(Minghui.org) A los 16 años comencé a trabajar en un pozo de petróleo. Un año más tarde, tuve un accidente que terminó en una intoxicación por sulfuro de hidrógeno que me causó una enfermedad mental. Solo mediante la práctica de Falun Dafa pude curarme y fui capaz de hablar con otros para contarles acerca de la bondad de Dafa y sobre la persecución del partido comunista chino (PCCh) contra esta práctica.

La vida con un trastorno mental

Inicialmente fui llevado a un centro de atención residencial después de que me diagnosticaron un trastorno mental y fui compensado solo con unos 5 kilos de huevos al mes. Durante ese momento todo lo que hacía era jugar en la arena todos los días, varios jóvenes locales me intimidaban. Nunca tomé represalias.

A los 28 años, me casé. Mi mujer era una chica de pueblo virtuosa, bella y de piel clara. Solo podía sonreír cuando la veía. Me cuidó como a un niño y fue la columna vertebral de mi familia. Mis parientes y amigos vieron algo de esperanza para mi futuro.

Más tarde tuvimos un hijo. Mientras que otros padres contaban historias a sus hijos, yo solo sabía jugar con mi hijo arrastrándome por el suelo y ladrando como un perro.

Cuando nuestro hijo tenía dos años y medio, mi mujer fue diagnosticada de miastenia gravis y falleció.

Sin mi esposa que nos cuidara, tuvimos que ir a la casa de mi abuela, de mi tía o mi hermana menor.

Aprendiendo Dafa

Tuve la suerte de encontrarme con Falun Dafa en 2002. Al principio, solo aprendí los cinco ejercicios ya que no estaba suficientemente lúcido como para estudiar las enseñanzas.

Después de que empecé a practicar Dafa, no le temía al frío, mi cuerpo rígido se volvió flexible y mi cutis seroso se volvió sonrosado. Me curé completamente del daño cerebral a finales del año. Al principio de la cultivación, comprendí que la misión de los discípulos de Dafa era ayudar a salvar a la gente.

Salvando seres conscientes

Mi hijo también se convirtió en practicante de Dafa. Una de las maneras de aclarar los hechos era pintando en las paredes “Falun Dafa es bueno” o “Verdad – Benevolencia – Tolerancia es bueno” utilizando plantillas.

Usamos todas las plantillas y necesitábamos unas nuevas. Fuimos a una tienda que hacían plantillas de caracteres, pero cuando le dijimos cuales queríamos el dueño se negó a vendérnoslas porque tenía miedo. Decidimos hacerlas nosotros mismos sabiendo que nunca habíamos hecho ninguna antes. ¡Después de fracasar muchas veces, finalmente lo conseguimos, y quedaron muy hermosas!

Una vez fui a un pueblo a distribuir folletos de Dafa. La esposa del alcalde creía en la propaganda del partido comunista chino hacia Falun Dafa y me denunció. El Maestro Li trató de darme una pista para que me fuera mediante los sonidos de una sirena de la policía, pero no me di cuenta y fui arrestado.

De camino a la división de seguridad nacional, envié pensamientos rectos. El jefe de división me preguntó por qué practicaba Falun Dafa. Le conté mi historia, le expliqué los principios de la práctica y los hechos sobre La farsa de la auto-inmolación de la plaza Tiananmen y como se usaron para incitar odio y a la incomprensión de la práctica.

Más tarde me llevaron a un centro de detención. Vi que un guardia se hirió el pie y le dije que recitara “Faluin Dafa es bueno” para que se curara rápidamente. Dijo que era distinto de otros detenidos. Muy poco después fui puesto en libertad.

Los altos directivos para los que trabajaba, me visitaban cada año para ver cómo me iba. Después de haberme recuperado completamente, fui al lugar de trabajo y volver a trabajar. Sorprendido, el jefe de equipo dijo: “Te vi hace tres meses y aún estabas ido. ¿Cómo te has recuperado tan rápido?".

Cuando le expliqué que fue Falun Dafa lo que me curó, se levantó de su silla y dijo: “Sé que Falun Dafa es bueno. ¡Pero asegúrate de no decirle eso a nadie más!”.

Más tarde me encontré con un exjefe de equipo que se había retirado. Me preguntó si aún lo reconocía. Le respondí: “Tú el jefe de nuestro equipo”.  Se sorprendió y dijo: “¡Vaya, te has recuperado!”. Le hablé de mi experiencia de practicar Falun Dafa.

También esclarecí la verdad a mi tío. Después de escuchar un rato, salió y le dijo a su yerno que entrara. Le expresó: “Mira, antes estaba incapacitado, pero ahora puede recordar y comprender tantas cosas. ¡Es increíble! ¡Ahora sé que su Maestro es grande!”.

Una vez hablé con una persona sobre Dafa y le enseñé las plantillas de caracteres que había hecho. Le pedí que recordara “Falun Dafa es bueno” y que sería bendecido. Él dijo: “¿Puedes pintarlos en la pared de mi habitación? ¡ Entonces puedo ver las frases y recitarlas cada día!".

Un día estaba repartiendo folletos en un bulevar. Cuando estaba a punto de poner los folletos en el cesto de la bicicleta un oficial de policía agarró mi mano. Le sonreí y esto lo confundió.

Lo llevé al hueco de la escalera donde había menos gente y le aclaré la verdad en detalle. A partir de entonces, él me saluda cada vez que me ve.

Mi gratitud al Maestro está más allá de las palabras. Lo único que puedo hacer es tratar de cultivarme bien y salvar a más gente.

¡Gracias Maestro , por Vuestra misericordiosa salvación!