Practicantes de Falun Dafa privados de sueño durante semanas en la prisión provincial de mujeres de Hebei

(Minghui.org) La Sra. Gao Chunlian, de la ciudad de Zhuozhou, provincia de Hebei, fue condenada a cinco años de prisión. Estuvo recluida en la prisión de mujeres de la Provincia de Hebei (también llamada prisión de mujeres de Shijiazhuang) desde el 16 de agosto de 2015 hasta el 25 de febrero de 2019. Los funcionarios de la prisión intentaron "transformarla" por la fuerza, haciéndola renunciar a su creencia en Falun Dafa. Un método que utilizaron fue privarla de dormir por períodos prolongados de tiempo.

Wang Ye, jefe de la sala, ordenó a las reclusas que impidieran que Gao durmiera. La primera vez duró ocho días y ocho noches. La segunda vez fue privada de sueño durante seis días y seis noches. La tercera vez fue desde el 19 de diciembre de 2015 hasta el 6 de enero de 2016, 18 días y noches.

Las internas no la dejaban dormir, ni siquiera por un segundo. Ni siquiera se le permitía mantener los párpados cerrados un poco más cuando parpadeaba. Tan pronto como sus ojos se cerraban, las internas le rociaban la cara con agua fría de un frasco de perfume.

Al final, Gao no pudo pensar con claridad y se desmayó. Cuando se cayó de la silla, su cara estaba golpeada y se hinchó. Ella, así como otros practicantes que fueron privados de sueño, quedaron traumatizados física y mentalmente como resultado de dicha tortura.

El sitio web de Minghui publicó numerosos informes sobre la persecución a Gao desde 2002. La prisión provincial de Mujeres de Hebei continúa torturando a los practicantes de Falun Dafa. Todos los practicantes que se encuentran en la prisión son sometidos a un lavado de cerebro forzado. Dos o más reclusos son asignados a forzar a cada practicante a leer libros y ver DVD que calumnian a Falun Dafa. Los reclusos presionan, intimidan e insultan a los practicantes. Combinan la persuasión con el engaño y las palizas para tratar de "transformar" a los practicantes. Durante cinco o seis meses, a la Sra. Lang Shuying, de la ciudad de Qinhuangdao, no se le permitió cerrar los ojos y fue torturada hasta el borde del colapso.