(Minghui.org) La historia es una lección útil que debemos aprender. Cuando el partido comunista chino (PCCh) estaba a punto de tomar el control de China continental hace 70 años, los académicos chinos enfrentaron un dilema: ¿quedarse con el PCCh o partir con el Kuomintang, hacia Taiwán?

Algunos, como Hu Shih, exembajador de China en Estados Unidos (1938 a 1942), optaron por irse. Ellos pudieron mantener su integridad personal y continuaron transmitiendo la idea de libertad en el mundo libre. Algunos optaron por quedarse, como Chen Yinke, uno de los más grandes historiadores chinos de la época. Terminaron sufriendo movimientos políticos sin fin y perdieron la libertad académica, la dignidad humana o incluso la vida.

Al reflexionar sobre sus historias, uno puede aprender que, cuando se trata del PCCh, es importante ver a través de su verdadera naturaleza en lugar de confiar en la imagen optimista que pinta.

El grito de Hu Shih

A fines de 1948, el PCCh había predominado en la guerra civil contra el Kuomintang, el entonces partido gobernante en China que había llevado a China a ganar en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno del Kuomintang envió tres aviones para evacuar a eruditos famosos de Beijing, dado que estaba perdiendo las batallas en el norte de China.

Hu Shih fue uno de los filósofos y ensayistas chinos más reconocidos. También se había desempeñado como embajador de China en Estados Unidos, presidente de la Universidad de Beijing y más tarde presidente de la Academia Sinica en Taipéi. Estaba en Nanjing, la capital del gobierno del Kuomintang, cuando se desplegaron los aviones de evacuación. El plan era recoger a algunos académicos de Beijing, después a algunos más en Nanjing, antes de ser llevados a Taiwán.

Hu fue al aeropuerto para reunirse con los académicos de Beijing. Cuando se abrió la puerta del primer avión, se sorprendió al ver que estaba vacío. El segundo avión estaba vacío también ... De los 81 eruditos más renombrados en Beijing para ser evacuados, solo 22 aceptaron la oferta, de los cuales 10 fueron a Taiwán con el gobierno del Kuomintang y 12 a Estados Unidos o Europa. Los 59 restantes optaron por permanecer en Beijing.

Hu lloró abiertamente en el aeropuerto, como si pudiera prever el futuro sombrío de quienes eligieron quedarse con el PCCh.

Dejando el PCCh

El PCCh intentó mantener a Hu en Beijing antes de que se fuera a Nanjing, por su gran influencia en la academia y la política. Mao Zedong, entonces el máximo líder del PCCh, le envió a Hu un mensaje diciendo que podría desempeñarse como presidente de la Biblioteca de Beijing, si optaba por permanecer en el continente. El estudiante de Hu, Wu Han, un alto funcionario del PCCh, también envió un mensajero, para pedirle a Hu que se quedara.

Hu respondió con una frase: "¡No le crean al PCCh!".

También le pidió al mensajero que le dijera a Wu Han: “La Unión Soviética tiene pan pero no libertad; los Estados Unidos de América tienen pan y libertad; pero cuando venga el PCCh, no habrá pan ni libertad".

Ya en 1919, Hu había reconocido que "el marxismo y el socialismo son solo sueños auto engañosos". En 1946, Hu escribió un artículo "Sobre dos partidos fundamentalmente diferentes", afirmando que hay dos tipos de partidos fundamentalmente diferentes: uno es el partido en el Reino Unido, Estados Unidos y Europa Occidental, y el otro es el partido comunista en la Unión Soviética, el Partido Fascista en Italia y el Partido Nazi en Alemania. Los dos tipos se dividen con la línea de libertad frente a no libertad, independencia frente a no independencia y tolerancia frente a intolerancia.

A pesar de la repetida invitación del PCCh, Hu dejó el PCCh y se fue a Taiwán.

Fu Sinian fue considerado uno de los mejores eruditos en estudios de historia y literatura china del siglo XX. En julio de 1945, él y algunos académicos visitaron Yan'an, una ciudad del noroeste que servía como sede del PCCh. Tuvo una conversación privada con Mao Zedong durante una noche. Sin embargo, a diferencia de otros eruditos que elogiaron el viaje de Yan'an, Fu pensó que el sistema de Yan'an era puro despotismo y oscurantismo. Descubrió que Mao estaba muy familiarizado con todo tipo de novelas, especialmente las de mal gusto, y que Mao usaba esos materiales para estudiar la psicología de la gente para controlarlos.

Por lo tanto, Fu no dudó en dejar China continental y luego se desempeñó como presidente de la Universidad Nacional de Taiwán.

