dos practicantes y yo comenzamos a hacer los ejercicios. Para hacerlos correctamente, nos quitamos los abrigos de invierno. Mientras hacíamos el segundo ejercicio vinieron dos policías. Nos gritaron y nos empujaron afuera, pero no nos permitieron ponernos los abrigos.
Continuamos haciendo los ejercicios después de que la policía se fue. Después de un rato, un oficial regresó. Esta vez no nos gritó, sino que se quedó ahí quieto y nos miró. Después de que terminamos los ejercicios, nos dijo: "Las admiro mucho. Hace 20 grados bajo cero y no podemos soportar el frío ni siquiera con abrigos pesados. Han estado en huelga de hambre durante más de diez días y tienen muy poca ropa. No tienen miedo de nada. Vosotros, los practicantes, son realmente increíbles".
Nos dimos cuenta de que no solo no sentíamos frío, sino que en realidad sentíamos calor. Sabíamos que el compasivo Shifu estaba a nuestro lado y nos fortalecía. Todas estábamos muy agradecidas.
Con el fortalecimiento de Shifu, nosotras, las 19 practicantes, fuimos liberadas incondicionalmente antes del Año Nuevo Chino. El día antes de nuestra liberación, el oficial que nos observó practicando los ejercicios vino a nuestra celda y dijo: "Sé que todas ustedes son buenas personas. Por favor, no nos odien por maltratarlas. Solo seguimos órdenes". Dijimos: "No te culpamos. Sabemos que eres una buena persona. Si tienes la oportunidad, por favor lee el libro Zhuan Falun. Te beneficiarás de él. Te deseamos una vida segura y saludable". Nos agradeció repetidamente.
Propietario de restaurante: nuestra puerta siempre está abierta para usted
Después de que me liberaron y volví a casa, me enteré de que la policía local quería arrestarme. Para evitar la persecución, me quedé sin hogar y en la indigencia.
Fui a trabajar a un restaurante de dumplings en la capital de la provincia, donde realizaba varios trabajos en la cocina. Siempre me recordé que era una practicante y que debía ser una buena persona sin importar la situación en la que me encontrara. Trabajé duro e incluso ayudé a mis compañeros de trabajo.
Un día, mientras ayudaba a cortar las verduras para el relleno del dumpling, accidentalmente me hice un fuerte corte en mi dedo índice izquierdo. Rápidamente envolví mi dedo en una toalla de papel para detener el sangrado y no dije nada. Luego, lavé los platos. No desinfecté la herida, ni usé un guante de látex. Si fuera una persona normal, mi dedo se habría infectado. Pero no pasó nada y ni siquiera sentí dolor. Estaba muy agradecida a Shifu por su compasiva protección.
El dueño y su esposa me alababan constantemente por mi duro trabajo y mi alta moralidad. Cuando les dije que era una practicante de Falun Dafa, el dueño sonrió y me dio el visto bueno. La esposa dijo: "No es de extrañar que seas tan buena persona si eres practicante de Falun Dafa. Escuché que los practicantes son todos buenas personas. Escuché que cuando fueron a Beijing no dejaron ni un solo pedazo de papel en el suelo. Incluso quitaron todas las colillas de cigarrillos desechadas por la policía". Estaba muy feliz por la actitud positiva del matrimonio hacia Dafa.
Cuando dejé el restaurante, todos estaban tristes al verme partir. El dueño organizó una fiesta de despedida. Me elogió y dijo: "Gente buena como tú es difícil de encontrar. Es una pérdida para nosotros que tengas que irte. Cuando quieras volver, nuestra puerta siempre estará abierta para ti".
Jefe de la celda: todos deben aprender de los practicantes de Falun Dafa
La ciberpolicía me siguió cuando aclaré la verdad en Internet en 2012, y fui arrestada por los departamentos de policía de la ciudad y del condado. Me detuvieron en el centro de detención de la ciudad y la policía saqueó mi casa. Me sentí muy arrepentida por mis omisiones y también sentí odio hacia a la policía.
Cuando recordé que era una practicante me calmé. Para los practicantes, nada de lo que pasa es casualidad. Recordé el Fa de Shifu:
“El cuerpo yace en prisión –no se aflijan, no estén tristes
Con pensamientos rectos y acciones rectas, el Fa está presente
Reflexionen calmadamente acerca de cuántos apegos tienen
En cuanto se deshagan de la mentalidad humana, el mal naturalmente desaparecerá”
(No estén triste, Hong Yin (II))
“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo"
(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II))
Dejé de estar triste y arrepentida, y recité el Fa con las otras practicantes detenidas. También convencimos a más de 30 detenidas de que renunciaran al PCCh y sus organizaciones relacionadas.
Todas las reclusas vieron nuestra compasión y tolerancia y supieron que Falun Dafa era especial. Las reclusas a menudo se regañaban y peleaban entre ellas. Una joven me dijo que no había gente buena dentro del centro de detención excepto por los practicantes de Dafa. Una mujer mayor que estaba allí siempre acusaba y regañaba a los demás, pero siempre era amable con los practicantes. Le enseñamos a recitar el poema de Shifu:
"La vida es corta
Viniste a quedarte en el hotel
No olvides el deseo que hiciste cuando viniste"
(Tonto, Hong Yin III)
Ella estaba feliz, y su actitud cambió.
Las camas estaban atestadas, así que había frecuentes discusiones. Cada vez que había una discusión sobre las camas, el guardia me ponía entre las dos reclusas que discutían. En dos semanas, me mudaron doce veces. El guardia de la prisión les dijo: "Todos ustedes deben aprender de los practicantes de Falun Dafa. Ellos nunca discuten o pelean con nadie".
Cuando recuerdo mi camino de 20 años de cultivación, he pasado de ser una persona egoísta, de mente estrecha, enferma y pesimista a una persona desinteresada, de mente abierta, feliz, sana y optimista. ¡Gracias Shifu por Vuestra compasiva salvación!
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