(Minghui.org) Otra vez es el Festival de Medio Otoño, una ocasión especial para reunirnos y agradecer. Aunque nosotros, los practicantes de Falun Dafa en China, no podemos reunirnos con el Maestro, cuando pienso en mis últimos 14 años de cultivación en Falun Dafa mi corazón está lleno de aprecio y gratitud. En esta ocasión especial, me gustaría compartir mi historia de cultivación con mis compañeros practicantes y expresar mi gratitud por la gracia infinita del Maestro.

Yo solía vivir una vida miserable. No solo porque sufría de múltiples enfermedades, sino también porque a menudo tenía problemas familiares. Esto era especialmente evidente con mi marido, que tenía mal genio, siempre estaba borracho, le gustaba el juego e incluso tenía aventuras con muchas mujeres.

Siempre admiré a mi cuñada, porque cada vez que la veía, estaba siempre sonriente y tranquila. A menudo me contaba cómo ella y toda su familia se beneficiaban de la práctica de Falun Dafa tanto física como mentalmente. Deseaba que un día pudiera vivir como ella.

Mi sueño se hizo realidad el 16 de agosto de 2006, cuando finalmente superé diferentes obstáculos y comencé a practicar Falun Dafa. Desde entonces, mi mentalidad y mi vida han cambiado para mejor.

Mi esposo y yo somos dueños de una tienda de abarrotes en el primer piso de nuestro edificio. Soy la única que cuida de la tienda y también hago todas las tareas domésticas. Un día estaba cerca de la hora de comer, y le pregunté a mi marido, que estaba bebiendo té en el segundo piso: "Después de que termines el té, ¿podrías atender la tienda mientras cocino?".

Para mi sorpresa, estaba indignado y empezó a maldecirme. Recordé que yo era una practicante de Falun Dafa y que debía escuchar lo que el Maestro nos decía y seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. No me defendí y volví a bajar las escaleras.

Sin embargo, cuando casi había llegado al primer piso, mi marido gritó desde arriba, "¡Te voy a quemar!". Entonces, me aventó una tetera con el agua hirviendo. Miré hacia arriba, de alguna manera la tetera bajó lentamente y aterrizó en una caja en el primer piso. No se derramó el agua hirviendo.

Mi marido bajó corriendo y se sorprendió cuando vio dónde había caído la tetera. Exclamó: "¡Increíble! ¡Increíble!". Pero yo sabía que era el Maestro fue quien me protegió... seguro congeló la tetera en otra dimensión y bajó lentamente.

Catorce años han pasado desde entonces. Todavía sigo siempre los principios de Falun Dafa y estoy mejorando continuamente mi carácter y mi salud. No importa cómo mi marido abusó de mí, nunca me defendí. Gradualmente, él cambió. Eliminó muchos malos hábitos y empezó a cuidar de nuestro negocio y de nuestros nietos. Mi vida familiar se volvió más y más armoniosa. Mis hijos dirigen bien sus negocios y mi hija tiene un buen matrimonio.

Siempre comparto mi propia experiencia con mis amigos y parientes, y les digo lo maravilloso que es Falun Dafa mientras expongo la brutal persecución en contra de los practicantes de Falun Dafa. Espero que más gente sea consciente de la verdad y sea bendecida.