(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Tuve numerosas enfermedades desde la niñez: problemas estomacales, intestinales, cardiológicos y artritis. También tenía picazón e hinchazón por todas partes cuando me exponía a elementos fríos, ya fuera agua, viento o lluvia. Si no hubiera sido por Falun Dafa, habría sido una inválida.

Mi destino cambió en diciembre de 1998 cuando comencé a practicar Falun Dafa. En seis meses, todos mis problemas de salud desaparecieron. Mi familia y yo, así como nuestros amigos, estábamos asombrados por el poder sanador de Dafa. Cada Año Nuevo Chino, mi esposo siempre se inclina frente al retrato del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) para expresar su gratitud por darme una nueva vida.

Un taller de costura

Dirigí un taller de costura durante más de dos décadas y, durante ese tiempo, recibía muchos clientes todos los días. Los trataba como si fueran mis familiares y aprovechaba cada oportunidad para hablarles sobre Falun Dafa. Cuando se encontraban con dificultades o tribulaciones, mientras que no fueran cosas en contra de los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia de Dafa, siempre hacía todo lo posible para ayudarlos. Les contaba cómo Falun Dafa cambió mi vida y los instaba a renunciar al partido comunista chino (PCCh) por un futuro mejor.

Pude ayudar a muchas personas a resolver sus problemas, desde las malas relaciones con los suegros hasta las peleas entre marido y mujer, y todo tipo de malestares físicos. A menudo compartía cómo manejaba problemas similares como practicante de Falun Dafa, y la gente prestaba atención a mi consejo y veía que sus conflictos desaparecían, el dolor físico disminuía y las familias casi destrozadas se reunían y eran felices nuevamente.

Debido a que me preocupaba sinceramente por mis clientes, más y más personas visitaban mi tienda al enterarse de mí, una practicante de Falun Dafa. Al encontrar problemas, ya fueran grandes o pequeños, la gente quería pedirme ayuda. Sabía que era el Maestro Li quien había organizado estas oportunidades para aclarar la verdad a las personas para que pudieran ser salvadas. Casi todos los que han visitado mi tienda durante esos más de veinte años han aprendido que Falun Dafa es bueno. Muchos también han acordado renunciar al PCCh. A continuación se relatan dos historias.

Un día después del almuerzo, una mujer de unos 40 años vino con una prenda de ropa vieja y me pidió que la convirtiera en un chaleco. Parecía triste y suspiraba todo el tiempo. Le pregunté qué pasaba. Ella no dijo nada al principio, solo sonrió amargamente. Después de un rato, no pudo aguantar más y comenzó a llorar. Dijo que su marido era un contratista y tenía una amante. Inicialmente, él mantenía un lugar aparte para su amante. Más tarde, incluso llevó a la mujer a su propio hogar. Mi clienta quería divorciarse de su marido, pero no quería perder la custodia de ninguno de sus cinco hijos. Incluso si tuviera con ella a todos los niños, no estaba segura de poder permitirse el lujo de mantenerlos. Se sentía desgarrada por la posibilidad de divorciarse y lloraba todos los días. Sus padres también estaban preocupados y se enfermaron.

Mi esposo, que estaba preparando la comida en la cocina, escuchó mi conversación con la clienta. Él le dijo: "Es bueno que estés aquí hoy. Después de que mi esposa se convirtió en practicante de Falun Dafa, ha ayudado a innumerables clientes con sus problemas y enfermedades familiares. Luego de escuchar sus consejos, todos los problemas de esas personas se resolvieron. Creo que también funcionará para ti".

“¿Falun Dafa? La televisión dice que es malo, ¿verdad?”, preguntó la clienta.

"No se puede simplemente creer en los rumores, veamos los hechos", respondí. “En primer lugar, Falun Dafa me devolvió la salud y todos a mi alrededor lo saben. En segundo lugar, debido a mi mala salud desde la infancia, nadie de la familia se atrevía a contradecirme, preocupados de que me enfermara. Como resultado, me volví muy quisquillosa y tenía muy mal genio. Nadie podía hacer nada al respecto. Después de que comencé a practicar Falun Dafa, sus principios realmente me cambiaron, permitiéndome volverme más positiva y de mente abierta como soy ahora”.

"Genial", respondió la clienta con entusiasmo."Dime, ¿qué dicen tus libros de Dafa sobre todos mis problemas maritales?".

