(Minghui.org) Una mujer de la ciudad de Changchun, Jilin, se enfrenta a un juicio por su fe en Falun Dafa, una disciplina espiritual perseguida por el régimen comunista chino desde 1999.

La Sra. Wang Yilin fue arrestada el 20 de abril de 2019, por hablar con gente en un parque sobre la persecución a Falun Dafa. La policía aprobó su arresto el 17 de mayo, acusándola de "socavar la aplicación de la ley con una organización sectaria", un pretexto estándar utilizado por las autoridades para incriminar y encarcelar a los practicantes de Falun Dafa.

El fiscal Zhang Xiao de la fiscalía del distrito de Chaoyang la acusó el 14 de julio de 2019, tres días después de que la policía presentara su caso.

Zhang afirmó que el caso era muy serio, porque encontraron archivos de audio relacionados con Falun Dafa en las tres memorias confiscadas de su bolso.

Su hija queda conmocionada al enterarse de que estaba en la lista de testigos que acusan a su mamá

Poco después del arresto de la Sra. Wang, la policía le informó a su hija para que reclamara sus pertenencias en la comisaría. La policía le preguntó si la Sra. Wang salía muy a menudo. La hija respondió que no tenía muy claro el horario diario de su madre, ya que no vivían juntas.

La hija se sorprendió cuando más tarde la policía la incluyó en la lista de testigos contra su madre, solo porque había firmado el formulario donde reclamaba sus pertenencias.

Otro testigo incluido en la lista de la policía contra la Sra. Wang fue una practicante de Falun Dafa que fue arrestada con ella pero puesta en libertad bajo fianza debido a su estado de salud.

Aunque esta practicante nunca contestó ninguna pregunta a la policía ni les proporcionó ninguna información, la policía también la incluyó en la lista como testigo contra la Sra. Wang.

Otros tres testigos fueron personas que la reportaron a la policía al verla hablando con la gente sobre Falun Dafa.

Perseguida por defender la fe que transformó su vida

La Sra. Wang solía sufrir de fuertes dolores de cabeza crónicos. A veces se golpeaba la cabeza contra la pared para aliviar el dolor. Ningún analgésico le funcionó.

Sin embargo, después practicar Falun Dafa, sus síntomas desaparecieron y nunca más volvió a tener dolores de cabeza.

Al mejorar su salud, también se volvió más gentil y considerada. Siendo la hija mayor en su familia, cuidó diligentemente a su madre enferma de cáncer hasta que falleció.

Debido a que se negó a dejar de practicar Falun Dafa, fue condenada a un año de trabajo forzado en 2003 y se la obligó a vivir fuera de casa durante tres años después de su liberación para evitar que la volvieran a perseguir.

Fue vigilada y acosada por las autoridades a su regreso a casa en 2007.