(Minghui.org) En respuesta a los crecientes casos de infección del reciente brotes del coronavirus de Wuhan, el régimen comunista chino reforzó la censura en los medios de comunicación e Internet, permitiendo que solo circulara la narrativa oficial sobre el brote.

Estricto control de la información

Según los videos publicados en línea por los internautas, la mayoría de los hospitales aún están abarrotados y muchos pacientes no pueden acceder a ningún tipo de tratamiento médico. Mientras tanto, los crematorios en Wuhan están trabajando las 24 horas del día, a menudo incinerando más de 100 cuerpos cada día.

Sin embargo, la cifra oficial de muertes reportadas por el régimen comunista es de solo 1016 hasta el 10 de febrero, lo que hace a muchos sospechar que el número real podría ser mucho mayor.

Frustrados por la falta de transparencia sobre el brote, muchos chinos critican al gobierno, expresan su enojo y comparten información en las redes sociales de primera mano sobre la epidemia.

Pero el régimen chino demostró otra vez al mundo que ejerce cero tolerancia a las críticas en su tratamiento del virus.

El 22 de enero, un internauta con apellido Bu fue arrestado y detenido durante tres días por publicar en el blog de Sina que habían sido confirmadas 444 infecciones y 17 casos de muerte en la provincia de Hubei. También agregó que se habían reportado tres casos de muerte en su ciudad natal en Guang’an, provincia de Sichuan. Todos los datos que envió pertenecían a la fuente oficial.

El 25 de enero, un internauta con apellido Hai de la ciudad de Xining, provincia de Qinghai, fue arrestado y detenido durante diez días por enviar un mensaje en WeChat que decía que "todos los servicios de taxi locales serán suspendidos en Xining".

El 27 de enero, otro ciudadano Peng en el condado de Wan’an, provincia de Jiangxi, fue arrestado y detenido durante cinco días por compartir en WeChat que se había confirmado que un paciente estaba infectado con el virus y estaba en cuarentena en un hospital local.

Según los defensores de los derechos humanos chinos con sede en Washington, del 22 al 28 de enero, al menos 325 ciudadanos chinos fueron arrestados acusados de "difundir rumores", "crear miedo" o "alterar el orden social" con sus publicaciones en línea.

La mayoría de estas personas fueron detenidas, multadas y reprendidas. Sus comentarios o artículos "negativos" fueron eliminados y las cuentas de las redes sociales  de algunos fueron cerradas permanentemente.

Una mujer china de los EE. UU. dijo que cuando le dijo a su amiga en WeChat que tres personas que vivían en el mismo vecindario que sus padres en Beijing ya habían muerto por el coronavirus, su amiga inmediatamente le recordó que borrara el mensaje o su cuenta de WeChat podría ser clausurada. "Se puede sentir la tensión [sobre el control de la información] incluso en los Estados Unidos", afirmó.

Reprimir la cobertura de los medios

La revista Caijing, con sede en Beijing, publicó un importante informe de investigación el 1 de febrero sobre las personas que presuntamente murieron de "neumonía regular" y no se contaron como muertes por coronavirus.

Después de entrevistar a más de diez pacientes con coronavirus en Wuhan, a sus familiares y a algunos médicos, el periodista concluyó que "las cifras oficiales de casos de infección y muerte no podían reflejar la verdadera situación".

Este informe mostró la dura realidad de un gran número de pacientes en Wuhan que no pudieron recibir el tratamiento adecuado. Muchos murieron sin ser examinados, y sus muertes no se incluyeron en las estadísticas oficiales.

Dicha información avergonzó al régimen comunista, que pronto ordenó la eliminación del artículo.

Un internauta comentó: "Esta es la situación real en Wuhan. Esos números e informes falsos no pueden ocultar la grave situación de las personas que viven en el epicentro. Hay demasiadas familias que estaban infectadas, y que no pudieron ser tratadas. Muchos ancianos no pudieron hacer otra cosa que esperar su muerte".

Solo dos días después del artículo de Caijing, el departamento central de propaganda de China ordenó que la cobertura mediática de todo el país acerca del nuevo coronavirus pasara por un estricto proceso de aprobación.

King-wa Fu, profesor asociado del Centro de Estudios de Periodismo y Medios de Comunicación de la Universidad de Hong Kong, aseguró al New York Times: "En los primeros días de la crisis, la hostilidad en Internet se había dirigido principalmente a las autoridades locales. Ahora, más de la misma ira está siendo dirigida a los líderes de alto rango, y parece haber más de eso sobre todo. El gobierno chino ha cambiado su estrategia para el control de la información en respuesta a la naturaleza cambiante del descontento público".

Actualización de la epidemia del coronavirus

El 8 de febrero, los funcionarios de salud chinos confirmaron que el nuevo coronavirus se puede transmitir a través de vía aérea, lo que significa que uno puede infectarse al respirar las minúsculas gotas en el aire, que contengan el virus.

Los síntomas de infección incluyen fiebre, fatiga, tos seca y dificultades para respirar. Otros también informaron síntomas como diarrea, dolores de cabeza, palpitaciones, dolor en el pecho, inflamación ocular y dolor muscular.

Desde el 10 de febrero, la mayoría de las ciudades importantes, como Beijing, Shanghái, Guangzhou, Shenzhen y Tianjin, se han unido a una lista de más de 80 ciudades chinas que han promulgado medidas de aislamiento para evitar la propagación del virus.

Al momento de escribir este artículo, el virus se ha extendido a 27 países fuera de China. Japón registró el segundo mayor número de casos con 161, seguido de 45 en Singapur y 38 en Hong Kong.

Otros recuentos de infecciones incluyen: Tailandia 32, Corea 27, Taiwán 18, Malasia 18, Australia 15, Vietnam 14, Alemania 14, EE. UU. 13, Francia 11, Macao 10, Reino Unido 8, Canadá 7, Emiratos Árabes 7, Filipinas 3, India 3, Italia 3, Rusia 2, España 2, Sri Lanka 1, Camboya 1, Finlandia 1, Nepal 1, Suecia 1 y Bélgica 1.

Hong Kong y Filipinas también reportaron un caso de muerte cada uno.