Le conté lo que el Maestro dice en la Cuarta Lección de Zhuan Falun:

“Durante el xiulian, cuando estás lidiando específicamente con conflictos o cuando otros te tratan mal, pueden existir dos clases de situaciones: una es que posiblemente tú hayas maltratado a esa persona en tu vida anterior; sin embargo, tu corazón está muy desequilibrado: ¿Cómo me trata así? Pues, ¿cómo trataste tú a esa persona antes? Dices que en aquel entonces no sabías y que en esta vida no importan los asuntos de ese otro periodo de vida; eso no va de ninguna manera”.

“De esto aprendí que nada en este mundo es accidental. Y podría haber relaciones kármicas detrás de tus problemas”, continué. Luego le conté una historia.

Érase una vez un hijo que a menudo golpeaba a su padre, pero trataba bastante bien a otras personas. El padre no podía entender esto hasta que un día conoció a un taoísta. Como el taoísta era bueno adivinando, el padre le preguntó al respecto. El taoísta le explicó las relaciones kármicas. En su ciclo de vida anterior, el hijo había sido un burro que trabajaba muy duro, mientras que su dueño, el padre en esta vida, lo trataba mal y muchas veces lo azotaba sin motivo. En este ciclo de vida, la deuda kármica necesitaba saldarse.

“Sabes, los principios de Falun Dafa son Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Cuando actuamos de acuerdo con la Tolerancia, podríamos soportar el dolor y la deuda podría pagarse, ¿verdad?".

La clienta se sintió aliviada. "Entiendo. Podría haberle hecho algo como esto a mi esposo en el pasado. ¿Qué debería hacer entonces?”.

Le dije que evitar la situación no puede resolver el problema, porque la deuda debe pagarse tarde o temprano. Le aconsejé que tratara bien y con sinceridad a su marido y a su amante. “Puedes pensar de esta manera: ‘cuanto mejor lo haga, antes se saldará la deuda y se acabará la relación extramarital’. Puedes tratar a la amante como a tu propia hermana menor”, continué: “además, vístete un poco más elegante para que tu esposo te recuerde de la misma manera que cuando estaban saliendo hace años”.

"Ve y haz eso, para tus hijos y la familia", le aconsejé. "La esperanza está al final del camino, solo tienes que llegar allí".

“Gracias a ti, y gracias a Falun Dafa”, dijo la clienta.

Después de un tiempo, la encontré en la calle. "Oye, mírame. ¿Te gusta mi peinado y mi ropa?, me preguntó. La miré y ambas sonreímos. Me dijo que la amante se sintió conmovida por su amabilidad y ofreció irse por su propia iniciativa. Incluso se hicieron amigas después de eso. Su marido, también conmovido, se arrodilló frente a ella, suplicando su perdón. Ahora la trataba mejor que nunca. Una vez más, la clienta agradeció a Dafa. Toda su familia también sabía que el PCCh había estado difamando a Dafa y todos renunciaron a las organizaciones del partido.

Un día, vi a su marido y parecía avergonzado. “No sé por qué fui tan estúpido”, dijo. “Pero quiero darte las gracias. Sin ti, mi familia se habría separado hace mucho tiempo. Te prometo que no volveré a hacer esas tonterías". Me alegré por él y le expliqué que fue Falun Dafa lo que salvó a su familia.

Mi esposo también estaba satisfecho con esto. “Has salvado a otra familia”, aseguró.

"No soy yo. Solo soy una mensajera. Fueron Dafa y Shifu quienes los salvaron”, le aclaré y él estuvo de acuerdo.

Otra clienta hizo un pedido de ropa. Tan pronto como terminé de hacer sus ropas a medida, comenzó a criticarlas una y otra vez. Siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, no me quejé e hice ajustes varias veces. Al final, sujetando la ropa, no se la probó y rompió en llanto.

“Por favor, si no le gusta, puedo reembolsar su dinero o volver a hacerlo. ¿Le parece bien?", sugerí.

"No, no es usted", dijo en voz baja: "La ropa no estuvo mal en ningún momento; simplemente no puedo pagarla, así que buscaba pagar menos".

Luego me contó su historia.

Su hijo, que ya tenía ocho años, sufría de una cardiopatía congénita. Una vez se quedó dormido en clase y su maestro le llamó la atención golpeando un libro de texto sobre el escritorio. Se sobresaltó y se desmayó, lo que empeoró aún más su enfermedad cardíaca. Tenía dos bueyes, los cuales vendió para tratar al niño en Beijing con ese dinero. Esta era su primera prenda de vestir nueva, desde que se casó.

