(Minghui.org) En una plática informal con un nuevo colega a principios de 2015, me enteré de algunos aspectos turbios del partido comunista chino (PCCh). Más tarde, a través de Wechat me envió mucha información no disponible en China.

Creí lo que leí. Poco después, un internauta me envió la versión electrónica de Zhuan Falun. Debido a que había escuchado que Falun Dafa es perseguido por el PCCh, tenía curiosidad al respecto.

Aunque mi corazón estaba lleno de ira hacia el PCCh, no tenía mucho interés en leer el libro. Lo leía un poco durante algunos días y me tomó más de seis meses terminar de leerlo.

Entonces toda mi cosmovisión cambió por completo. En ese momento no tenía ninguna idea sobre la cultivación. Solo sabía que lo que enseña Zhuan Falun es bueno, pero no estaba seguro si debía cultivarme. ¿El Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) realmente me cuidaría?

A veces, de repente recordaba el contenido del libro y entendía de qué se tratan los altibajos de la vida; no podía contener el llanto. Lentamente fui despertando.

Mi cuerpo estaba siendo limpiado

Más de seis meses después, un practicante me dio una copia impresa de Zhuan Falun. Lo leí inmediatamente y aprendí los cinco ejercicios.

Durante ese período no fui a trabajar por motivos físicos. Un día, cuando me levanté, parecía tener una capa gruesa de pasta en mi cabeza con un dolor de cabeza muy intenso.

Padecí neurastenia y anemia severa durante más de diez años y ningún día dejaba de dolerme la cabeza. Si alguna noche lograba dormir, me sentía mucho mejor cuando despertaba el día siguiente.

No obstante, después de un día de trabajo, quedaba exhausto y sin energía ni para hablar. Pero esta vez mi dolor de cabeza era diferente. Quise acostarme cuando vi la cama, aunque no me sentía agotado. Apenas si logré mantenerme despierto una hora o dos y luego me quedé dormido.

Durante unas pocas horas al día estaba medio despierto y el resto del tiempo dormía. Esto se prolongó durante cinco o seis días. Mis síntomas mejoraron gradualmente, descubrí que mi cabeza no me dolía tanto como antes y que me sentía más ligero. Aunque estaba muy contento, también me sentía diferente.

Un día pensé: "¿Esto es lo que dice el Maestro Li en el libro sobre la purificación de los cuerpos de los practicantes?". Más tarde, cuando hablé por teléfono con un practicante, me dijo que eso era algo bueno. Tuve tres de esas experiencias y mi dolor de cabeza cada vez fue menos severo.

El Maestro dijo:

“En el pasado, estudiantes de diferentes regiones, al escribirme sus informes de experiencias mencionaron este asunto: «Ah, Maestro, después de escuchar el seminario, al regresar, en todo el camino busqué retretes hasta llegar a casa». Esto pasa porque todos los órganos internos tienen que ser purificados" (Segunda Lección, Zhuan Falun).

En una ocasión tuve diarrea durante más de una semana sin ninguna otra molestia. Padecí hipotiroidismo durante casi 20 años y simplemente desapareció después de que comencé a practicar Dafa.

También dejé de tomar medicamentos el año en que comencé a practicar Dafa y, hasta hoy, no he necesitado tomar medicamentos.

La relación con mi madre mejora

Desde que comencé a practicar Dafa, el obstáculo más difícil ha sido la relación con mi madre. Mi actitud hacia ella era muy mala y a menudo discutíamos.

Mi desprecio por ella se acumuló a lo largo de los años, lo que me llevó a preguntarme: "¿Qué tipo de relación tuvimos en nuestras vidas pasadas para que las cosas sean como son ahora?".

Ya que nuestra relación era muy difícil, también pensé que podría devolverle lo que le debía de alguna otra manera posible. Cada vez que pensaba en el Fa de Shifu, también me arrepentía. Pero tan pronto como me enfrentaba a mi madre, me olvidaba por completo de Dafa.

Siempre que decía algo inaceptable, de inmediato perdía los estribos e incluso la reprendía con palabras desagradables, porque eso me hacía sentir mejor. Cuando el Fa de Shifu me sensibilizaba, trataba mejor a mi madre, pero no pasaba mucho tiempo para comenzar la siguiente pelea. Esto continuó hasta febrero de este año.

