(Minghui.org) Soy un practicante de África y vivo en un área rural. Llevo muchos años cultivando, y durante estos años siempre he notado una increíble conexión entre el reino de la cultivación y el reino de las plantas.

Cada vez que me ilumino a un nuevo significado común a ambos reinos, es como si el reino de las plantas fuera una gran metáfora para el reino de la cultivación. El término "cultivación", para empezar, es común a ambos. Cultivarse es como cultivar la tierra o cultivar un árbol, con todo lo que ello implica, cuidando de algo que crecerá y evolucionará gradualmente. Es un esfuerzo continuo. Si uno deja de cuidar una planta, esta morirá, al igual que si uno descuida y abandona la cultivación, volverá a ser una persona común y entonces estará sujeto al envejecimiento, la enfermedad y la muerte, sin la oportunidad de iluminarse.

En Zhuan Falun y otras enseñanzas del Fa, el Maestro enfatiza muchas veces que un practicante debe ser capaz de avanzar y "continuar" en su cultivación, porque no siempre es fácil "continuar" hasta el final. "Continuar" tiene un significado interior muy profundo.

En el reino de la cultivación están las "tres flores reunidas sobre la cabeza", un estado relativamente avanzado que un practicante alcanza en un cierto punto de su cultivación. En el reino de las plantas, la floración es también un paso relativamente avanzado. Solo un árbol que ha sido bien cultivado producirá flores. La floración es el paso previo a la producción de frutos. En el reino de la cultivación, también tenemos algo llamado "estado de fruto". Representa lo que uno finalmente gana con su cultivación, así como el fruto es el punto culminante de la evolución de un árbol.

El Maestro utiliza muchos otros términos y conceptos relacionados con el mundo vegetal para referirse a la cultivación.

El Maestro también utiliza la palabra "semillas" y la palabra "plantado" para hablar de los mecanismos de qi puestos en nuestros cuerpos para hacernos capaces de cultivar.

“Aquí te plantamos el Falun, el mecanismo de qi, todos los mecanismos para el xiulian, etcétera, muchísimas cosas, más que decenas de miles; hay que darte todo esto y plantarlo en tu cuerpo como semillas” (Tercera Lección, Zhuan Falun).

Cuando se habla del proceso de cultivo del cuerpo de un cultivador, el Maestro lo compara con los anillos de un árbol. Cada anillo del árbol representa un paso, una capa desarrollada a medida que el árbol envejece, y con cada anillo quitado, una capa más se elimina en el proceso de nuestra cultivación.

“El cuerpo humano es como un árbol que tiene anillos anuales y en cada capa de tu cuerpo existe ye de enfermedad. Entonces tu cuerpo tiene que ser limpiado desde el mero centro de éste” (Yeli de enfermedad, Escrituras esenciales para mayor avance).

Cuando leo sobre la teoría de los tres mil mundos dentro de un grano de arena en la Octava Lección de Zhuan Falun, siempre me recuerda al mundo de las plantas. Cuando veo que un árbol gigante puede crecer de una semilla tan pequeña, entiendo cómo un mundo puede abarcar e incluir muchos otros mundos. Mira cuántas semillas produce un árbol. Cada semilla es, de por sí, un mundo entero. ¡Todos estos mundos incontables existen en un mundo más grande que es el árbol! Cada semilla puede producir un árbol, y este árbol tendrá tantas semillas, cada una de las cuales puede producir un árbol con tantas semillas, y así sucesivamente... es simplemente incontable.

Leímos en la Segunda Lección de Zhuan Falun:

“Al crearse un ser, una vida, en lo extremadamente microcósmico ya están constituidas la composición específica de su vida y su esencia original”.

De la misma manera, dentro de la pequeña semilla, están incluidos todos los elementos que forman un gran árbol. Aunque no podemos verlo con nuestros ojos humanos, todos los elementos existen allí y están comprimidos dentro de la semilla.

Al hablar de la cultivación, el Maestro recomienda que escarbemos dentro de nosotros mismos para eliminar los elementos malos y los apegos ocultos. Cuanto más profundo escarbemos dentro de nuestros corazones, seremos más capaces de arrancar de raíz los apegos, los malos elementos y los conceptos postnatales, y progresar en nuestra cultivación.

En el primer ejercicio, se nos instruye a mantener la cabeza alta, tan alta como el cielo, y a mantener nuestras piernas firmemente plantadas en la tierra. Esto me recuerda de nuevo al árbol, con sus raíces en la tierra y las ramas en lo alto. Sé que cuanto más profundas son las raíces de una planta en la tierra, más alto puede crecer.

La flor de loto, también, con su mitad inferior en el barro y su mitad superior fresca y pura, es otra metáfora del cultivador que tiene que ser puro y radiante mientras vive en un ambiente sucio y complicado.

Estos son algunos de mis entendimientos que quería compartir. Por favor, señalen cualquier cosa inapropiada. Gracias, Maestro. Nos has ofrecido un método de cultivación tan maravilloso y tanta sabiduría. ¡Y gracias compañeros practicantes!