(Minghui.org) Por miles de años, los chinos han venerados a los dioses y fo. Ellos creen que si una persona cultiva diligentemente la virtud, su destino cambiará para mejor. Del mismo modo, si una persona hace el mal, sus bendiciones en la vida serán reducidas debido al ye que han acumulado.

Vida reducida por 30 años

Esta es la historia de Taishang Ganying Pian (Tratado del más excelso sobre la causa y efecto), un famoso libro relacionado al taoísmo chino.

Había un hombre llamado Qi Tianzong, orgulloso él mismo de sus talentos desde que era joven por lo que su comportamiento era arrogante e inmoral. Lo peor de todo es que no creía en lo divino y los maldecía a menudo. Cuando estaba estudiando en un templo, una vez instruyó a uno de sus sirvientes que usara la estatua del dios guardián como leña. Esa noche, Qi soñó con un hombre de barba roja que tenía un látigo.

El hombre lo reprendió: “Como estudiaste duro en tus vidas previas, eres inteligente y hábil en esta vida. Si sigues este curso naturalmente, podrías aprobar los exámenes imperiales y conseguir una posición alta mientras disfrutas de una vida próspera y prolongada. Pero en vez de eso, has escogido ser arrogante e irrespetuoso con los dioses. Tus actos malos ya han sido grabados. Todas las bendiciones que se te habían dado en esta vida, serán reducidas por la mitad. Si no te arrepientes, serás castigado incluso más severamente”.

Después de despertarse del sueño, Qi no se arrepintió de nada e incluso alardeó frente a los demás: “¡Incluso los seres divinos me tienen miedo!”. Incluso quemó la estatua de fo que su madre veneraba, cuando ella estaba dormida.

Para el tiempo en que Qi llegó a los 40 años, había hecho los exámenes imperiales varias veces, pero siempre falló. Se perdió en el alcohol y las mujeres.

Un día, soñó que fue llevado al inframundo. El dios del inframundo le dijo que, si su vida hubiera transcurrido como lo planeado, se habría convertido en un juren (erudito de primer grado) a la edad de 29, luego un jinshi (erudito imperial) a los 30. Luego le habrían dado una posición más alta y hubiera vivido hasta los 78. Pero como era arrogante y se corrompió desde joven, su vida había sido acortada a los 54 años, y le habían dado una posición baja. No obstante, continuó siendo malo hasta los 40, así que el Cielo le quitó todas sus bendiciones. Además, tenía que pasar 10.000 jie (cifra que implica miles de añso) en el infierno.

Cuando Qi se despertó, le contó a su familia sobre el sueño y murió. Sus últimas palabras fueron “incluso es muy tarde para arrepentirme de algo”.

Vida extendida por 30 años

Aquí hay otra historia de Taiping Guangji (Registros completos de la era de Taiping) que muestra el otro lado de la moneda. En el décimo quinto año del periodo de Kaiyuan (727 AD) de la Dinastía Tang, el emperador dio la orden de cerrar todos los templos budistas de las aldeas. Los pequeños serían demolidos y los grandes cerrados.

En ese tiempo, el magistrado del condado de Xinxi era Li Xu. Li era un hombre testarudo con un mal temperamento y amor por el alcohol. Sucedió que Li estaba muy ebrio cuando recibió la orden de destruir los templos budistas en su condado en tres días. Se enojó muchísimo y les dijo a sus subordinados: “El que se atreva a destruir un templo budista será ejecutado”. Como resultado, todos los templos del condado de Xinxi se salvaron.

Li Xu murió al año siguiente debido a una enfermedad. La familia lloró al lado de su ataúd la noche antes de que fuera enterrado. Tarde esa noche, escucharon golpes desde dentro del ataúd. Cuando lo abrieron, vieron que Li Xu estaba vivo.

Li Xu les contó que fue llevado ante el dios del inframundo, quien miró los registros de Li de sus malos actos y vio que había muchos. Justo cuando el dios estaba por ordenar su castigo, Li preguntó desesperado: “El emperador decretó que todos los templos budistas sean destruidos el año pasado. Solo los templos de mi condado no fueron destruidos. ¿Puede este acto borrar mis pecados?”.

El dios estaba muy sorprendido. Pidió los registros de los actos buenos de Li. Había solo un pedazo de papel que decía: “El acto de salvar los templos budistas cancelará todos sus pecados de esta vida. Tendría 30 años más para vivir, seguidos de una reencarnación humana en la vida siguiente”. Así el dios del inframundo lo mando de vuelta a la vida.

Diferentes actitudes hacia lo divino crearán diferentes caminos en la vida. Por favor, tengan esto en mente.