(Minghui.org) Debido a que se negó a abandonar la práctica de Falun Dafa, el señor He Lifang ha sido detenido en numerosas ocasiones y una vez fue golpeado casi hasta la muerte por 17 reclusos. Al residente de la ciudad de Qingdao, provincia de Shandong, también le cancelaron su tarjeta de identificación y fue obligado a permanecer alejado de su hogar durante más de 10 años.

El señor He, de 45 años, fue arrestado nuevamente el 5 de mayo de 2019 cuando llegó a la estación de policía de Bei'an para solicitar una nueva tarjeta de identificación. Cuando su abogado lo visitó en el centro de detención de Pudong el 22 de mayo, lo vio postrado en una camilla, con una mascarilla en el rostro y no respondió a sus preguntas.

El abogado se enteró por los padres de He, ambos en sus 80 años, que su hijo ha estado en huelga de hambre para protestar por su arbitraria detención y que ha sido alimentado por la fuerza. La solicitud de sus padres para que lo liberen ha sido ignorada.

No es la única persona en su familia que ha sido perseguido por su fe en Falun Dafa, una práctica de mente y cuerpo que el régimen comunista chino ha tratado de eliminar desde julio de 1999. Su hermana mayor, la señora He Shurong, murió a los 50 años en abril de 2014, después de haber sido sentenciada dos veces a trabajos forzados y de ser colgada y golpeada durante ocho días seguidos. Su segunda hermana mayor, la señora He Xiuxiang, fue sentenciada a tres años de prisión en junio de 2015.

La señora He Shurong, hermana de He Lifang fue perseguida hasta la muerte por practicar Falun Dafa en China.

El señor He también sufrió por el trato que el partido comunista chino (PCCh) le dio a su exnovia por practicar Falun Dafa. En 2001 la condenaron a tres años de trabajo forzado. Aunque era una persona amable y noble, renunció a su creencia en Falun Dafa bajo una intensa presión y ayudó a los guardias del campo de trabajo forzados para obligar a que otros practicantes detenidos renunciaran a Falun Dafa.

El señor He demandó a Jiang Zemin, exlíder del PCCh, como responsable del tremendo sufrimiento de su familia. Presentó una denuncia contra Jiang Zemin por ordenar la persecución a Falun Dafa. A continuación se presentan extractos de su demanda, que fue entregada a la fiscalía popular suprema el 20 de junio de 2015.

Todas las agencias gubernamentales del municipio involucradas

Cuando Jiang Zemin y sus seguidores difamaron a Falun Dafa y arrestaron a los practicantes en julio de 1999, decidí ir a Beijing para apelar, pero me arrestaron en una estación de tren antes de llegar a mi destino.

Primero me llevaron a la estación de policía de la ciudad de Jimo y luego al edificio gubernamental del municipio de Changzhi. Más de diez funcionarios me ordenaron que renunciara a mi creencia en Falun Dafa y lo hice en contra de mi voluntad.

Representantes de varias agencias gubernamentales del municipio, incluyendo a los del departamento de policía, de fomento empresarial, de impuestos, de agricultura, de construcción y de justicia, frecuentemente me acosaban después de que regresé a casa. Se estacionaban frente a mi casa todo el día y a veces llegaban en la camioneta de la policía en plena noche para ver si estaba en casa. Una vez incluso el oficial Wang Qimin llegó en un camión de bomberos.

Un vecino me vigiló y reportaba tres veces al día

Decidí ir a Beijing nuevamente en noviembre de 1999 para apelar por Falun Dafa. Tan pronto como llegué a Beijing, me arrestaron y me enviaron de vuelta a la estación de policía de Changzhi, en mi ciudad natal. El oficial Wang me ordenó ponerme en cuclillas en el frío piso de concreto y sin abrigo, para ser interrogado. Después me aislaron en una habitación con la ventana abierta. Mi madre, que tenía más de 60 años, fue encerrada en la misma habitación al día siguiente, después de que fue arrestada por ir a Beijing para apelar por Falun Dafa.

Compartimos un solo abrigo para calentarnos en la noche y empezamos una huelga de hambre. Mi madre fue liberada cuatro días después porque estaba muy débil. Me liberaron el séptimo día cuando había llegado a un estado que amenazaba mi vida.

