(Minghui.org) Un comentario titulado "Bulka: China todavía extrae órganos de los prisioneros -y el mundo hace poco para detenerlo", fue publicado en el Ottawa Citizen el 5 de julio de 2019.

El comentario fue escrito por el Rabino Dr. Reuven P. Bulka, C.M., Rabino Emérito de la Congregación Machzikei Hadas en Ottawa y expresidente de la Red Trillium Gift of Life.

El comentario comenzaba con: "Primero, ellos lo negaron. Luego, dijeron que lo detendrían. Ahora, resulta que nunca lo detuvieron. La fea y asesina praxis continúa sin control".

Bulka escribió que las autoridades chinas están sustrayendo órganos de prisioneros políticos, principalmente de practicantes de Falun Dafa, para venderlos a personas que necesitan cirugía de trasplante de órganos.

"Esto es asesinato, un brutal asesinato: extraen órganos de los cuerpos de personas vivas, porque esos órganos son los más frescos y mejores. Aunque hay pruebas irrefutables de que esto estaba ocurriendo, las autoridades chinas lo negaron. Esta práctica atroz fue originalmente denunciada por los canadienses David Matas y David Kilgour en su famoso informe sobre su cuidadosa investigación", escribió.

El Rabino Dr. Reuven P. Bulka.

Describió cómo las autoridades chinas habían negado repetidamente que estuvieran cometiendo estos delitos de  sustracción de órganos, y luego, en 2014, se incriminaron a sí mismos anunciando que pronto dejarían de extraerles los órganos a los prisioneros ejecutados.

"Por lo tanto, revelaron que son mentirosos además de asesinos. No es de extrañar que los asesinos también sean mentirosos. Si la vida es barata, la verdad es aún más barata", escribió Bulka.

"Es alucinante pensar que el ‘mundo' civilizado aplaudió, en lugar de llamar al gobierno chino y exigir que detengan los asesinatos de inmediato en vez de con tiempo. Eso sigue siendo una mancha realmente horrible".

Escribió que, sobre la base del informe del Tribunal de China que se celebró recientemente en Londres, las autoridades chinas siguen cometiendo estos crímenes. Dijo que era extraño que los medios de comunicación occidentales no informaran de manera destacada de las conclusiones del Tribunal.

Se refirió a la "declaración dolorosamente gráfica" del presidente del Tribunal de China, Sir Geoffrey Nice QC, que apareció el 17 de junio en The Guardian: "La conclusión muestra que muchas personas han muerto de forma indescriptiblemente horrible sin razón alguna, que más personas pueden sufrir de forma similar y que todos nosotros vivimos en un planeta donde la maldad extrema puede encontrarse en el poder de aquellos que, por el momento, dirigen un país con una de las civilizaciones más antiguas conocidas por el hombre moderno".

Bulka se refirió a las estadísticas disponibles sobre trasplantes de órganos en China, donde se dice que se realizan 90.000 trasplantes cada año, y el tiempo de espera para un órgano es de solo unas pocas semanas. Dijo que a los pacientes también se les da la seguridad de que un órgano de respaldo estará disponible si el órgano original es rechazado por el cuerpo del paciente. "Esa es la realidad en China y, como Matas y Kilgour señalaron correctamente, solo puede ser explicada como resultado de los asesinatos de ‘prisioneros' fácilmente disponibles -la mayoría miembros de Falun Dafa, pero incluyendo tibetanos, musulmanes uigures y sectas cristianas", señaló.

Escribió que la embajada china en Londres dio una respuesta predecible a las acusaciones: "El gobierno chino siempre sigue los principios rectores de la Organización Mundial de la Salud en materia de trasplante de órganos humanos, y ha reforzado su gestión en materia de trasplante de órganos.... siempre y cuando la donación de órganos humanos se realice de forma voluntaria y gratuita...".

"Los hechos revelan la mentira", escribió.

Dijo que a veces poco se puede hacer con respecto a los abusos de los derechos humanos que ocurren en todo el mundo con personas asesinadas a diario. "Pero con esta situación, no hay excusas. Tenemos algo de poder, y debemos usarlo. Los gobiernos deben pedirle al gobierno chino que rinda cuentas", escribió.

Señaló que varios países han prohibido el turismo de trasplantes a China, Canadá y Estados Unidos deberían hacerlo también. 

Escribió que cualquier acuerdo hecho con "un régimen asesino que mata regularmente a sus ciudadanos para ganar dinero no vale ni el papel en el que está escrito".

"Cualquier acuerdo con China, sobre cualquier asunto, debe incluir una instancia para que esta conducta bárbara cese de inmediato, junto con un mecanismo por el cual tal cese sea verificable".

Concluyó diciendo: "Nosotros, que nos apresuramos a comprar productos chinos, deberíamos preguntarnos si estamos apoyando el asesinato, aunque esa no sea nuestra intención. Tal vez podamos enviar un mensaje que salve vidas negándonos a comprar productos hechos en China así podemos ayudarlos. Imagínese salvar vidas simplemente a través de un cambio en el hábito de compra. Envía un fuerte mensaje, y es una profunda manifestación de afecto".