(Minghui.org) He practicado Falun Dafa durante 22 años. Siempre que he encontrado dificultades, he sentido la protección compasiva del Maestro Li. Es el Maestro quien me anima cuando me enfrento a las tribulaciones y quien me ha mostrado el poder de Dafa.
Eliminando los apegos
Hace cuatro años, descubrí que mi marido tenía una aventura. Esto me conmocionó, enojó, humilló y entristeció. Las nociones humanas llenaron mi mente con pensamientos de resentimiento y lucha, lo que intensificó nuestros conflictos familiares. El ambiente en casa era muy tenso, y nuestro hijo también acabó angustiado.
Discutí con mi marido. Finalmente me dijo que no volvería a ver a esa mujer. Pero poco después, descubrí que seguía viéndola. Volví a discutir con él. Dejé de cocinarle durante una semana y lo ignoraba. Solía usar las maneras de la gente común para mostrarle lo enojada que estaba, y varias veces deseé que se fuera de casa para siempre.
Sabía que era una cultivadora y que no debía hacer cosas que no se ajustaran al Fa, pero no podía dejar de lado mis apegos. Pasó algún tiempo hasta que comprendí que para salir de aquella situación, tenía que estudiar más el Fa.
Cuando no podía concentrarme en el estudio del Fa, miraba los videos de las enseñanzas del Fa del Maestro. Me di cuenta de que si no podía superar aquella tribulación, el Maestro se entristecería.
Una vez en un sueño vi que había asesinado a mi marido en una vida pasada. Tenía una deuda, y ahora tenía que pagársela.
Como no me cultivaba bien le había hecho daño y ahora nuestra familia estaba en crisis. Decidí eliminar todas mis nociones humanas de resentimiento, lucha, sospecha, fama y fortuna. Lo que me resultó más difícil es dejar de sospechar.
Mientras lidiaba con esto, el Maestro me iluminaba y me lo recordaba. Cada vez que sospechaba, inmediatamente recitaba el Fa para eliminar aquello.
El Maestro nos dijo:
“El Fa puede revelar todos los apegos, el Fa puede erradicar todas las perversidades, el Fa puede exponer y eliminar todas las mentiras y el Fa puede fortalecer los pensamientos rectos” (Eliminen la interferencia, Escrituras esenciales para mayor avance (II)).
Acabé superando aquella tribulación familiar. Dos jóvenes practicantes me ayudaron a estudiar y entender el Fa más profundamente. Me asimilé a los altos estándares de Dafa y me di cuenta de que el Maestro usaba esto para desenterrar todas mis nociones humanas y eliminarlas completamente.
Mi marido y yo llevamos juntos una pequeña tienda. He dejado de ser dominante y egocéntrica. Ahora se preocupa por mí y nos hemos reconciliado.
Durante el proceso de cultivación, superando pruebas, mejorando el xinxing y atravesando las tribulaciones, realmente experimenté la compasión del Maestro.
El Maestro dijo:
“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Primera Lección, Zhuan Falun).
Mientras tengamos pensamientos y acciones rectas y actuemos de acuerdo con el Fa, el Maestro arreglará lo mejor para nosotros. El Maestro y Dafa me otorgaron una familia feliz.
Soltando las nociones humanas
Mi hija nació antes de que yo comenzara a practicar Falun Dafa. Tres meses después de nacer, lloraba sin razón, por no menos de una hora cada vez. Esto era muy inusual y no cesaba en toda la noche. También se resfriaba a menudo. No sabía qué hacer.
Desesperada, pensé en la vecina de mi madre que era practicante de Falun Dafa. Le pedí que me ayudara a cuidar de mi hija.
Cuando llevaba a mi hija a la casa de la mujer, mi hija no lloraba ni hacía ruido y estaba muy tranquila, lo cual era asombroso. Debido a esto, comencé a practicar Falun Dafa.
Cuando mi hija empezó a hablar, se quedaba conmigo cuando yo estudiaba el Fa. En cuanto pudo hablar, le enseñé a recitar Hong Yin y a leer Zhuan Falun.
En la escuela primaria, a mi hija le fue bien sin recibir clases de apoyo. Sin embargo, cuando comenzó la secundaria, me convertí en una persona común y gasté dinero en establecer contactos que pudieran ayudarla.
Luego la inscribí en clases de apoyo para ayudarla a entrar en una escuela secundaria importante, que es lo que haría una persona común. No me consideré una cultivadora, y el resultado fue contraproducente. Mi hija se cansó de la escuela, como una niña normal, y comenzó a rebelarse.
Estaba preocupada por ella... era tan joven. Si no iba a la escuela, ¿qué le depararía su futuro?
De hecho, no podía dejar de lado estos apegos. Cuando llegó el momento de la escuela secundaria, la admitieron en una muy mediocre.
Entonces, cambié. Me negué a seguir dejándome llevar por las ideas de la gente común y de presionarla para que participara en las clases de apoyo. Y, aunque tuviera que estudiar mucho, le insistía en que leyéramos el Fa juntas.
Siempre había sido una de las mejores de su clase, y después de terminar el último examen de ingreso a la universidad, dijo: "¡El Maestro me ha concedido sabiduría!".
De hecho, su puntuación final fue cerca de 100 puntos más alta que la puntuación del examen de prueba. La admitieron en una universidad excelente. Continuó estudiando el Fa en la universidad mientras estudiaba con fuerza su carrera. La seleccionaron para que estudiara en el extranjero. El Maestro le dispuso lo mejor.
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Categoría: Caminos de cultivación