Después de regresar a casa, no tenía libertad porque a una vecina le pagaban para que me vigilara a diario. Ella me llamaba por teléfono hasta tres veces al día. Cuando alguien me visitaba, llegaba para preguntar quién era y lo incluía en su informe. Debido a esta presión, a veces no podía dormir por la noche. La escuchaba caminar desde su casa hasta mi puerta para vigilarme. Cuando más tarde fui arrestado de nuevo, vi un libro con el registro de las ocasiones en que ella le informó a la policía cuando yo estaba en casa y si había algo inusual.

Toda la familia fue arrestada repetidamente

Diao Shufeng, jefe de la oficina 610 de Changzhi, y otros funcionarios me llevaron con mis libros de Falun Dafa al edificio del gobierno municipal en el otoño de 2000. Me liberaron después de mantener una huelga de hambre por siete días.

He Shigang, exsecretario del PCCh de mi aldea, en numerosas ocasiones llegó con otros funcionarios para acosarme. Arrestaron a mi novia y me humillaron.

Mi familia y yo fuimos acosados muchas veces entre el 20 de julio de 1999 y fines del 2000. Especialmente en vacaciones, siempre detenían a toda mi familia y nos liberaban cuando hacíamos huelga de hambre. Mis padres eran arrestados a menudo sin ningún motivo.

Con el continuo acoso, tuve que abandonar mi negocio de seis años y mantenerme lejos de casa. Salí de casa justo antes del Año Nuevo Chino de 2001, y después de eso mis padres, que ya tenían más de 60 años, a menudo fueron acosados por los funcionarios. A principios de 2002 fueron detenidos durante siete días y su casa fue allanada dos meses después. Les confiscaron sus pertenencias, incluyendo los libros de Falun Dafa, un reproductor, cientos de yuanes, una bolsa con ropa y dos gallinas.

Arrestado mientras vivía lejos de casa

El 18 de julio de 2001 la policía arrestó a mi prometida, a mí y a otros practicantes en el apartamento que rentábamos. Me ataron, me golpearon y me llevaron a la estación de policía de Chaohai antes de trasladarme a la estación de policía de la Zona de Desarrollo de Jimo, donde un oficial de apellido Zhao me interrogó. Siguiendo sus instrucciones, dos jóvenes oficiales me ataron a una silla de metal, me pusieron un casco a pesar del calor y lo golpearon. Me ordenaron insultar al fundador de Falun Dafa, pero me negué. Entonces Dong, jefe de la estación de policía, entró y me abofeteó.

Ya era muy de noche, no había comido y tenía sueño. Cuando un hombre detenido por patrocinar a una prostituta pidió comida, un oficial le dio algo de comer y me gritó diciendo que no me daría ningún alimento por practicar Falun Dafa. Zhao y Dong continuaron interrogándome y dijeron que me castigarían por no cooperar con ellos. Negué con la cabeza y no cedí.

Golpeado por 17 presos

Después me cubrieron los ojos para llevarme al centro de detención de Jimo. Ahí, el oficial Zhao me señaló y antes de irse le dijo a los internos: “Este es un practicante de Falun Dafa. ¡Cuídenlo bien!".

Cuando me negué a recitar las reglas del centro de detención, el jefe de celda le ordenó a cuatro reclusos que me desnudaran y me pusieran en una cama. Los presos me golpearon mientras yo gritaba por el dolor. No se detuvieron, pero tampoco cedí.

El jefe de la celda les ordenó a los 17 presos que me golpearan; de lo contrario serían castigados. Esta vez me empujaron contra la pared y mientras unos me golpeaban, otros me pateaban y me pegaban en las rodillas. Al principio gritaba por el dolor, pero luego me sentí sin fuerzas y pensé que en cualquier momento moriría. Siguieron golpeándome y sentí como si me hubieran destrozado la espalda, el abdomen y todos los órganos internos.

Algunos de los reclusos se mostraron reacios a continuar cuando vieron mi condición, pero el jefe de celda les ordenó que siguieran. Cuando me desmayé, me llevaron al baño y me echaron agua fría en la cabeza y en el cuerpo. Tan pronto como recobré el sentido siguieron golpeándome sin parar.