"Ya veo. Hay una cosa que puede intentar”, respondí. Le conté los principios de Falun Dafa, los grandes beneficios para la salud y cómo el PCCh maltrataba a practicantes inocentes. Ella estaba conmovida.

“Trate de recitar 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno' con su hijo. Hágalo con sinceridad y es posible que vea milagros”, sugerí. Le dije que podía seguir tratando su enfermedad según lo planeado. También le di un amuleto con esas frases auspiciosas y le di 20 yuanes para algo de comida. Ella me dio las gracias y se fue.

Más tarde, me mudé a otra ciudad, donde mi hijo asistió a la escuela secundaria. Un día, durante las vacaciones de invierno, regresé a mi ciudad natal en el campo. Mientras caminaba por la calle, alguien me dio una palmada en la espalda. Me volví y vi a esa clienta. "¡Finalmente la encontré!", exclamó ella.

Me dijo que el dinero de los dos bueyes ni siquiera se acercaba a los gastos del tratamiento y la hospitalización. Ella era demasiado pobre y tampoco nadie le prestó dinero. Para salvar a su hijo, todos los días se lavaba las manos y recitaba sinceramente “Falun Dafa es bueno” y “Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno” unas cuantas veces. Milagrosamente, el niño fue mejorando cada vez más. Después de graduarse de la escuela secundaria, trabajó como guardia de seguridad donde vivía su tía.

Su hijo también llevaba el amuleto todo el tiempo. Una vez, mientras lavaba su ropa, su tía encontró el amuleto. Debido al lavado de cerebro por la propaganda difamatoria del PCCh, tuvo miedo y lo quemó. Al escuchar esto, el muchacho se estresó y se preocupó, y volvió a enfermarse. La clienta me había estado buscando por todas partes hasta ese día.

Le dije que recitando sinceramente las dos frases, el resultado sería el mismo. Pero ella era persistente y todavía quería un amuleto solo para asegurarse. Me puse en contacto con otros practicantes, obtuve un amuleto y se lo di.

Más tarde, les conté a otros acerca de las historias de estas dos mujeres y muchas personas dejaron de creer en la propaganda del PCCh.

Mi deseo es salvarte

Las cosas han cambiado en los últimos cinco años cuando me mudé a otra ciudad y encontré un trabajo como cajera en un restaurante de tamaño medio. Como practicante de Dafa, trabajé duro y me gané la confianza del propietario. También le hablé sobre Falun Dafa y aceptó renunciar a las organizaciones del PCCh.

Para ayudar a más personas a renunciar al PCCh, preparé algunos billetes con mensajes sobre Falun Dafa impresos. Luego les di estos billetes a los clientes como cambio. Debido a que el dueño me pidió que guardara el dinero en un gabinete en la cocina, no era conveniente ir y venir para recuperar el dinero. No obstante, encontré una manera más fácil. Saqué un viejo par de pantalones con cuatro grandes bolsillos de mi armario. Al colocar los billetes con diferentes denominaciones en cada bolsillo, no tuve que ir a la cocina tantas veces.

A medida que confiaba cada vez más en mí, el propietario luego mantuvo la caja fuerte en la parte delantera de la registradora, lo que me facilitó las cosas. Esta fue una decisión que tomó después de observarme durante mucho tiempo. De hecho, confiaba en mí más que en sus amigos o familiares. En el pasado, solía pedirle ayuda a un familiar, quien terminaba robándole dinero de vez en cuando. Como resultado, el dueño del restaurante a veces se jactaba ante sus amigos: “Debo haber hecho cosas realmente buenas en mi vida anterior; de lo contrario, ¿por qué el Cielo me daría un practicante de Falun Dafa que no toma ni un centavo del negocio? Incluso cuando se olvida de cobrar una botella de agua, usa su propio dinero para compensarlo”.

Más tarde, el propietario me asignó más responsabilidades, incluida la compra de todo lo necesario en el restaurante, desde arroz y verduras hasta pescado, carne y otros artículos. De esta manera pude ponerme en contacto con muchas más personas y hablarles sobre Falun Dafa. También gastaba los billetes con mensajes de Falun Dafa en todos los lugares a los que iba. Al principio, no le dije al dueño que había cambiado, yuan por yuan, los billetes regulares por los escritos con mensajes de Falun Dafa. Más tarde, le expliqué por qué y no se opuso en absoluto. Incluso cuando necesitaba gastar dinero, a menudo pedía cambiar sus billetes por los míos que tenían mensajes de Falun Dafa. Me dijo que también quería usar esos billetes especiales.

