(Minghui.org) Hay muchas cosas que la ciencia moderna no puede explicar todavía. Nuestro entendimiento del universo es aún muy elemental. Ya sea una pandemia de un nuevo coronavirus o una crisis mundial, las cosas pueden parecer estar más allá de nuestro control; sin embargo pueden ocurrir milagros cuando mantenemos nuestros pensamientos rectos y benevolentes.

Un pensamiento hace toda la diferencia

Había un hombre llamado Yuan Zishi que vivió en la provincia de Shandong durante la dinastía Yuan (1271-1368 d. C.). Una vez le prestó 300 piezas de plata a un amigo que viajó al sur, a la provincia de Fujian y obtuvo un cargo lucrativo en el gobierno local. Unos años más tarde, estalló la guerra en la provincia de Shandong. Yuan perdió toda su fortuna y huyó con su familia a la provincia de Fujian para encontrar a su amigo.

Sin embargo, su amigo negó que alguna vez hubiera recibido dinero de él. Indigente y sin esperanza de recuperar lo prestado, Yuan le rogó a su amigo que le prestara algo de dinero para que él y su familia pudieran pasar el Año Nuevo Chino. Su amigo le prometió un préstamo para vísperas de Año Nuevo, pero nunca se lo dio.

Lleno de ira, Yuan encontró un cuchillo y lo afiló durante toda la noche. Al amanecer, se dirigió, cuchillo en mano, a la casa de su amigo. Un monje taoísta que estaba delante de un templo vio pasar a Yuan. El tianmu del monje estaba abierto y podía ver cosas en otras dimensiones. Vio que a Yuan lo estaban siguiendo amenazantes demonios que portaban espadas y cuchillos.

Poco después, Yuan volvió a pasar cerca del monje. Esta vez, lo seguían seres divinos con coronas doradas y accesorios de jade. Llevaban banderas y se veían complacidos.

Atónito por la transformación, el monje se acercó a Yuan y le preguntó dónde había estado. Yuan confesó que había planeado matar a su traicionero amigo, pero cambió de parecer cuando llegó a su puerta. Pensó: “Tiene una madre anciana y una esposa. Si lo mato, su familia sufrirá el mismo destino miserable que la mía. Conozco de lo que se trata. ¿Cómo puedo someter a otros al mismo sufrimiento?” Así que dejó de lado el pensamiento de revancha y se dirigió a su casa.

El monje felicitó a Yuan diciendo: “Serás bendecido con buena fortuna. Los seres divinos ya saben sobre el cambio en tu corazón”. Pronto, la suerte de Yuan dio un giro. También supo que todo lo que le había pasado fue el resultado de sus acciones en una vida anterior.

Como dice la gente: “Los malos pensamientos atraerán demonios malvados y los pensamientos benevolentes atraerán seres divinos. Las leyes del Cielo son justas”.

La buena fortuna del director de una estación de policía

Hay otra historia reciente sobre un recién nombrado director de una estación de policía en China. Al ser nuevo en el puesto, el hombre trabajó mucho para mostrar su competencia profesional y no escatimó esfuerzos en perseguir a practicantes de Falun Gong con el fin de obtener reconocimiento político.

Poco después de seis meses, en efecto, el director recibió el reconocimiento de su superior por sus esfuerzos en perseguir a Falun Gong, y fue honrado en una ceremonia de premiación. Justamente cuando se sentía complacido consigo mismo y esperaba una promoción, le diagnosticaron cáncer de estómago. Estaba afligido y desesperado.

Luego recordó lo que algunos practicantes de Falun Gong le habían dicho: “Es una regla celestial que las buenas acciones serán recompensadas y las malas serán castigadas”, y “Es un crimen perseguir a Falun Gong”. Se preguntó si estaba siendo castigado por perseguir a practicantes de Falun Gong.

Una noche, volvió a su oficina y se llevó a su casa algunos libros y folletos de Falun Gong que había confiscado. Los leyó cuidadosamente. Cuanto más leía, más comprendía que Falun Gong era bueno, y más lamentaba lo que había hecho.

Antes de su cirugía, miró los videos informativos de Falun Gong siempre que podía. Incluso les pidió a practicantes locales que le explicaran cosas que no entendía.

La gente en el trabajo empezó a notar que él había cambiado. Cuando alguien denunciaba a un practicante de Falun Gong, el director simulaba no escuchar. Cuando le solicitaban que enviara un auto policial para arrestar a practicantes de Falun Gong, decía: “¿Dónde quieren que consiga un auto? No se preocupen, déjenlos”. Devolvió dinero que les había sido quitado por la fuerza a practicantes y usó sus conexiones para ayudar a un practicante mayor a obtener libertad condicional por razones médicas en vez de que lo enviaran a prisión. Hizo muchas cosas como esas.

Gradualmente, el director notó que su dolor de estómago crónico había desaparecido. Recobró el apetito y la fuerza. Cuando volvió al hospital por un examen prequirúrgico, le dijeron que se había recuperado de su cáncer de estómago. Exclamó: “¡Uno es bendecido por saber la verdad! Soy afortunado de que no fue demasiado tarde para mí. De otro modo, ¡mi vida habría terminado!”.

Hay un dicho: “La apariencia surge de la mente, el entorno cambia según el corazón”. Mucha gente puede sentirse ansiosa, temerosa, resentida o desesperanzada frente a desastres naturales o calamidades de la humanidad. Tales sentimientos son normales, pero no ayudan en esas circunstancias. Por el contrario, esas emociones fuertes podrían nublar nuestro juicio y empeorar la situación.

En el mundo actual, saber que “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” puede ser justo lo que necesitamos para atravesar los problemas con los que nos enfrentamos.