(Minghui.org) La Revolución de Febrero estalló en Rusia en 1917, pavimentando el camino para el capitalismo. Pero los bolcheviques, dirigidos por Vladimir Lenin, decidieron tomar medidas más extremas y planear más revoluciones.

Esto encajaba con el plan de Alemania, que estaba en guerra con Rusia en ese momento. Como resultado, Alemania pagó 50 millones de marcos alemanes a Lenin para otra revolución en Rusia para debilitar el país desde dentro, escribió Richard Pipes en La Revolución Rusa.

La Revolución de Octubre: Propaganda y violencia

Horas después de escuchar sobre la Revolución de Febrero desde Suiza, Lenin propuso varias tácticas a los líderes bolcheviques en Rusia sobre cómo tomar el poder, incluyendo "no confiar o apoyar al nuevo gobierno", armar al proletariado, y "no hacer ningún acercamiento de ningún tipo con otros partidos", escribió Victor Sebestyen en una biografía de Lenin en 2017: El hombre, dictador y maestro del terror.

Patrocinados por el gobierno alemán, Lenin y cerca de 30 ciudadanos rusos viajaron desde Zurich hasta Petrogrado (San Petersburgo), donde pronunció un discurso condenando al Gobierno Provisional y haciendo un llamado a una revolución proletaria europea en todo el continente. Estas propuestas, conocidas como las Tesis de Abril, establecieron su agenda comunista adaptada a la situación rusa.

Con la libertad del Gobierno Provisional y el dinero del gobierno alemán, Lenin no perdió tiempo en lanzar más de 40 periódicos prometiendo a la gente "paz (incluida la de Alemania), tierra y pan" —lo cual resultó ser mentira después—. En los meses siguientes, él y otros líderes bolcheviques defendieron estas ideas a través de periódicos y reuniones para convencer a los trabajadores, soldados, marineros y campesinos de unirse a la causa. Los académicos descubrieron que para evitar alienar al público en general, Lenin no hablaba en términos de marxismo y socialismo, sino que abogaba por demoler el sistema existente hacia un país controlado por los trabajadores.

Debido a su papel en la manifestación política armada de julio y a su conexión con Alemania, Lenin fue buscado por el Gobierno Provisional. Como muchos trabajadores empezaron a creer en la propaganda bolchevique, Lenin regresó a Petrogrado y planeó la violencia armada para derrocar al Gobierno Provisional.

Cuando la milicia armada tomó el control de los principales centros de transporte, comunicación, imprenta y servicios públicos de la ciudad en octubre de 1917, los bolcheviques asediaron al gobierno en el Palacio de Invierno. Preparándose para la democracia, el Gobierno Provisional no tenía poder para resistir la violencia de Lenin, otros bolcheviques y los trabajadores engañados.

Secuelas: Lo que la gente recibió

Los historiadores creían que Lenin y los bolcheviques podían movilizar a los ciudadanos comunes porque prometían paz, tierra y libertad, que era lo que buscaban en ese momento. Las tres, sin embargo, resultaron ser mentiras al poco tiempo.

Como se especuló, la Asamblea Constituyente de toda Rusia, un cuerpo constitucional, se reunió en Rusia en enero de 1918. Los bolcheviques no eran la mayoría, pero tenían el control. "La guardia está cansada", dijo el líder de la guardia a los diputados mientras sostenía las armas en la mano. La primera y última asamblea terminó así. A esto le siguieron más años de disturbios. La Guerra Civil duró hasta 1923 y cobró la vida de casi 13 millones de personas.

Lenin emitió el Decreto sobre la Tierra, y le dio la tierra a los campesinos, pero la reclamó una década más tarde en el momento de la colectivización. A principios de la década de 1930, más del 91% de las tierras agrícolas fueron confiscadas de esta manera, lo que incluyó también el ganado y otros activos. Se estimó que entre 7 y 14 millones de personas murieron en la Gran Hambruna del decenio de 1930. El partido comunista chino (PCCh) también repitió este experimento tres décadas después registrando un mayor número de muertes: unos 45 millones durante la Gran Hambruna China entre 1959 y 1961.