Qian Mu, uno de los "Cuatro historiadores modernos" en China, fue otro erudito de nivel de maestría que tenía una comprensión clara del PCCh. Después de en abril de 1949, el ejército del PCCh cruzó el río Yangtze para atacar el Kuomintang en el sur de China, Qian Jibo, un erudito especializado en literatura china clásica, sugirió que Qian Mu permaneciera en el continente.

Qian Mu le preguntó a Qian Jibo: “Ha estado estudiando literatura. ¿Puede ver alguna actitud de generosidad y tolerancia en el anuncio oficial del PCCh de cruzar el río Yangtze?".

Qian Jibo guardó silencio.

Mao Zedong escribió ese anuncio. De allí, Qian Mu leyó que Mao no toleraría a nadie con opiniones diferentes y por lo tanto, decidió abandonar China continental. Continuó su enseñanza en Hong Kong y fue mentor de muchos estudiantes.

Permanecer con el PCCh

Qian Jibo decidió confiar en el PCCh. Pero su final fue trágico. En 1959, durante el movimiento político del PCCh para destruir a los “malos” eruditos principales, su manuscrito, el cual le tomó mucho tiempo escribir, fue quemado en su mayor parte. Se deprimió y murió.

Chen Yinke, un catedrático de literatura china, fue llamado el "maestro de maestros". Partió con Hu Shih de Beijing a Nanjing, pero luego decidió quedarse en el continente con el PCCh. Él soportó mucho sufrimiento durante los movimientos políticos del PCCh, ya que eligió no entregar su conciencia al partido.

El PCCh retuvo su salario y congeló su cuenta bancaria durante la Revolución Cultural. Chen fue torturado hasta que quedó ciego y desarrolló una patología cardíaca y muchas otras enfermedades. Los Guardias Rojos (adolescentes que juraron ser leales solo a Mao Zedong) pusieron algunos altavoces de tono agudo junto a su cama para asustarlo. Incluso cuando estaba en sus últimos días, los Guardias Rojos le exigían que "confesara sus crímenes". Como Chen describió de su experiencia: "Vivo como en una celda de prisión para los condenados a muerte".

Ni siquiera los funcionarios del PCCh pudieron escapar de la tortura.

Wu Han, a quien mencionamos anteriormente, un renombrado historiador en la dinastía Ming y alumno de Hu, se convirtió en el rector a cargo tanto de la Universidad de Beijing como de la Universidad de Tsinghua. Como activista del partido, se desempeñó como vicealcalde en Beijing.

Sin embargo, durante la Revolución Cultural, fue retirado por una obra que escribió, que fue criticada por tener un mensaje político oculto contra el PCCh. Se vio obligado a arrodillarse para recibir críticas y humillaciones públicas. Su cabello fue arrancado y su pecho desarrolló una hemorragia interna debido a los golpes. Murió en octubre de 1969, sin ver por última vez a sus hijos adoptivos, y dejando solo un par de pantalones llenos de manchas de sangre.

El PCCh no dejó en paz a los hijos o familiares de los eruditos fugitivos.

El hijo menor de Hu Shih, Hu Sidu, que había regresado a China desde Estados Unidos, se negó a irse a Taiwán al lado de su padre.

En la década de 1950, cuando el PCCh llevó a cabo un movimiento para denunciar a Hu Shih, Hu Sidu publicó un artículo titulado "Críticas a mi padre Hu Shih" y llamó a Hu Shih "el perro de los imperialistas y el enemigo del pueblo". Pero eso no lo mantuvo a salvo. Hu Sidu fue etiquetado como "derechista" en 1957. Se suicidó ahorcándose.

El sobrino de Fu Sinian, Fu Lehuan, terminó sus estudios en Gran Bretaña en 1951. Rechazó la oferta de Fu Sinian de trabajar en Taiwán y trabajó como profesor en Beijing, donde pensó que sería libre y feliz. Durante la Revolución Cultural fue etiquetado como “espía” y repetidamente denunciado, encarcelado y torturado. Finalmente saltó a un lago en Beijing para acabar con su vida.

Los casos enumerados anteriormente son solo algunos ejemplos. El PCCh pintó una China libre con imágenes muy optimistas durante la guerra civil, para atraer a la gente a unirse a este. Según la Academia China de Ciencias, cerca de 5.000 científicos chinos estaban en el extranjero cuando el PCCh llegó al poder en 1949, y más de 2.000 regresaron a China continental en 1956. Sin embargo, una vez que estuvieron en China, lo que experimentaron fue algo que nunca esperaron.