El propietario es de China central y muy conocedor de los negocios. Me proporcionó alojamiento y comida y me pagó 2.500 yuanes al mes. La compensación total no era tan alta y era una ganga para él. Sin embargo, realmente le agradecí por su apoyo a Dafa y mis esfuerzos de clarificación de la verdad. Nunca se opuso cuando les conté a los comensales sobre Falun Dafa.

Cuando el negocio estaba tranquilo, a veces charlaba con los comensales. Por lo general, cuando terminaban de comer, les había contado los hechos básicos de Falun Dafa y habían acordado renunciar al PCCh. Un amigo del dueño del restaurante dijo que le gustaban mis habilidades de servicio al cliente. “Si algún día dejas de trabajar aquí, puedo abrir un restaurante y te contrataré con un salario alto”, dijo. Le di las gracias y, como le expliqué, también accedió a renunciar a las organizaciones del PCCh.

Durante los días que estuve trabajando allí, el restaurante siempre marchó bien. Me llevaba bien con la familia del dueño y éramos como hermanos. Cuando llegaban nuevos comensales, a veces pensaban que yo era la dueña. Mucha gente confiaba en mí y aprendió de mí los hechos de Dafa.

No muy lejos del restaurante había un mercado de pulgas. Pasaba por allí todos los días cuando iba de compras. Les conté a todos los de allí sobre la persecución a Dafa y casi todos renunciaron al PCCh, excepto un hombre mayor. Tenía 85 años y se negó a renunciar a las organizaciones del PCCh por mucho que lo intentara. Pero no me rendí y siempre le hablaba algunas palabras cada vez que pasaba.

Un día me dijo: “Hija, ya tengo más de 80 años y no le tengo miedo a la muerte. Solo quiero unos días tranquilos, así que por favor no pierdas el tiempo conmigo”.

"Tío, salvarte es mi deseo", respondí.

Como estaba en el horario de trabajo y no podía quedarme mucho tiempo, solo pude hablar unas pocas palabras con él. Sin embargo, creía que él podría cambiar de idea algún día.

Una vez, un practicante me dio un reproductor de música que estaba precargado con archivos de audio que exponían la persecución del PCCh a Falun Dafa. Se lo di al hombre mayor y él lo aceptó. Después de que terminó de escuchar los archivos de audio, me devolvió el reproductor.

"Tío: ¿has experimentado lo que se describe en el reproductor?", le pregunté. “Más de lo que crees”, respondió. “El PCCh es brutal y despiadado. Por favor, cuídate".

"Gracias. El PCCh quiere que la gente se desvíe de la tradición y de lo divino, por eso el Cielo lo eliminará”, dije. “Al unirse a las organizaciones del PCCh, todos prometieron dedicar su vida al régimen. Por eso me preocupan mucho las buenas personas como tú".

Le dije que cambiaría de trabajo en unos días. "¿Recuerdas mi deseo?", le pregunté.

Me miró, silencioso, con lágrimas en los ojos. Luego se alejó.

Después de eso, seguí pensando en él. Fortalecí los pensamientos rectos para eliminar las interferencias de las viejas fuerzas para salvar a la gente. Mirando hacia atrás en las últimas décadas, el PCCh había lanzado innumerables campañas políticas para incitar al terror y al miedo. Incluso si la gente supiera que es malo, no se atreverían a hacer nada.

Después de la hora del almuerzo del día siguiente, mientras estaba leyendo un libro de Dafa en la caja, el anciano vino a buscarme.

“Pobre muchacha, pasaste los últimos tres meses contándome todo esto”, dijo. “Sabes, anoche no pude dormir bien. Estaba pensando que ya tengo más de 80 años. Ya no hay nada que me dé miedo”.

“Entonces, vine a decirte que sí, por favor ayúdame a renunciar al PCCh, con mi nombre real”, dijo mientras sostenía mis manos con los ojos llenos de lágrimas.

Yo también estaba llorando. Le agradecí al Maestro que, después de estos muchos días, una persona más haya sido despertada por la verdad.

