(Minghui.org) Un residente de la ciudad de Harbin, en Heilongjiang, China, permanece en estado crítico desde que fue encarcelado por persistir en su fe en Falun Dafa. Cuando las autoridades de la prisión finalmente aprobaron su solicitud de libertad condicional médica, el director de la oficina judicial local se negó a otorgársela, ya que tanto él como su familia siguen manteniendo su fe en Falun Dafa.
Zhao Haijun, un practicante de 53 años, fue arrestado en mayo de 2016. El tribunal del distrito de Shuangcheng lo condenó a pasar ocho años y cuatro meses en prisión por presentar una denuncia penal contra Jiang Zemin, el exjefe del régimen comunista chino que ordenó la persecución a Falun Dafa en 1999.
La salud del señor Zhao se deterioró rápidamente pocos meses después haber sido encarcelado en la prisión de Hulan, donde fue recluido el 4 de enero de 2017.
Según el médico que lo atendió en prisión, casi dos tercios de los pulmones del señor Zhao estaban en muy mal estado, uno de sus riñones presentaba fallo y el otro riñón tenía tuberculosis. También padecía insuficiencia cardíaca y tenía dificultad para respirar.
El señor Zhao fue enviado varias veces a la sala de emergencias para ser reanimado entre 2017 y 2018. Además de sus problemas pulmonares, renales y cardíacos, también desarrolló epididimitis tuberculosa y presión arterial alta.
Como su salud seguía deteriorándose, lo mantuvieron en el hospital de la prisión bajo la vigilancia de otros prisioneros.
En 2019 la prisión aprobó su solicitud de libertad condicional y obtuvo el informe del examen médico requerido, que demostraba que por su condición de salud el señor Zhao requiere una atención médica especial.
Por ley, las oficinas judiciales locales de los solicitantes de libertad condicional también deben dar su aprobación antes de que puedan ser puestos en libertad condicional. El 1 de abril, un miembro del personal de la prisión visitó a Yu Jianmin, director del departamento correccional de la oficina judicial del distrito de Shuangcheng donde está preso el señor Zhao, para buscar su firma.
Yu se negó a firmar la documentación respectiva diciendo que el garante del señor Zhao también practica Falun Dafa. Cuando la familia del señor Zhao encontró un garante diferente que no practica Falun Dafa, Yu encontró otra excusa y dijo que el nuevo garante no podía proporcionar un comprobante de ingresos para pagar los gastos médicos del señor Zhao.
La familia del señor Zhao también visitó las oficinas de apelaciones y del gobierno de la ciudad para conseguir su libertad condicional, y tras varias visitas no obtuvo ningún resultado positivo.
Un funcionario del gobierno local le dijo a su familia: "Es fácil obtener la aprobación para la libertad condicional médica para un asesino o un incendiario, pero no para alguien que practica Falun Dafa".
Al enterarse de la dura experiencia del señor Zhao, muchos de sus vecinos de la aldea firmaron una petición y se ofrecieron como voluntarios para poner sus nombres en la lista de los garantes. Esto enfureció a la policía local, que acusó al señor Zhao y a su familia de causar impactos negativos en la sociedad. Y los presionaron de nuevo para que dejaran de practicar Falun Dafa.
Como el informe del examen médico solo es válido durante tres meses en las solicitudes de libertad condicional, la familia del señor Zhao regresó a la oficina judicial varias veces. En cada ocasión Yu siguió exigiendo que renunciaran a Falun Dafa. Como se negaron a hacerlo, Yu ordenó al personal de seguridad que los sacara de su oficina y amenazó con arrestarlos si volvían.
El señor Zhao permanecía en el hospital de la prisión al momento de la redacción de este reporte. Una de sus dos hijas escribió una carta pidiendo su liberación poco después de haber sido arrestado el 6 de mayo de 2016. Ella y el resto de su familia están muy preocupados por la salud del señor Zhao.
La desgarradora carta de una hija relata la dura prueba de su padre
La hija menor del señor Zhao tenía solo tres años cuando él y su esposa fueron arrestados por primera vez por apelar a favor de Falun Dafa. Ella relató el sufrimiento de su familia en la siguiente carta:
“Nací en 1996. Ese fue también el año en que mis padres comenzaron a practicar Falun Gong. Siempre vi que mis padres se respetaban. Se llevaban muy bien y nunca peleaban. Mi hermana mayor me dijo que no eran así en el pasado. De hecho, solían pelear mucho entre ellos, a veces muy fuerte.
Sin embargo, después de practicar Falun Dafa, ambos cambiaron. Mi papá dejó de fumar y de beber. Mi mamá se volvió más educada y respetuosa con las personas.
Muchas personas se acercaban a mi papá pidiéndole que los ayudara para arreglar sus televisores y otros aparatos. Mi papá siempre los ayudaba de forma gratuita. No importaba lo tarde o cansado que estuviera, nunca le decía que no a la gente ni se quejaba cuando acudían a él.
