(Minghui.org) La Asamblea Nacional, Cámara Baja del Parlamento francés bicameral, presentó el 15 de septiembre de 2020, un proyecto de ley para poner fin a las prácticas fraudulentas relacionadas con los trasplantes de órganos, poniendo énfasis en los trasplantes ilícitos fuera de Europa. Sesenta y cinco miembros del Parlamento firmaron el proyecto de ley para defender la bioética en la comunidad científica y médica.

Frédérique Dumas, miembro de la Asamblea Nacional, inició el proyecto de ley n.º 3316 para detener la sustracción forzada de órganos en países como China.

Iniciado por Frédérique Dumas miembro de la Asamblea Nacional, el proyecto de ley n.º 3316 pone de manifiesto las pruebas de la sustracción forzada de órganos y las áreas en las que el Gobierno francés puede tomar medidas. El proyecto de ley fue presentado al presidente de la legislatura.

Sustracción forzada de órganos en China

En la exposición de motivos del proyecto de ley se destaca la situación actual de los trasplantes de órganos en Francia. Debido a la escasez de órganos, el tiempo de espera para un trasplante en el país suele ser de tres años, y el tiempo de espera se incrementa cada año. Las leyes francesas prohíben el tráfico de órganos y establecen una pena de prisión de hasta siete años y una multa de 100.000 euros, pero el turismo de trasplantes para recibir órganos de origen ilegal ha sido, no obstante, un problema desde 1980.

“El caso más grave del turismo de trasplantes es el de China, porque va de la mano de la sustracción de órganos a presos, especialmente de conciencia, sin el consentimiento ‘libre e informado’ en el sentido del derecho internacional y del derecho francés”, señala el proyecto de ley. Aunque China afirmó que prohibiría la sustracción de órganos a presos en 2015, numerosos estudios independientes han demostrado que esas prácticas continúan.

Entre estos estudios figuran las investigaciones del exsecretario de estado canadiense para Asia y el Pacífico, David Kilgour, y del abogado internacional de derechos humanos David Matas. Otro de los investigadores, el periodista de investigación Ethan Gutmann, fue coautor en 2014 de un libro titulado The Slaughter después de siete años de investigación sobre la sustracción de órganos a presos de conciencia en China.

Además, se estableció en Londres el Tribunal Popular Independiente centrado en la sustracción forzada de órganos en China, presidido por Geoffrey Nice QC, quién llevo el procesamiento de Slobodan Milošević, expresidente de Serbia, ante el Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas para la antigua Yugoslavia. El Tribunal de China analizó una amplia variedad de pruebas y determinó que la sustracción forzada de órganos está teniendo lugar en China durante más de veinte años. También concluyó que estas prácticas son “crímenes contra la humanidad probados más allá de la duda razonable”.

Una legislación para detener los crímenes

En el proyecto de ley francés se afirma que varios países y regiones ya han modificado su legislación nacional para frenar el turismo de trasplantes con respecto a China, entre ellos España, Italia, Israel, y Taiwán. Estas medidas castigan a aquellos que están implicados en estos delitos y tiene como objetivo prevenir que los ciudadanos de esos países se conviertan en cómplices de estas atrocidades.

Si bien Francia firmó el Convenio del Consejo de Europa contra el tráfico de órganos humanos en 2019, la aplicación del tratado y el enjuiciamiento de los infractores en Francia podría ser difícil.

“Ante la ausencia de sanciones de las instituciones europeas para luchar contra estos delitos, es necesario modificar la legislación nacional francesa, a fin de evitar que los centros sanitarios públicos y privados franceses se conviertan en cómplices en la violación de los derechos humanos en materia de trasplante de órganos humanos”, decía el proyecto de ley.

Por ejemplo, debe examinarse la colaboración entre las autoridades sanitarias francesas y chinas. Mediante su colaboración, Francia ha capacitado y ha establecido estrechas relaciones con el personal de trasplantes de China. Ya en 2013, el Comité Consultivo Nacional de Ética escuchó testimonios en los que se advertía que, al capacitar a médicos chinos, los médicos franceses podrían haberse convertido en cómplices involuntarios en la sustracción forzada de órganos.

El nuevo proyecto de ley consta de seis artículos que exigen de la ética en los trasplantes de órganos y garantizan su cumplimiento mediante verificación, auditoría y sanciones.