Mientras la gente pudo disfrutar de la libertad de prensa, de reunirse y de expresión durante la era presoviética, los bolcheviques terminaron con todos estos derechos en la primera mitad de 1921. La represión de las fuerzas opuestas también fue algo sin precedentes. Después que el menchevismo fue considerado ilegal en 1921, Lenin anunció en el undécimo congreso del partido comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1922 que cualquiera que defendiera el menchevismo sería ejecutado.

Irónicamente, aquellos individuos que ayudaron a Lenin y a los bolcheviques con la publicación y manipulación de las opiniones públicas tampoco pudieron escapar. Entre 1918 y febrero de 1922, se estimó que la policía secreta soviética Cheka mató al menos a 200.000 personas.

"No busque en el archivo de evidencias incriminatorias para ver si los acusados se levantaron contra los soviéticos con armas o con palabras. Pregúntele en cambio a qué clase pertenece, cuáles son sus antecedentes, su educación, su profesión. Estas son las preguntas que determinarán el destino del acusado", instruyó Martin Latsis, jefe de la Cheka ucraniana: "Ese es el significado y la esencia del Terror Rojo".

La cultura también cambió drásticamente. Lenin defendió la libertad sexual, a los anarquistas nudistas a bordo de tranvías, una playa nudista cerca de la catedral de Cristo Salvador, y así sucesivamente.

Como heredero legítimo del Imperio Romano, Rusia no solo adoptó el comunismo políticamente, sino que también se desvió de los valores tradicionales culturalmente.

La sombra de la Revolución de Octubre

Desafortunadamente, algunas personas no son conscientes del daño del comunismo y todavía mantienen sus ilusiones. Después de décadas de profunda infiltración del PCCh, muchos aspectos del mundo libre, incluyendo a Estados Unidos, han cedido con la ideología del comunismo, desde los funcionarios del gobierno y los líderes empresariales hasta el sistema educativo y los medios de comunicación.

Tomemos como ejemplo los medios de comunicación. Desde que Trump asumió el cargo en 2016 y declaró que "En América, no adoramos al gobierno —adoramos a Dios—", muchos medios de comunicación principales lo han atacado por sus esfuerzos para restaurar los valores tradicionales y contrarrestar la ideología del comunismo. Esa propaganda ha puesto a mucha gente en contra de Trump.

Después de expandirse la pandemia del coronavirus, los medios de comunicación intensificaron su ataque hacia Trump, cuando en realidad él rápidamente prohibió los viajes desde China para limitar la propagación del virus. Durante las elecciones, ha habido poca cobertura de los medios de comunicación sobre el posible fraude electoral.

Cuando Trump dio una conferencia de prensa el 5 de noviembre pidiendo unas elecciones justas, las tres principales cadenas de noticias (ABC, NBC y CBS) cortaron la emisión en directo, una táctica que se veía a menudo en las sociedades comunistas. De manera similar, las redes sociales, incluyendo Facebook y Twitter, clasificaron rápidamente muchos mensajes de Trump o de sus partidarios como "desinformación".

Decenas de miles de ciudadanos estadounidenses se reunieron en Washington DC el 14 de noviembre para apoyar a Trump y pedir una investigación sobre el fraude electoral. Una vez más, los medios de comunicación los difamaron y los presentaron como gente violenta. Después que la mayoría de los manifestantes se fueron, otros grupos empezaron a atacar a los partidarios de Trump, pero los medios de comunicación no reportaron estos ataques.

Trump advirtió que su oponente traería el caos y el socialismo a Estados Unidos. Su implacable postura contra el comunismo y la repetición de la "Revolución de Octubre" en Estados Unidos ha atraído el apoyo de personas de otras partes del mundo también, incluida China, donde más de 360 millones de personas han renunciado al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.

El mundo ha sido testigo del terror y la tragedia que ha traído el comunismo. Como el movimiento comunista se extinguió en la Unión Soviética y en los países de Europa oriental, es imperativo que Estados Unidos siga siendo el faro de esperanza en el mundo libre que protege los valores tradicionales.