(Minghui.org) Una mujer de la ciudad de Chaoyang, provincia de Liaoning, está demacrada y cerca de la muerte después de ser torturada por su fe en Falun Gong en los últimos tres años.

La Sra. Jiang Wei está cumpliendo una sentencia de prisión de 12 años por demandar a Jiang Zemin, el exlíder del régimen comunista chino que lanzó la persecución a Falun Gong, una práctica espiritual de cuerpo y mente, en 1999.

La persecución de 20 años arruinó la vida de la Sra. Jiang. Antes de su último encarcelamiento, fue encarcelada en un campo de trabajos forzados por tres años y en una prisión por ocho años. Su esposo la dejó debido a la presión de la persecución. Le dieron drogas desconocidas en un hospital psiquiátrico cuando estaba en el campo de trabajo. Eventualmente desarrolló cáncer de estómago.

La Sra. Jiang presentó la denuncia penal contra Jiang en junio de 2015 y posteriormente fue arrestada en noviembre de ese año. El 21 de marzo de 2016, ella compareció en el tribunal de distrito de Shuangta y finalmente fue sentenciada a 12 años. Fue llevada a la prisión de mujeres de Liaoning, el 23 de octubre de 2016.

En su denuncia ella señalo: "Debido a la persecución, perdí mi libertad y mi familia. No me permiten ser hija, esposa ni madre. La amargura y la tristeza de estar separados de mi familia fue abrumadora".

Sra. Jiang Wei

Torturada en la prisión de mujeres de Liaoning

La Sra. Jiang fue puesta en confinamiento solitario en julio de 2018. El espacio era tan pequeño que no podía ponerse de pie. Comió, durmió y se sintió asfixiada en ese lugar. El calor era sofocante y había moscas e insectos por todas partes. Comenzó a vomitar sin control y sufrió un edema generalizado. Quince días después, fue llevada de urgencia a un hospital.

En abril de 2019 fue transferida a una "unidad de entrenamiento intensivo", dedicada a torturar a los practicantes de Falun Gong.

A menudo la golpearon y no le dieron nada de comer. Ella perdió una enorme cantidad de peso y estuvo al borde de colapsar.

Previo sufrimiento y tortura

Durante sus términos anteriores, casi pierde la vida debido a la tortura.

Después de terminar en el campo de trabajos forzados de Masanjia, en octubre de 1999 para cumplir una condena de tres años, los guardias la electrocutaron con picanas eléctricas en las partes sensibles de su cuerpo. Tenía que hacer trabajo no remunerado 17 horas al día y a menudo la azotaban con alambres de metal hasta que se desmayaba. La pusieron en confinamiento solitario durante 31 días, la alimentaron a la fuerza y la estiraron en posiciones retorcidas hasta que perdió la capacidad de cuidarse.

Cerca de la muerte, fue transferida a un hospital psiquiátrico en la ciudad de Shenyang y recibió una inyección que dañó su sistema nervioso central y la hizo perder la memoria.

También le pusieron seis botellas de infusiones intravenosas (con drogas) desconocidas, tres dosis de píldoras no identificadas y otras inyecciones durante dos días hasta que dejó de responder.

El personal del hospital también la ató y le aplicó descargas eléctricas de alto voltaje en la cabeza y las extremidades. Gritó sin cesar hasta que una enfermera paró, al ver que se estaba muriendo. Como no querían que muriera bajo su custodia, las autoridades del campo de trabajo extorsionaron decenas de miles de yuanes a su familia antes de dejarla en libertad condicional médica en junio de 2002.

La Sra. Jiang fue arrestada nuevamente el 2 de abril de 2004 y sentenciada a ocho años.

Fue alimentada a la fuerza con agua salada concentrada durante cinco meses en el centro de detención antes de ser trasladada a la prisión de mujeres de Liaoning en septiembre de 2004.

Los guardias ordenaron a varios prisioneros que la golpearan con mangos de fregona y escobas. Pisotearon su pecho y le lastimaron los pulmones. Como no podía respirar fue ingresada en el hospital.

La Sra. Jiang estuvo encerrada en una pequeña cámara de confinamiento durante seis meses y medio. El frío y el hambre la hicieron vomitar a diario, y eventualmente desarrolló cáncer de estómago.

La forzaron a acostarse en una cama y la ataron en una posición de águila extendida durante días enteros, la más duradera fue de más de 40 días. Se esforzó en vano y no pudo moverse cuando fue liberada.

Fue liberada el 27 de junio de 2012, solo para ser arrestada tres años y medio después por buscar justicia por toda la tortura que sufrió durante la persecución.