Después de que el régimen comunista comenzó a perseguir a Falun Dafa en 1999, mis padres fueron a Beijing para apelar por su fe en noviembre de 1999. Fueron arrestados y enviados a un centro de lavado de cerebro. Yo tenía 3 años en ese momento. No podía entender lo que había pasado. Solo sabía que mis padres se habían ido.
Me dejaron en casa con mi hermana de 11 años y nuestro abuelo de 70 años que tenía dificultades para caminar. Nadie nos cuidaba, así que nos quedamos con mi tía y le pedimos ayuda.
Mis padres realizaron una huelga de hambre para protestar por la persecución en junio de 2000 y las autoridades finalmente los liberaron. Pero solo cinco meses después de su regreso, fueron arrestados nuevamente. Esta vez, a ambos les dieron un año de trabajos forzados. Mi madre estuvo recluida en el campo de trabajos forzados de Wanjia y mi padre en el campo de trabajos forzados de Tuanhe en Beijing. Otra vez habíamos sido separadas de ellos.
A principios de 2001, varias de mis tías también fueron arrestadas y enviadas a un centro de lavado de cerebro por practicar Falun Dafa. Yo tenía cuatro años de edad. Como era una niña pequeña y nadie podía cuidarme en casa, me llevaron al centro de lavado de cerebro con mis tías. Todos los días veía a los policías y a otros perpetradores golpear a los practicantes de Falun Dafa después de que los agresores se emborrachaban. Eso me asustaba mucho. Me escondía en los brazos de una de mis tías para no ver eso. Lloraba todos los días, preguntándome a dónde estaban mis padres.
Dos semanas después me enviaron de vuelta a casa. Como mi anciano abuelo no podía cuidar de mí y de mi hermana, nos quedamos con otros familiares, cada vez pasábamos unos días con una familia distinta. Durante el día, iba a la escuela con mi hermana y me sentaba a su lado.
Después de unos meses, me enviaron al jardín de infantes 2 años antes de la edad requerida. No me atrevía a hablar o a jugar con otros niños. Mi hermana me llevaba al jardín de infancia por la mañana y esperaba a que me recogiera cuando terminaba la escuela. A menudo me quedaba sola en la esquina, sintiéndome muy triste porque mis padres estaban encarcelados.
Cuando mis padres fueron liberados a finales del 2001, no lo podía creer. En el momento en que los vi, sentí que eran como extraños. Mi papá regresó primero y comenzó a limpiar las habitaciones sin tomar un descanso. Mi hermana y yo estábamos allí de pie, sin saber qué decir.
Mi mamá también volvió unos días después. Tenía muchas heridas en el cuerpo, la mayoría eran muy profundas y se habían infectado. Era muy aterrador verla.
Después de mucho tiempo, finalmente comprendí que mis padres habían regresado. Y finalmente entendí lo que significaba tener un hogar.
Aun así seguía sintiendo un miedo terrible. Temía que mis padres fueran arrestados de nuevo. Cuando veía a un vehículo de policía, trataba de evitarlo. Cuando escuchaba la sirena, me preocupaba que la policía llegara a mi casa. Cuando mis padres salían de la casa por mucho tiempo, comenzaba a preocuparme de que fueran arrestados nuevamente. Incluso 10 años después, cuando fui a otra ciudad para asistir a la universidad, todavía me preocupaba que no respondieran a mis llamadas.
El 11 de julio de 2015, en el segundo día de mis vacaciones de verano, salí con mis padres durante el día. Cuando regresamos por la noche, nuestro vecino nos dijo que cuatro o cinco vehículos de la policía habían llegado a nuestra casa. Más de 20 oficiales irrumpieron. Como no estábamos en casa, se fueron después de saquear nuestro hogar. Luego nos mudamos viviendo en casas de familiares y amigos para evitar ser arrestados nuevamente.
Después de casi 1 año de deambular, regresamos a casa. El 6 de mayo de 2016, cuando mi papá estaba trabajando en la granja, varios oficiales llegaron y lo arrestaron. También intentaron arrestar a mi madre. Pero como muchos aldeanos llegaron a hablar por nosotros, desistieron del arresto.
Mi hermana y yo fuimos a la estación de policía para exigir la liberación de mi padre. El jefe de la estación de policía se negó a liberar a mi padre, pero dijo que nos permitiría reunirnos con él si lográbamos encontrar a un abogado que lo representara.
Después de que muchos abogados se negaron a tomar el caso de mi padre por temor a la persecución, finalmente encontramos a un abogado que estaba dispuesto a visitar a mi padre en el centro de detención.
He escuchado sobre muchos casos de tortura a lo largo de los años. No tengo mucho que pedir. Solo espero que mi padre no haya sido torturado en el centro de detención y que sea liberado de inmediato. No quiero que esté allí ni un segundo más.
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Categoría: Hechos de la persecución