Trabajé en ese restaurante durante cinco años. No sé cuántos billetes con mensajes de Falun Dafa había hecho circular, ni recordaba cuántos renunciaron a las organizaciones del PCCh por mí. Solo sabía que trataba a todos como a mi familia. Soy una practicante de Dafa y estoy aquí para ayudar a salvar a la gente.

Salvar a la gente durante la pandemia

La enfermedad del coronavirus estalló a principios de este año y casi en todas partes hubo confinamientos. Otro practicante anciano y yo salíamos a menudo juntos, charlábamos con la gente y le contábamos sobre Falun Dafa. Íbamos a la estación de autobuses, adonde estaban los vendedores ambulantes o a cualquier lugar donde pudiéramos encontrar peatones.

Después de un tiempo, se levantó el cierre del parque local y más personas fueron a disfrutar del parque. Un día, fui al parque y vi a dos hombres de 70 años sentados en un banco. Los saludé y les pregunté si podía sentarme con ellos para charlar.

"Seguro", dijo uno: "siempre que no nos pidas que renunciemos al PCCh". No me desanimé y les dije quién era y de dónde era. Les comenté que había varios practicantes de Falun Dafa en mi pueblo natal y que todos eran gente agradable. “Además, he practicado Falun Dafa durante 22 años. En el pasado, tenía varias enfermedades y era alérgica a muchos medicamentos. Fue Falun Dafa lo que me hizo saludable”, expliqué.

Dije que Falun Dafa se hizo muy popular a través del boca a boca en un corto período de tiempo desde que se presentó al público en mayo de 1992. Para julio de 1999, alrededor de 100 millones de ciudadanos de toda China en diversas profesiones habían estado practicando Falun Dafa. Por celos, Jiang Zemin, el entonces líder del PCCh, lanzó una persecución nacional a Falun Dafa en julio de 1999. Les recordé a los dos hombres que el PCCh promueve la violencia y el odio, totalmente opuestos a los valores tradicionales adoptados por Falun Dafa.

Debido a que está en contra de la humanidad, el PCCh está condenado. "No queremos hundirnos con eso, ¿verdad?", pregunté.

“De acuerdo, pero somos ciudadanos comunes, ni siquiera líderes del PCCh. ¿Por qué es relevante para nosotros?", preguntó uno de los dos hombres.

“Todos pueden decidir por su cuenta, ya sea siguiendo la conciencia o siguiendo al vicioso PCCh”, contesté. “Al unirnos a las organizaciones del PCCh, todos prometimos dedicar nuestras vidas a ello. Si es cierto, ¿no lo seguiríamos cuando se elimine definitivamente de la historia? ", agregué.

“Quiero renunciar al PCCh”, dijo uno de ellos.

"Yo también", siguió el otro.

Otro día, vi a una persona sentada en un banco que parecía un funcionario del gobierno. Le dije hola y me uní a él. Después de que dijimos algunas palabras, comencé a hablar sobre Falun Dafa.

“Falun Dafa es bueno; de lo contrario, ¿cómo es que hay tanta gente que lo practica?", razonó y continuó preguntando: "¿Pero por qué están en contra del PCCh?".

Le expliqué que nosotros, los practicantes, solo queremos ser ciudadanos mejores y más saludables. Es el PCCh el que dañó a los ciudadanos chinos y reprimió a la gente, incluidos los practicantes de Falun Dafa. “Para justificar la persecución, el PCCh inventó mentiras como la farsa de autoinmolación de la Plaza Tiananmen para incitar al odio, alejando a un gran número de chinos de Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, dije. “Además, los funcionarios del PCCh incluso mataron a practicantes para lucrar con la venta de sus órganos. Esto es algo que solo el mal haría".

A lo largo de su historia en las últimas décadas, el PCCh ha inventado muchas mentiras. “Por ejemplo, todos sabemos que las gallinas ponen huevos. Pero si el PCCh afirma que los huevos vienen de los árboles, nadie puede desafiar eso. ¿Crees que esto es normal?". Y agregué: “No es que estemos en contra del régimen. Simplemente le decimos a la gente los hechos y la gente necesita saber la verdad".

Se puso de pie y, mientras hacía una reverencia, me dijo: "Sí, por favor ayúdame a renunciar al PCCh".

Creo que, como discípulos de Dafa, tenemos que hacerlo bien en nuestra cultivación personal. Independientemente de las apariencias, debemos cumplir con las expectativas y hacer las cosas con solidez. Planeo hacerlo bien en lo que queda en mi viaje de cultivación.