Me sentía tan destrozado que me caí al suelo, como si fuera un montón de carne con sangre. Era como si el tiempo se hubiera detenido y cada respiración era muy larga.

Sun, el director del centro de detención, entró más tarde y reprendió a los internos por golpearme tanto. Sin embargo, no dispuso que me dieran atención médica.

Intento de encarcelamiento

Más tarde supe que me llevaron al hospital después de una semana de estar en coma. Los médicos no podían encontrarme una vena para inyectarme, y cualquier cosa que me aplicaban por la fuerza era expulsada. Un médico dijo que tenía insuficiencia sistémica de órganos. "¿Por qué no lo trajiste antes?", preguntó el médico.

Cuando me transfirieron por primera vez al Hospital Jimo del Norte, los agentes de la oficina 610 enviaron personas para que me vigilaran ahí de día y de noche. Más tarde, los médicos contactaron a mi familia para que me recogiera y dijeron que ya no podían ayudarme. Para entonces, la gente de la oficina 610 de Jimo, de la oficina 610 de Changzhi y de la administración de la aldea se había marchado, eludiendo su responsabilidad. Mi padre estaba furioso: “¡Quiero un hijo vivo, no muerto! ¿De dónde salieron esas heridas?”. Pero nadie le respondió.

Mi familia buscó que me atendieran, pero un médico le dijo que ya no tenía caso, pues mi cerebro no había recibido sangre ni oxígeno, además de que tenía una falla sistemática de los órganos. Pero cada vez que recobraba la conciencia, leía los libros de Falun Dafa y rápidamente sané.

Diao, el jefe de la oficina 610 de Changzhi, visitaba mi casa de vez en cuando, a menudo sin previo aviso. Cuando vio que me estaba recuperando, le ordenó a alguien que se quedara en mi casa para que me vigilara las 24 horas del día.

Uno de mis familiares por casualidad escuchó que la oficina 610 de Jimo había aprobado mi detención en un campo de trabajo forzado cuando mi condición mejorara. Cuando escuché eso, decidí escapar.

Convertidos en ciudadanos de segunda clase

Además de la tortura física, lo que sufrí mentalmente no fue menos doloroso. Después de sobrevivir a la golpiza de los 17 reclusos y de lograr escapar, la oficina 610 de Jimo se enteró de mi ubicación y me incluyó en las listas de personas buscadas en esa área para arrestarme. Me confiscaron mi tarjeta de identificación, lo que fue otra forma de privarme de la libertad y de mis derechos humanos básicos.

Los funcionarios también acosaron, interrogaron y arrestaron a mis padres muchas veces, obligándolos a que les dieran mi información. Cada Año Nuevo Chino, los funcionarios enviaban personas cerca de donde estaban mis parientes tratando de arrestarme.

Mi negocio era muy exitoso cuando comenzó la persecución en 1999. Pero debido a la propaganda difamatoria, muchos de mis clientes fueron engañados y me trataban como a un enemigo. Un vecino, que solía ser amigable, nos insultó a mi familia y a mí. Hasta los niños a veces nos maldecían porque también habían sido influenciados por la propaganda difamatoria.

Las consecuencias se han extendido a muchas áreas de nuestras vidas. Debido a que mi familia practica Falun Dafa, mi sobrino no aprobó el examen político para unirse al ejército. Cuando su padre, mi hermano mayor, no logró obligar a mis padres a renunciar a su fe, rompió todas sus ventanas y decidió trabajar con la administración de la aldea para destruir su casa y los amenazaba con matarlos. Como resultado, cada vez que escuchaban su voz, mis padres se escondían en el bosque y temían regresar a casa.

Esta es la política de Jiang cuando se trata de perseguir a los practicantes de Falun Dafa: arruinar su reputación, cortar sus recursos financieros y destruirlos físicamente. Él y sus seguidores deben ser considerados responsables de sus crímenes.

Partes clave involucradas en la persecución señor He y de su familia:

Comisaría de Bei'an: + 86-532-66583682, + 86-532-66583683.

Comité de asuntos políticos y jurídicos de Jimo: + 86-532-88552373, + 86-532-88551529.

Departamento de policía de Jimo: + 86-532-88512061, + 86-532-88512251.

Procurador de Jimo: + 86-532-83012672, + 86-532-83012685.

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