Debido al estallido de la pandemia de Wuhan, me puse nervioso. El desastre profetizado había llegado y el tiempo se estaba acabando.

Solo he estudiado una pequeña parte de las lecciones y escrituras de Shifu, así que me di cuenta de que debía apurarme y estudiar más el Fa. A partir de ese día, me propuse estudiar al menos una de las conferencias del Maestro todos los días.

Un día me di cuenta de que la razón por la que estaba tan harto de mi madre era porque seguía diciendo cosas sin pensar y haciendo cosas inesperadas. La corregía, pero ella seguía cometiendo el mismo error.

Solía justificar mi propio punto de vista pensando que ella siempre había sido así.

El Maestro dijo:

“…ya que hacemos el xiulian en la sociedad de la gente común, respetar a nuestros padres y educar a nuestros hijos son todos deberes; en todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aún con tus parientes" (Sexta Lección, Zhuan Falun).

Esto me hizo darme cuenta de que los cultivadores deben tratar a todos bien y ser amables con los demás, incluso cuando los demás te tratan mal. ¿Por qué no puedo aceptar a los demás como son?

El estado de un cultivador debe ser pacífico y mi actitud hacia los demás no debe verse influenciada por su buen o mal comportamiento; debo ser amable con los demás incondicionalmente.

Solo si cambio desde adentro, el entorno a mi alrededor mejorará. Después de levantarme al día siguiente, mi estado de ánimo inmediatamente cambió y muchos menos factores en mi mente me hicieron sentir exasperado con mi madre.

Me prometí internamente que no volvería a pelear con ella. Le hablé en voz baja y le expliqué pacientemente por qué se hacía una cosa de cierta manera y qué estaba mal en la otra.

Sabía que Shifu había eliminado los factores malignos.

Aprendiendo a mirar hacia mi interior

Hace unos años, bajo el arreglo de Shifu, conocí a otra practicante en línea. Inspirado por ella, aprendí a encontrar mis propios apegos.

Cuando estoy en medio de un conflicto puedo ver todo tipo de apegos ocultos en mis propias reacciones, cambios emocionales y pensamientos. Después de encontrar mis apegos, de inmediato los niego.

Pienso: “Este tipo de pensamiento no es mío, deshazte de él; ese pensamiento no es mío, elimínalo". Aunque el apego todavía esté ahí, este hábito me mantiene alerta.

Porque una vez que me relajo y no lo niego, después de algún tiempo creo que esos conceptos y pensamientos son míos y pueden seguir siendo explotados por las viejas fuerzas.

El Maestro dijo:

"Este universo nuestro además tiene un principio que se llama sin pérdida no hay ganancia, para ganar hay que perder” (Séptima Lección, Zhuan Falun).

Poco a poco llegué a preocuparme cada vez menos por mi propio interés. Si alguien más prometía darme algo, pero no lo cumplía, me daba cuenta de que debía haberle debido algo en una vida anterior.

Si no es así, y se lleva lo que debería pertenecerme, entonces yo también estoy feliz. Soy un cultivador y lo más precioso que tiene un cultivador es la "virtud". ¿No me compensó con virtud?

También aprendí a mirar hacia mi interior para comprender las cosas que suceden a mi alrededor. Por ejemplo, para escuchar las conferencias del Maestro, compré un reproductor que funcionó muy bien. Pero el segundo reproductor que compré no lo hizo. A veces funcionaba y a veces no oía ningún sonido cuando lo encendía. Esto duró casi un año y pensé que se debía a la mala calidad del reproductor.

Recientemente entendí que el problema con el reproductor era un recordatorio de mi estado de cultivación: a veces estudiaba el Fa y otras veces no.

Después de darme cuenta de esto, estudié el Fa más que antes. El reproductor ha funcionado muy bien desde entonces. Estaba pensando en deshacerme de él, pero ahora estoy muy contento porque el reproductor renació debido al cambio en mi forma de pensar.

A menudo suspiro ante las maravillas de la cultivación y me siento muy afortunado de haber podido obtener el Fa. Al mismo tiempo me avergüenza mi falta de diligencia y por preocupar al Maestro.

Me dieron muchas pistas, pero no las entendí y perdí un tiempo precioso. No tengo palabras para expresar mi gratitud a Shifu y a Falun Dafa.